Conocer cómo se desarrollan los ciclos de sueño y sus posibles trastornos resuelve muchas de nuestras inquietudes sobre cómo nuestra mente pasa cada noche y los efectos que tiene en nosotros.
La semana pasada escribimos en nuestro blog sobre las pesadillas en tiempo de cuarentena. En realidad, los sueños espeluznantes suceden en cualquier momento, pues es la forma en la que el cerebro procesa nuestros temores durante una de las más importantes fases del sueño.
Entender cómo funcionan los ciclos del sueño, no sólo nos permitirá lidiar con los malos sueños, sino también hacernos de mejores formas de descanso durante la noche.
¿Qué son los ciclos del sueño?
El cerebro funciona a base de ondas cerebrales, las cuales dependen de su actividad eléctrica.* Dependiendo de cómo sean estas ondas, estaremos en vigilia (despiertos) o en sueño (dormidos).
Cuando entramos en sueño, la actividad eléctrica neuronal también irá variando según la fase de sueño en la que nos encontremos. Estas etapas son cinco, que se presentan progresivamente.
Una vez que transcurren estas cinco etapas, se cumple un ciclo de sueño, y comenzará otro o despertaremos.
Fases del sueño
En cada fase de sueño se suceden diversas manifestaciones de actividad neuronal y los signos que se presentan las caracterizan:
FASE 1
Durante esta etapa se entra y sale del sueño. Los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular se enlentece. Las ondas cerebrales* que predominan durante esta primera fase son la alfa y la theta.
Este momento es una condición semiconsciente, pues nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor e incluso podemos creer que no estamos dormidos. Aquí son muy frecuentes los despertares y las sensaciones de “caída”.
FASE 2
Al llegar a la fase 2 el sueño es más profundo y el tono muscular es más reducido. El movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven más lentas.
FASE 3
Es una etapa de sueño en la que realmente descansamos y en el que, si nos despertamos, nos sentiríamos confusos. Durante esta etapa generalmente se dan trastornos de sueño como el sonambulismo, terrores nocturnos y mojar la cama.
FASE 4
El sueño profundo se da en esta fase. Llegar a este momento nos permite descansar física y psicológicamente. Aunque no es aún la fase de los sueños, no se ven imágenes que cuentan historias en la mente.
FASE 5: REM
La fase del sueño de movimientos oculares rápidos (REM por sus siglas en inglés) es donde se hacen presentes sueños y pesadillas que podemos recordar.
En este momento el tono muscular no existe (por eso cuando queremos gritar en un sueño, no podemos). Las ondas cerebrales predominantes son theta.
En esta etapa, las ondas cerebrales son como cuando una persona está despierta, por lo que, el ritmo cardíaco y la presión aumenta, al igual que el movimiento de los ojos y a la vez, los músculos se paralizan.
Un ciclo de sueño completo, desde la fase uno a la fase REM, suele durar entre 90-110 minutos, teniendo, generalmente, cinco ciclos a lo largo de la noche.
Trastornos del sueño
Durante los ciclos del sueño se pueden dar factores que impidan cumplir con alguna de estas fases y presentarse así los trastornos del sueño. Un problema que afecta al 40% de la población mundial.
Existen clasificados cerca de 80 diferentes trastornos, entre los que destacan: insomnio, apnea del sueño, síndrome de la pierna inquieta, hipersomnia, parasomnia, entre otros que son frecuentes.
Los trastornos del sueño se caracterizan por:
- Tardar más de 30 minutos, cada noche, para quedarse dormido.
- Despertar varias veces cada noche y luego tener problemas para volver a dormir.
- A menudo se siente somnoliento durante el día, toma siestas frecuentes o se duerme en los momentos equivocados durante el día.
- Al dormir se ronca fuerte, resopla, jadea, hace ruidos de ahogo o deja de respirar por períodos cortos.
- Sensación de pinchadas, hormigueo o de que algo se arrastra o trepa por sus piernas o brazos que se alivia al moverlos o masajearlos, especialmente por la noche y cuando trata de quedarse dormido.
- Se tienen experiencias vívidas y oníricas durante el sueño.
- Sentir que no se puede mover cuando se levanta por primera vez.
Algunas alternativas para tratar los trastornos del sueño pueden ser:
- Un estilo de vida que incluya una alimentación balanceada, ejercicio físico, correcta higiene del sueño.
- En ciertos casos, y bajo indicaciones del médico, se pueden usar fármacos para conciliar el sueño.
- Uso de productos naturales como la melatonina, que puede ayudar a inducir el sueño, pero sólo por poco tiempo. Antes de utilizarlo, se debe consultar a un médico.
- Terapia de luz brillante por la mañana (para estimular la producción natural de la melatonina).
- Terapia cognitiva conductual o técnicas de relajación para reducir la ansiedad por dormir lo suficiente
Neurofeedback dinámico para gestionar mejor el sueño
Para restaurar el sueño y que éste sea realmente relajante y reparador, hay que influir directamente en el cerebro, y para ello neurofeedback dinámico NeurOptimal® es la alternativa más efectiva y sobre todo la más segura, ya que no es puesto que no es medicamentosa ni invasiva.
Mediante el neurofeedback el cerebro recibe información acerca de su propio funcionamiento, como un espejo, generándole la posibilidad de que comience, a su propio ritmo, a autorregularse de manera eficaz. Así el cerebro se vuelve más flexible y adaptativo durante el proceso de entrenamiento y esto hacer que sea más sencillo cambiar del modo alerta a otro más relajado y reparador.
Las personas se ven beneficiadas porque obtienen mejor calidad del sueño, pueden dormir más profundamente, conciliar el sueño más rápido, reducir el número de interrupciones por la noche o sentirse más descansados al día siguiente.
Al regularse el funcionamiento del Sistema Nervioso Central podrán observarse mejoras también en otros posibles puntos desencadenantes del problema como son el estado de ánimo, el nivel de estrés o la ansiedad, entre otros.
Gracias a esa autorregulación que se consigue con el entrenamiento, el cerebro utiliza todo su potencial innato para generar un cambio que se sostiene en el tiempo, a diferencia de lo que ocurre con la medicación, cuyo efecto suele estar presente un periodo corto de tiempo desde que se deja de administrar.
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*Las ondas eléctricas son de baja amplitud y del orden de microvoltios y no siempre siguen una curva regular. Estas ondas se detectan mediante un electroencefalógrafo y se clasificación según su intensidad de la siguiente forma: ondas delta (1 a 3 Hz), ondas theta (3,1 a 7,9 Hz), ondas alpha o ritmo mu (8 a 13 Hz), ondas beta (14 a 29 Hz), ondas gamma (30 a 100 Hz).