Un tic es un movimiento o una vocalización súbito y rápido que se produce de forma recurrente y sin ritmo alguno; es un gesto involuntario y repetitivo que se produce por la contracción de uno o varios músculos del cuerpo, generalmente de la cara.
La particularidad de los tics es que son movimientos convulsivos, inoportunos y excesivos; además se produce fuera de todo contexto y su efecto es distractor. Frecuentemente se presentan de forma aislada y transitoria, pero pueden llegar a ser hereditarios o formar parte de un síndrome.
Se considera un trastorno de tics cuando éstos se presentan diariamente, durante un periodo prolongado; ante ello se tiene la sensación subjetiva de que no se puede impedir su realización.
Existen tics de etiología no neurofisiológica, que se generan a partir de movimientos que en un principio se repetían de forma voluntaria y de etiología neurofisiológica, como el Síndrome de Tourette.
Fisiopatología de los tics
No se conoce totalmente el origen de la patología de un tic, pero se ha revelado recientemente que estos tienen que ver con múltiples áreas del cerebro y rutas complejas. Debido a ello los tics tienen múltiples propiedades y pueden expresar ciertos desórdenes. Ciertas rutas mediante la expresión de los tics, ya sea en la generación de sensaciones premonitorias, comorbilidades asociadas y otros cambios en el cerebro.
Se considera surgen de los circuitos cortico-estriado-tálamo-corticales, como consecuencia de la alteración de los núcleos de los ganglios basales y por ello interactúa con redes neuronales motoras, sensoriales, límbicas y ejecutivas. Debido a esta alteración, pueden manifestarse diferentes tipos de movimientos anormales en el transcurso de la evolución. Existe un amplio repertorio de tics debido a su variabilidad en el comportamiento humano.
Clasificación de tics
Podemos clasificar los tics en cuatro tipos básicos:
- Tics motores simples: guiño de un ojo, contraer la nariz, sacar la lengua, hacer muecas, movimientos o gestos estereotipados con la mano, mover hombros o espalda, etc.
- Tics motores complejos: gestos faciales, olfatear objetos, saltar, tocarse a sí mismo u a otros, golpearse a sí mismo, pisotear, etc.
- Tics vocales simples: carraspear, gruñir, chillar, silbar, chasquear la lengua…
- Tics vocales complejos: usar frases o palabras fuera de contexto, repetir palabras o frases que acaban de decir otras personas, decir obscenidades inconscientemente.
Asimismo, se encuentran trastornos de tics, los cuales pueden ser:
- Trastorno de la Tourette: si se producen múltiples tics motores y al menos uno vocal. Para que se considere este trastorno debe aparecer antes de los 18 años y durar al menos un año.
- Trastorno de tics motores o vocales persistente: Se producen tics motores o vocales, pero no ambos. Para que se considere este trastorno debe aparecer antes de los 18 años y durar al menos un año.
- Trastorno de tics transitorio: Igual que el anterior, pero con una duración de menos de un año.
- Otro trastorno de tics especificado: Si se dan tics, pero no se cumplen los criterios de ninguno de los anteriores, por ejemplo que aparezcan después de los 18 años.
- Trastorno de tics no especificado: Si se producen tics, pero no se consideran debidos a un trastorno del desarrollo neurológico.
Estos pueden presentarse de forma leve, moderada o grave.
NeurOptimal® para el tratamiento del trastorno de tics
Hay dos abordajes de los tics mediante neurofeedback dinámico: por una parte, se entrena para reducir la hiperactividad en las áreas corticales inhibitorias, favoreciendo el control de impulsos y el control de los tics. Por otra parte, se enfoca en disminuir la ansiedad y el estrés, que disparan y acentúan los tics
Al trabajar en ambos ángulos se puede lograr una mejoría significativa, que disminuye la sintomatología y favorece el trabajo con otras formas de abordaje como las terapias psicológicas en términos conductuales y emocionales. Lo que permite tratar el problema de forma global.
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