Si tienes ansiedad evita esto en tu dieta ya que todo lo que ingerimos y bebemos puede tener repercusiones en nuestro bienestar mental, tanto como lo puede afectar negativamente.
La ansiedad es una repuesta del organismo al estado de alerta de la mente. Sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida, pero cuando ésta sale de control es desagradable ya que nos predispone a la huida tras exponernos a una situación de aparente amenaza y detona en el cuerpo una serie de sensaciones incómodas e irritantes.
Personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias; sensaciones que son incontrolables.
Pueden experimentar taquicardia, respiración agitada, sudoración y cansancio, temblores, náuseas, así como sensación de muerte.
Una ansiedad sana nos sirve para solucionar un problema o para evitarlo de manera eficaz y permanente; esta evitación no influye negativamente en otros aspectos de la vida.
Pero se vuelve una afectación patológica cuando la ansiedad nos afecta de manera desmedida en diversas áreas de nuestra vida, porque la lucha contra ella se convierte en el centro de nuestra existencia.
Cada crisis ansiosa va agravando la problemática hasta el punto de que quien la experimenta tiende a tener miedo a la situación, exponiéndose con menos frecuencia a las condiciones que pudieran detonar una crisis, limitando sus actividades cotidianas.
Causas de la ansiedad
La ansiedad puede darse como consecuencia de un problema de salud o causa médica, como la diabetes, una enfermedad cardíaca, problemas de la glándula tiroides, trastornos respiratorios como el asma, o algún tumor que afecte la producción de hormonas como la adrenalina. O el consumo de algunos medicamentos.
En estos casos, lo más apropiado es consultar al especialista y advertir que la ansiedad es un síntoma colateral al padecimiento, para que éste sea tratado adecuadamente.
No obstante, en muchos casos, sentir ansiedad es producto de la acumulación de estrés.
Un evento importante o una acumulación de situaciones estresantes más pequeñas de la vida pueden provocar ansiedad excesiva, por ejemplo, la muerte de algún familiar, estrés en el trabajo o preocupaciones continuas por la situación financiera, etc.
La personalidad en ello es también un factor determinante. Hay algunos tipos de personalidad más propensos a sufrir trastornos de ansiedad que otros.
Cosas que puedes hacer para lidiar con la ansiedad
En todo caso, lidiar con la ansiedad encuentra su efectividad en adquirir hábitos de vida saludable y evitar otros que nos hacen susceptibles a los estados ansiosos.
Evita el alcohol
Ante situaciones que provocan ansiedad, ya sea en el ámbito social, laboral o afectivo, muchas personas recurren al alcohol como un medio para tranquilizarse. No obstante, a la larga el consumo de alcohol puede derivar en un problema de adicción.
El alcohol atraviesa fácilmente las membranas celulares, por lo que es absorbido rápidamente por el estómago y distribuido por todos los tejidos. Actúa sobre diversos receptores del Sistema Nervioso. Fundamentalmente es un depresor.
De ahí su relación con las emociones, en particular con la ansiedad y la depresión.
En dosis pequeñas desinhibe, disminuye la ansiedad, lo que se equipara a un estado de excitación, aumentando la frecuencia cardíaca y respiratoria.
Con dosis mayores funciona plenamente como un depresor, disminuyendo el nivel de conciencia, la coordinación motora y las funciones autonómicas (respiración y frecuencia cardíaca).
Asimismo, hay una pérdida de las funciones cognitivas, se alteran los ritmos biológicos, hay lagunas en la memoria, desorientación espacio-temporal…
La emoción oscila de la alegría a la tristeza continuamente (labilidad emocional), pudiendo aparecer incontinencia emocional (por ejemplo, no se puede evitar arrancar a llorar repentinamente).
Surgen sentimientos de culpa, y explosiones de irritabilidad. También se tiene poca tolerancia a las frustraciones. Todo esto predispone a los ataques de ansiedad en lugar de verdaderamente inhibirlos.
Bájale al café
Aunque el consumo del café puede generar algunos beneficios, especialmente por el nivel de antioxidantes que disminuye los riesgos de estrés oxidativo en las células, el café puede también agudizar las crisis ansiosas.
La cafeína es un estimulante que aumenta la frecuencia cardíaca y puede producir nerviosismo y agitación, lo que conlleva un aumento de los niveles de ansiedad.
