Debemos saber qué tan grave es una isquemia cerebral, pues sus síntomas son advertencia de padecimientos aún más riesgosos para el adecuando funcionamiento del sistema nerviosos. Por ello acompáñanos a aprender más sobre qué es, cuáles son sus síntomas y cómo enfrentarse a ella.
En diversas ocasiones hemos señalado en nuestras publicaciones la relevancia que tiene la correcta oxigenación del cerebro y los graves daños que puede ocasionar una interrupción abrupta del suministro de oxígeno al cerebro.
El cerebro normal tiene escasa capacidad para almacenar nutrientes por lo que demanda un elevado aporte de oxígeno y glucosa que se satisface mediante el flujo sanguíneo. Aunque el cerebro representa el 2% del peso corporal total, recibe del 12% al 15% del gasto cardíaco y consume el 20% del oxígeno. El oxígeno asegura la actividad del cerebro, así como el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y los órganos.
¿Qué sucede cuando le falta oxígeno al cerebro?
La falta de oxígeno al cerebro durante 5 a 10 minutos puede provocar daños cerebrales severos como una isquemia. Los niveles normales de oxígeno en sangre van desde 95 a 100 por ciento. Las células cerebrales mueren sin oxígeno. Una bajada de oxígeno puede causar problemas mentales como confusión y pérdida de memoria a largo plazo.
Isquemia
Una isquemia es detención o disminución de la circulación de sangre a través de las arterias de una determinada zona, que comporta un estado de sufrimiento celular por falta de oxígeno y materias nutritivas en la parte afectada.
La isquemia puede sucederse en cualquier parte del cuerpo, pero los órganos más afectados suelen ser el corazón, el cerebro, el intestino y los dedos de las manos o los pies.
Este daño puede presentarse cuando hay una obstrucción de los vasos arteriales, resultado de una embolia, trombosis o traumatismo. Asimismo, algunos otros factores de riesgo pueden ser:
- Alteraciones del ritmo cardíaco
- Trastornos del músculo cardíaco, de las arterias coronarias o de la válvula mitral
- Diabetes
- Hipertensión
- Arterosclerosis
- Hipercolesterolemia
- Obesidad
- Humo
- Edad avanzada
Embolia
Una embolia es la obstrucción de una arteria corporal y que disminuye e incluso puede llegar a interrumpir al completo la circulación de sangre. Por lo general, se considera un émbolo a un cuerpo pequeño desprendido de otra parte del organismo, distinta a su localización, y que ha sido transportado por el torrente sanguíneo hasta colapsar un vaso con diámetro insuficiente para dejarlo circular libremente. Como consecuencia, se produce una isquemia en la zona del vaso afectado.
Trombosis
Por su parte, la trombosis es la formación de coágulos (trombos) en las venas o las arterias que, como en el caso de la embolia, viajan por el torrente sanguíneo y pueden obstruir el conducto, causando isquemias.
Isquemia Cerebral
Una isquemia cerebral forma parte de los accidentes cerebrovasculares que corresponden a una emergencia médica. Este se conoce como ataque cerebral isquémico, y suele ser común.
En general es causado por un coágulo que bloquea o tapa un vaso sanguíneo en el cerebro; esto evita que la sangre fluya hacia este órgano. En cuestión de minutos, por consecuencia, las células del cerebro comienzan a morir.
Otra razón de isquemia cerebral es la estenosis o estrechamiento de las arterias, generalmente causado por la ateroesclerosis o acumulación de placa en las arterias. Al estrecharse los conductos arteriales disminuye en riego sanguíneo y por ende la oxigenación al cerebro, causando isquemia.
Tipos de isquemia
Asimismo, según la zona afectada y el grado de disminución del flujo sanguíneo la isquemia será global (todo el encéfalo) o parcial (focalizado).
La isquemia cerebral global suele deberse a un paro cardíaco o una cirugía con circulación extracorpórea. Por su parte, la isquemia cerebral focal es causada por la oclusión de una arteria y resulta una interrupción del flujo en determinada región.
Cuando la condición es permanente, se dice que la persona ha sufrido un ataque cerebrovascular vascular isquémico o infarto cerebral. Si el déficit isquémico se revierte antes de 24 horas se conoce como como accidente isquémico transitorio.
¿Qué tan grave es una isquemia cerebral?
La gravedad de la isquemia está relacionada al tiempo en que el oxígeno dejó de llegar al cerebro.
Los ataques isquémicos transitorios se producen cuando la sangre no llega al cerebro por unos instantes. En un accidente isquémico transitorio, a diferencia de un accidente cerebrovascular, la obstrucción es breve y no hay daño permanente.
Pero tener un ataque isquémico transitorio puede significar que se está en riesgo de sufrir un accidente cerebral más grave. Aproximadamente 1 de cada 3 personas que tienen un accidente isquémico transitorio tendrá en algún momento un accidente cerebrovascular, y la mitad se producirá dentro del año después de tener el accidente isquémico transitorio.
Síntomas de un accidente isquémico
El accidente isquémico transitorio suele durar unos pocos minutos. La mayoría de los signos y síntomas desaparecen en una hora, aunque rara vez los síntomas pueden durar hasta 24 horas. Los signos y síntomas de un accidente isquémico transitorio se asemejan a los que se encuentran al principio de un accidente cerebrovascular y pueden incluir la aparición repentina de los siguientes:
- Debilidad, entumecimiento o parálisis en la cara, los brazos o las piernas, especialmente en un lado del cuerpo.
- Hablar arrastrando las palabras, balbuceo o dificultad para entender a los demás.
- Pérdida de la visión en uno o ambos ojos, o visión doble.
- Vértigo o pérdida de equilibrio o coordinación.
Puedes tener más de un accidente isquémico transitorio, y los signos y síntomas recurrentes pueden ser similares o diferentes, según qué área del cerebro se vea afectada.
Rehabilitación
Luego de un accidente cerebral isquémico, y conforme a los daños neuronales que se presente, el paciente puede sufrir daño en sus funciones cognitivas y motoras. Para lo que requerirá alguna clase de rehabilitación neurológica.
Este proceso trata de aprovechar la plasticidad cerebral, es decir la capacidad del cerebro de adaptarse a las limitaciones impuestas por este tipo de afecciones, de tal forma que la persona pueda volver a caminar, hablar o recuperarse del daño recibido en la parte dañada del cerebro.
En este proceso, la práctica de neurofeedback dinámica será de gran ayuda pues su base fundamental es la plasticidad neuronal y la capacidad cerebral para la auto-curación, ayudando al cerebro a mantenerse en el presente, vía mecanismos inconscientes.
Entre sus beneficios:
Ayuda a mejorar la memoria.
- Ganar en flexibilidad neuronal.
- Promover una mejora en la atención.
- Ayudar a la concentración en las tareas cotidianas.
- Promover hábitos saludables de sueño.
- Ayudar a manejar mejor el estrés.
- Optimizar el manejo de emociones negativas.
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