Disonancias cognitivas: el arte del autoengaño nos enseña cómo la mente se adapta a condiciones que van en contra de nuestras creencias.

Claro que sé que el cigarro es muy dañino, pero yo sólo fumo uno al día por antojo. No tengo el vicio”… “Yo jamás miento, esta vez sólo quiero que los del banco me dejen en paz, por eso dije que no estaba”…  “Sólo por esta ocasión utilicé plásticos, pero en general yo siempre cuido el medio ambiente”.  

Los seres humanos parecemos expertos en el autoengaño, frases como las anteriores pueden, seguramente, recordarte casos en los que las personas dicen una cosa mientras hacen otra. La incongruencia de sus acciones pone en tela de juicio su honestidad, pero la realidad es que todos estamos expuestos a las disonancias cognitivas.  

La disonancia cognitiva se explica a través de una teoría en la psicología social. Se refiere al conflicto mental que ocurre cuando los comportamientos y creencias de una persona no concuerdan. 

¿Qué es una disonancia cognitiva? 

El psicólogo social Leon Festinger consideraba que los individuos tenemos una fuerte necesidad de que nuestras creencias, actitudes y conducta sean coherentes entre sí, evitando contradicciones entre estos elementos.  

La incomodidad, tensión o ansiedad que experimentamos cuando nuestras creencias o actitudes entran en conflicto genera disonancias cognitivas.  

Es decir, si existen inconsistencias entre aquello que se piensa y lo que se hace, por ejemplo, el conflicto conduce a la falta de armonía de las ideas que mantenemos y ello genera mucho malestar. Este displacer puede llevar a un intento de cambio de la conducta o a defender sus creencias o actitudes (incluso llegando al autoengaño) para reducir el malestar que producen. 

Es importante observar que la disonancia cognitiva no es automática cuando una persona tiene creencias opuestas. Debe tener conocimiento de la inconsistencia para sentirse molesta

No todas las personas experimentan disonancia cognitiva al mismo nivel. Hay quienes toleran más su propia inconsistencia, por lo que experimentan menor grado de disonancia. Esto puede variar según algunos factores como:  

  • Tipo de creencias: Las creencias que son más personales llevan a una disonancia más significativa. 
  • El valor de las creencias: Las creencias a las que las personas les tienen alto respeto tienden a causar mayor disonancia. 
  • El tamaño de la desigualdad: Una disparidad sustancial entre las creencias contradictorias y armoniosas causará más disonancia. 

Disonancias cognitivas: el arte del autoengaño 

Ante la incomodidad que causa la incongruencia de las personas, una disonancia cognitiva tiene efectos en  

  • Comportamientos. 
  • Pensamientos. 
  • Decisiones. 
  • Creencias y actitudes. 
  • Salud mental

Frente a una disonancia cognitiva las personas pueden sentirse ansiosas, culpables o avergonzadas, por ello pueden llegar a ocultar sus acciones o creencias.  

Quienes encuentran estas incongruencias en su pensar y actuar, buscan racionalizar sus acciones o elecciones continuamente. Es cuando vienen explicaciones que nadie les pido o una serie de “peros”.  

Cuando las personas no están a gusto frente a la experiencia, tienden a aislarse, se alejan de conversaciones o debates sobre temas que le causan esas contrariedades.  

Las disonancias cognitivas también provocan evasión, por lo que las personas evitan conocer información nueva que va en contra de sus creencias existentes.  

Autoengaño  

Si bien la disonancia cognitiva es una respuesta psicológica natural, que Leon Festinger considera innata, el problema viene cuando surge el autoengaño. 

Imagina que estás a dieta y en los primeros días, comes a escondidas y fallas en tu régimen. Al final dices que “la dieta no es necesaria, que te sienta muy mal y que mejor llevarás una alimentación balanceada”.  

  • Esto puede ser un autoengaño funcional, una forma adaptativa que permite convencernos y evitar el malestar que nos causa el fracaso ante una situación.  
  • Un autoengaño consolatorio es a través del cual culpamos a un agente externo. No puedo hacer dieta porque mi madre siempre me invita a comer cosas poco saludables y me pone tentaciones.  

De esta manera, protegemos nuestro ego y nuestra autoestima ante situaciones adversas. Sin embargo, es importante aprender a asumir nuestras responsabilidades. 

Consistencia cognitiva 

Por el contrario, las disonancias pueden también llevar a un grado de conciencia en que las personas puedan hacer cambios en su vida que le lleven a mayor congruencia entre su comportamiento y sus ideas. También puede ser motivo para cambio de hábitos positivamente. 

El impulso de resolver la disonancia es conocido como “principio de la consistencia cognitiva”. 

Aunque las disonancias cognitivas no son una patología, sí pueden suponer un conflicto interno para cada quien, desatando otra clase de trastornos. Asimismo, la incongruencia puede poner en duda la reputación de una persona y arruinar las relaciones interpersonales que tenga con los demás.  

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