Te invitamos a conocer cómo tratar las fobias con neurofeedback dinámico y lidiar con esos miedos irracionales que paralizan nuestra vida cotidiana.

Todos en alguna ocasión hemos sentido miedo, quien no lo haya experimentado quizá tiene problemas con su sistema de alerta. El miedo es precisamente eso, una alerta ante una posible amenaza, y que desde épocas remotas ha permitido al ser humano mantenerse vivo.  

Se trata de una respuesta útil y adaptativa que conlleva cambios en la fisiología, los pensamientos y el comportamiento. 

La naturaleza del miedo 

Diversos estudios hablan que la base neurobiológica del miedo se centra en la amígdala, la cual se encuentra alojada en el sistema límbico (cerebro emocional). Esta área desempeña un papel clave en la detección de señales de peligro.  

 Si no tuviéramos amígdala, probablemente no sentiríamos miedo. Como les sucede a las personas que sufren la enfermedad de Urbach-Wiethe, una patología genética poco frecuente que produce una calcificación lenta de la amígdala. 

Sin embargo, estudios recientes han demostrado que el miedo va más allá de la amígdala, puesto que existen otras estructuras cerebrales relevantes que contribuyen a dicha emoción.  

Son diversas las áreas cerebrales se encuentran implicadas en la sensación de miedo: la ínsula bilateral, la corteza cingulada anterior dorsal y la corteza prefrontal dorsolateral.

Todas ellas nos llevan a un proceso en el que el miedo comienza por una sensación corporal y concluye siendo una emoción subjetiva, por aprendizaje.  

¿Qué es una fobia? 

No obstante, el miedo puede salirse de control y volverse recurrente frente a ciertos estímulos, como es el caso de las fobias. El miedo deja de ser adaptativo, para convertirse en algo que nos impide llevar una vida, considerada, normal. Cuando el miedo ha llegado a ese límite podemos hablar de fobia. 

Se puede definir una fobia como aquel miedo que impide realizar y desarrollar nuestra vida tal y como queremos que sea. Un miedo extremo e incontrolable frente a uno o varios estímulos. Aquello que desencadena el miedo varía muchísimo de unas personas a otras, y tampoco se teme siempre a las mismas situaciones. 

Cuando hablamos de fobias hacia algo específico nos referimos a un miedo focalizado a una fuente determinada o circunstancia específica y el miedo tiene un claro origen (miedo a las arañas, a los perros, a las alturas) pero hay otras fobias que no lo tienen claro, como la fobia social y la agorafobia.  

El origen de las fobias 

A veces se reconoce en una experiencia traumática el origen de las fobias (miedo a los perros luego de que uno nos haya mordido); pero en otros casos la causa de la fobia es un trauma que no se es capaz de recordar, ya sea porque ha sido bloqueado su recuerdo o porque no lo asociamos con la fobia actual.  

También hay casos en los que la fobia no tiene una correlación directa con su origen. La ansiedad o miedo que sentimos de forma general o ante una situación no relacionada con la fobia sirve de disparador a un miedo previo o una obsesión, que hasta ese momento no había constituido una fobia. 

Sin embargo, en todo caso, las fobias afectan drásticamente la vida de las personas, limitando su actividad cotidiana y requieren de un tratamiento integral, en manos de profesionales. 

Las fobias se pueden tratar con técnicas conductistas, que suelen ser muy efectivas. Sin embargo, es recomendable ir más allá y trabajar con la ansiedad que ha propiciado la aparición de la fobia, ya sea trabajando el trauma si se conoce o la ansiedad directamente si no se conoce. 

Neurofeedback dinámico para lidiar con las fobias 

Además de tratar las fobias desde un abordaje médico o psicológico, podemos hacerlo mediante el entrenamiento cerebral, con el luego de algunas sesiones de trabajo se podrá disminuir la angustia y la ansiedad que detonan la sensación de pánico ante el estímulo de la fobia.  

El neurofeedback dinámico NeurOptimal® es una técnica de apoyo en el tratamiento de los trastornos por pánico y miedo patológico. Ayuda en la eliminación de los síntomas, disminuyendo la ansiedad, lo que permite trabajar con técnicas como el afrontamiento en una terapia conductista y elimina la inhibición que suele ir asociada a la búsqueda del origen de la ansiedad. 

Además, ante las exigencias de la situación que se experimenta en la ansiedad, el cerebro tiene que modificar su adaptación, lo que no siempre es posible de la manera acelerada que el contexto le exige.  

Para facilitar la corrección del funcionamiento cerebral, el neurofeedback dinámico se ha identificado como una herramienta fundamental, pues ayuda al cerebro a adaptarse al nuevo entorno de manera natural. A través de las sesiones se habla directamente al cerebro en un lenguaje comprensible y directo, y se le comunica lo que no está haciendo correctamente para que pueda corregirlo. 

También podemos considerar al neurofeedback dinámico como una excelente manera de rehabilitación cognitiva y útil para acelerar los cambios que se dan con otras terapias psicológicas, pues actúa en el sistema nervioso central y por lo tanto ayuda a evolucionar a nivel físico, mental y emocional. 

NEURODOZA | CITAS 

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