El estrecho vínculo entre ansiedad y depresión es más común de lo que imaginamos, ambas enfermedades pueden darse mismo tiempo en el llamado trastorno mixto ansioso-depresivo.

Existe un vínculo estrechísimo entre la depresión y la ansiedad. Muchos casos se presentan paralelamente, con síntomas similares, acentuando el malestar de quienes sufren estos trastornos mentales.  

Ocasionalmente la ansiedad se presenta como síntoma de la depresión y viceversa, la depresión puede incluirse dentro de un cuatro de trastorno de ansiedad. Y es que ambas son respuestas del organismo ante ciertos eventos.  

La ansiedad 

La ansiedad es una sensación de miedo y alteración de la consciencia, que surge como respuesta del organismo a un estado constante de alerta. Esta reacción resulta natural como consecuencia del estrés experimentado por un estado de alerta por un peligro real o potencial. Ante ello se dan diversas manifestaciones fisiológicas como hiperventilación, sudoración, tensión muscular, opresión en el pecho.  

Cuando una persona reacciona de forma exagerada ante una situación que objetivamente no es peligrosa, de forma repetida y prolongada en el tiempo, probablemente puede estar sufriendo un trastorno de ansiedad.   

Depresión 

La depresión es una enfermedad que afecta tanto física como mentalmente, cada vez a más personas. Quienes la padecen tienden a experimentar sentimientos de tristeza, apatía o abulia, lo que implica perder el interés en realizar todo tipo de actividades. 

Igualmente se pierde la capacidad para disfrutar y se presenta una disminución de vitalidad que limita el nivel de actividades del individuo. Se produce cansancio exagerado, aunque sólo se hayan realizado pequeños esfuerzos.  

El trastorno depresivo mayor o depresión clínica, como también se conoce a esta enfermedad, puede provocar deseos de alejarse de la familia o amigos, tensión en el trabajo hasta pensamientos suic1das. 

El estrecho vínculo entre ansiedad y depresión 

Ambas, ansiedad y depresión, son respuestas de nuestro organismo que se disparan ante ciertos eventos. En el primer caso, la ansiedad activa nuestro sistema de alerta cuando percibimos un riesgo potencial. La depresión, por su parte, suele aparecer ante situaciones que se perciben como fallos o fracasos, así como pérdidas.  

No obstante los detonantes son diferentes, ambos trastornos presentan rasgos que tienen en común culpabilidad, irritabilidad, bajo estado de ánimo y dolor emocional elevado. Asimismo, la baja autoestima hace que las personas que sufren ambos trastornos sean incapaces de enfrentarse a determinadas circunstancias ya que tienen una percepción sobre sí mismos que no es real. 

Trastorno mixto ansioso-depresivo 

Cuando se presentan síntomas combinados de ansiedad y depresión, podríamos estar hablando de un trastorno mixto ansioso-depresivo, en el que no predomina una enfermedad sobre la otra, sino que se manifiestas conjuntamente.  

La pérdida de interés, incapacidad de no experimentar placer, la insatisfacción o un estado ánimo bajo, junto con sentimientos de preocupación excesiva, irritabilidad y nerviosismo, son algunos de los principales indicativos de la presencia de un trastorno mixto ansioso-depresivo. 

Los síntomas típicos de este trastorno incluyen estado de ánimo depresivo y/o anhedonia que aparecen junto a angustia, dificultad para concentrarse, tensión y preocupación excesiva e irracional. 

Para diagnosticar este trastorno se deberán manifestar ambos cuadros sintomáticos en el paciente, en el mismo espacio de tiempo. Este aspecto es fundamental para poder diferenciar el trastorno mixto ansioso-depresivo de un trastorno de ansiedad o depresión con sintomatologías propias. 

Puntos en común 

  • Dolor emocional. En los dos trastornos hay mucho dolor emocional, irritabilidad, sensaciones de culpabilidad y bajo estado de ánimo. 
  • Baja autoestima. Tanto en la ansiedad como en la depresión la persona presenta una baja autoestima que le genera una gran indefensión y cree que no es capaz de enfrentarse a la vida. 

Diferencias 

  • La falta de energía y empuje vital es más propia de la depresión y no aparece en las personas con ansiedad pura. 
  • La hiperactivación es más propia de la ansiedad. Las personas que la sufren suelen experimentar una sobreexcitación porque anticipan cosas que están por venir o tienen que hacer, aunque esa sobreexcitación no les sirva de nada. En una persona con depresión los niveles de energía disminuyen, por tanto no hay hiperactivación 

Tratamiento  

Cuando se presenta este trastorno, el tratamiento elemental suele combinar el abordaje farmacológico con terapia psicológica (cognitivo conductual, en muchos casos), lo que puede lograr significativos resultados.  

A este tratamiento se puede añadir la práctica del neurofeedback dinámico, obteniendo beneficios como:  

  • Mejor gestión del sueño  
  • Control de los estados ansiosos  
  • Mejora de la memoria  
  • Facilita la focalización de la atención  
  • Más sensación de clama y relajación  
  • Disminución de la hiperactividad causada por ansiedad  
  • Menor irritabilidad e incomodidad  
  • Más control del dolor  
  • Mejor gestión del estrés  
  • Menos sensación de estar abrumado/a 

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