Para las personas que ya sufren de ansiedad, la cafeína puede estimular los ataques de pánico, y para los que normalmente no se sienten ansiosos, la cafeína puede causar ansiedad.
Según Roland Griffiths, profesor en los departamentos de psiquiatría y neurociencia en la Universidad Johns Hopkins School of Medicine, la cafeína puede desencadenar y empeorar la ansiedad y los trastornos de pánico.
La cafeína también puede causar nerviosismo, dolores de cabeza y taquicardias.
Otras bebidas estimulantes que también se deberían de evitar son té negro y verde, refrescos con cafeína, extractos de guaraná y ginseng.
Adiós a la azúcar añadida
Recientemente estudios de diversa índole han demostrado que el consumo de azúcar no sólo causa los ya conocidos estragos al organismo, como la obesidad, el síndrome metabólico, la resistencia a la insulina y la diabetes.
Las investigaciones nos dicen que este tipo de alimentos causan daño al cerebro, favoreciendo la aparición de enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión.
En el caso de la depresión, parece cada vez más claro que el alto consumo de azúcar aumenta las posibilidades de sufrir esta patología. Las razones son variadas.
Respecto a la ansiedad, se han realizado diferentes estudios que indican que una dieta que contiene alimentos ricos en azúcar aumenta esta patología, como lo demuestra un estudio llevado a cabo con ratas en la Universidad de Río Grande del Sur en Brasil y otro de la Universidad de Abeerden en el que se estudia la relación entre la dieta y la ansiedad.
Qué comer para lidiar con la ansiedad
Así como encontramos alimentos que puedes producirnos ansiedad, la correcta alimentación puede ser nuestra aliada para mantener a raya este trastorno. Entre lo que se puede hacer al respeto te dejamos estos consejos:
- Comer alimentos ricos en zinc como cereales integrales, ostras, col rizada, brócoli, legumbres y nueces.
- Tomar alimentos ricos en magnesio como pescado, aguacate y hojas verdes oscuras.
- Ingerir alimentos ricos en vitamina B, como espárragos, verduras de hoja verde, carne y aguacate.
- Introducir en la dieta alimentos ricos en ácidos grasos omega-3; por ejemplo, salmón salvaje.
- No olvidar los alimentos ricos en probióticos como el kéfir, el yogur y otros alimentos fermentados.
Neurofeedback contra la ansiedad
El neurofeedback dinámico de NeurOptimal® con el que trabaja NeuroDOZA es un apoyo adicional tanto al tratamiento conductista como al tratamiento de base de la ansiedad.
Debido a que el cerebro aprende a reaccionar de determinada manera frente a la ansiedad, también puede desaprender. Una terapia cognitiva, por ejemplo, puede ayudar al paciente a identificar los pensamientos irracionales que le producen temor o sensación de amenaza, y le entrena para encontrar opciones a esos pensamientos, de forma más adaptativa y saludable.
Además, ante las exigencias de la situación que se experimenta en la ansiedad, el cerebro tiene que modificar su adaptación, lo que no siempre es posible de la manera acelerada que el contexto le exige.
Para facilitar la corrección del funcionamiento cerebral, el neurofeedback dinámico se ha identificado como una herramienta fundamental, pues ayuda al cerebro a adaptarse al nuevo entorno de manera natural.
A través de las sesiones en Neurodoza se habla directamente al cerebro en un lenguaje comprensible y directo, y se le comunica lo que no está haciendo correctamente para que pueda corregirlo.
También podemos considerar al neurofeedback dinámico como una excelente manera de rehabilitación cognitiva y útil para acelerar los cambios que se dan otras terapias psicológicas, pues actúa en el sistema nervioso central y por lo tanto ayuda a evolucionar a nivel físico, mental y emocional.
El innovador sistema NeurOptimal con el que trabajamos, corrige la actividad cerebral basándose única y exclusivamente en la plasticidad cerebral propia de cada uno.
Al ser un método de auto-regulación y auto-regulación cerebral, le comunica al cerebro aquello que no va bien o no funciona adecuadamente y éste reacciona, sabiendo perfectamente lo que tiene que hacer reorganizándolo.
Al ser un método no invasivo y seguro, puede ser utilizado por todo tipo de personas de cualquier edad y condición.