Vitamina D para el cerebro

Vitamina D para el cerebro, un excelente protector contra el deterioro cognitivo, demencia y Parkinson, según nos dice la ciencia.

Las vitaminas son sustancias que el cuerpo necesita para crecer y funcionar en forma normal. La vitamina D, en particular, ayuda al cuerpo a absorber el calcio, uno de los principales elementos que constituyen los huesos, asimismo juega un papel importante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario.

La “moda” de la vitamina D

Desde el inicio de la pandemia por Covid 19, la vitamina D llamó cada vez más nuestra atención. Y es que algunos estudios señalaban que las personas con algún déficit de esta vitamina eran más propensas a dar positivo al virus que las personas con niveles normales del compuesto.

La razón podría deberse a que la vitamina D es importante para la salud de los huesos, los dientes y los músculos. También ayuda a regular el azúcar en sangre, el corazón y los vasos sanguíneos, así como los pulmones y las vías respiratorias. Igualmente tiene una función en el fortalecimiento del sistema inmunitario del organismo. Todas ellas áreas afectadas por la Covid 19, por lo que la administración de vitamina D podría ser una fuente de recuperación a quienes no se encontraran en situación grave.

Entonces muchas personas comenzaron a tomar el suplemento y a tomar más sol desde las ventanas de sus casas aún en pleno confinamiento. Pues el sol nos permite sintetizarla por nosotros mismos, cuando ello se suma a una alimentación completa y balanceada.

No obstante, no existen estudios con muestras significativas que apoye el argumento de que esta vitamina pudiera ser coadyuvante en el tratamiento de Covid 19.

Vitamina D para el cerebro

De cualquier forma, volteamos a ver este elemento que también es de suma relevancia para el cerebro.

Estudios recientes determina que existe una relación directa entre la falta de vitamina D y la demencia. Bajos niveles de este micronutriente se asocian a volúmenes cerebrales más bajos y un mayor riesgo de isquemia y demencia. (Mulugeta A, et al)

Además de los beneficios que hemos señalado, la vitamina D desempeña numerosas funciones en la fisiología cerebral. Entre ellas se destaca la modulación de la plasticidad sináptica.

Las evidencias científicas sugieren que la deficiencia de esta vitamina afecta a múltiples procesos cerebrales, incluido el funcionamiento cognitivo, tanto en personas con padecimientos crónicos, como en sujetos con enfermedades neuropsiquiátricas.

Y aunque se tienen estos datos, todavía no se conocen los mecanismos subyacentes de ello. En numerosos estudios se ha observado cómo el déficit de este micronutriente influye en la plasticidad sináptica, como el caso de los canales activados por el calcio y la regulación de numerosos neurotransmisores.

Se asume que la deficiencia de vitamina D podría debilitar la integridad de las redes perineuronales, las cuales desempeñan funciones esenciales en numerosos procesos cognitivos, entre los que destaca el aprendizaje y la memoria.

Por otra parte, se ha demostrado que la suplementación con vitamina D mejora el rendimiento cognitivo la demencia senil, deterioro cognitivo leve y Alzhéimer. Aunque aún es preciso incrementar la investigación dentro de este ámbito.

Para mantener un cerebro en buenas condiciones es necesario una dieta completa, variada, balanceada y que nos aporte todos los macro y micronutrientes posibles.

Asimismo, el cerebro requiere descanso y sueño suficientes; ejercicio físico y entrenamiento constante. Lo que puedes conseguir con la práctica del neurofeedback dinámico.