La depresión es una enfermedad que puede sucederle a cualquiera; un padecimiento que se fundamenta en un estado de la mente, una condición del funcionamiento cerebral y de su correcta producción de neurotransmisores como serotonina o dopamina, entre otras cosas.  

Al respecto, los expertos afirman que cada vez más personas se encuentran vulnerables a presentar un episodio depresivo en algún momento de la vida; ello puede deberse al estilo de vida contemporáneo, la alimentación, el consumo de ciertas sustancias…  

Hasta hoy, no se puede decir que exista un perfil único de quien pueda padecer depresión; sin embargo, sí se sabe de acciones y cambio de hábitos que podemos asumir para prevenirla.  

Claves para prevenir la depresión 

Se puede prevenir la depresión, pero sin olvidar que no se trata sólo de un estado de ánimo de tristeza, que hay factores fisiológicos que la determinan y que es una enfermedad que, como cualquier otra, debe ser tratada profesionalmente.  

Para prevenirla se sugiere:  

  1. Llevar un estilo de vida saludable. Esta es la forma de prevención de enfermedades por excelencia, incluyendo prevenir la depresión. Tener una dieta balanceada, hacer ejercicio, dormir los suficiente, evitar el consumo abusivo de sustancias tóxicas como alcohol y tabaco, es base de una buena salud física y mental.  
  2. Desarrollar la inteligencia emocional. La correcta gestión de emociones es muy importante para mantener un equilibrio en la vida. La inteligencia emocional es el principal camino para aprender a manejar lo que sentimos tanto positivo y negativo; nos ayuda a entender la emoción exacta, el motivo de lo que sentimos y qué hacer con ello para que no nos dañe ni nos haga lastimar a otros.  

La inteligencia emocional consiste en desarrollar una serie de habilidades que permiten percibir, valorar y expresar emociones, acceder a ellas, comprenderlas y, por último, regularlas. La inteligencia emocional es un indicador útil para valorar el bienestar emocional y el ajuste psicológico de las personas. 

3. Llevar una vida socialmente activa. Está comprobado que el aislamiento y la soledad son fuente de enfermedades y trastornos en el individuo, incluyendo la depresión. Es por ello que es importante rodearse de buenos amigos, acudir a eventos sociales y tener algunos hobbies que nos permitan socializar.  

Un estudio realizado en Japón demostró que aquellas personas que practicaban ejercicio físico regularmente, se alimentaban con una dieta saludable y disfrutaban de sus hobbies, son más felices y menos propensos a sufrir depresión. 

4. No te compares. El desgaste psicológico de compararse con los demás y de estar pensando en agradar a todo el mundo no es sano y produce estrés innecesario. Asimismo, la frustración que nos produce no alcanzar metas poco realistas al intentar imitar modelos ajenos a nuestra realidad puede provocar angustia, ansiedad, trastornos alimenticios y depresión. 

Lo ideal es trabajar para desarrollar la autoestima y aprender a generar aceptación personal. Asimismo, es importante tener metas realistas acordes con nuestra circunstancia y potencial.  

5. Cuídate del estrés. Aunque cada vez más nos habituamos a vivir bajo algún nivel de estrés, cuando éste es continuado esto puede llevar a una depresión. Muchas investigaciones afirman que uno de los síntomas que pueden presentarse en el Síndrome de Burnout es la depresión. La recomendación es aprender técnicas de gestión del estrés y relajación. 

6. Vive el presente. Vivir el aquí y el ahora nos permite ser mucho más conscientes del estado de las cosas y nuestra realidad; nos permite estar alertas de nuestro estado de ánimo y el entorno que nos influye. Aprender a vivir en el presente te ayuda a mejorar el bienestar y te protege contra la depresión.  

7. Entrena tu cerebro con neurofeedback dinámico. Antes de llegar a la depresión, puedes entrenar tu cerebro con la técnica de NeurOptimal®, la cual es benéfica para todas las personas. Gracias a ella se podrán observar:  

  • Mejoras en las áreas emocionales: ánimo, humor y autoestima, disminuyendo la ansiedad. 
  • Mejoras en la atención, la concentración y la serenidad; así como aumento en la rapidez de la  respuesta, y por tanto la eficiencia y la productividad. 
  • Propensión a experimentar confianza y satisfacción, siendo muy útil cuando el estado de ánimo es bajo. 
  • Mejoras en flexibilidad mental. 

 Y aunque esta técnica normalmente se asocia a personas que padecen diferentes trastornos psicológicos también pueden ser usados en personas que simplemente quieren mejorar su condición emocional, siendo más seguras, asertivas, afrontando mejor las cosas, relacionándose mejor con los demás, etc. En general, ganando inteligencia emocional. 

De esta forma el neurofeedback dinámico puede proporcionar: motivación, control emocional y control de impulsos, para ayudarnos a mejorar personal, familiar y profesionalmente. 

¡Mantente saludable, entrena tu cerebro!

NEURODOZA | CITAS 

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