desconectar del trabajo
Cómo desconectar del trabajo después de salir de la oficina es una dificultad que muchos tenemos, a veces por workaholic otras por una falsa ilusión de productividad. Por ello, hoy te dejamos algunas claves de cómo hacerlo sin sentir culpa en el intento.
La cultura contemporánea nos ha hecho creer que hay que “vivir para trabajar y no trabajar para vivir”. Hoy en día el trabajo es más que una fuente de ingresos para satisfacer nuestras necesidades elementales; también satisface requerimientos sociales (estatus) y de pertenencia, puede ser un mecanismo de evasión emocional e incluso una adicción.
Peor aún, durante el confinamiento por la pandemia de Covid 19, el home office nos llevó a estar laboralmente disponibles prácticamente las 24 horas del día. La consecuencia es que seguimos tratando de cumplir con las expectativas que quedaron de aquellos meses.
Cada vez es más difícil desconectar del todo de nuestros quehaceres laborales, con frecuencia la mente está aún en la oficina y sus pendientes incluso los días de asueto. Nos cuesta hacer un verdadero alto, con el riesgo de afectar nuestra salud con trastornos como la ansiedad y el síndrome de burnout.
¿Por qué no nos desconectamos del trabajo?
Hay múltiples factores que nos predisponen a engancharnos con el trabajo, desde tener un perfil perfeccionista, con altos ideales, que nos lleva a querer cumplir con todo; hasta ser altamente competitivos con baja tolerancia a la frustración. ¡Nos tomamos demasiado en serio el trabajo!
También hay otros motivos por los que no podemos dejar de pensar en el trabajo: el miedo al despido, complicaciones en las finanzas familiares, ser dueños del negocio, entre otros. Motivaciones que pueden ser válidas, pero siguen poniendo en riesgo nuestra salud mental.
Sumemos a las razones por las que no desconectamos del trabajo a la tecnología. Los dispositivos móviles nos mantienen más que nunca accesibles a las emergencias y urgencias de las empresas. Desde un correo hasta un mensaje de texto, todo nos hace estar al alcance.
Algunas buenas razones para dejar de pensar en el trabajo serían:
- No podemos resolverlo todo ni tener el control en cada momento.
- La salud es primero. La falta de descanso mental también puede poner en riesgo tu salud física y mental.
- Tiempo para uno mismo. Como parte del autocuidado y mantenimiento de la salud, es importante tener lapsos en los que dediquemos a realizar actividades que nos gusten y que cuiden de nosotros. Hay quienes incluso dejan de ir al médico por atender los deberes profesionales.
- Desconectar no es evadir la responsabilidad. Dejar de pensar en el trabajo no nos hace irresponsables ni habla peor de nosotros. Podemos equilibrar los momentos de esfuerzo y también los de descanso.
- Es importante vivir en el aquí y en el ahora, por pura salud mental y emocional.
- Tu familia y amigos te están esperando para convivir y disfrutar el día plenamente.
¿Cómo desconectar del trabajo?
Si realmente buscas desconectar de tus quehaceres laborales y olvidarte de la oficina, es importante que te comprometas contigo mismo como un mecanismo de autocuidado. Puedes seguir las siguientes estrategias.
1. Lo primero que debemos hacer es cambiar la mentalidad frente al trabajo. Una tarea difícil si nos dejamos llevar por las falsas ides de productividad y responsabilidad al respecto. Por mucho que nos guste lo que hacemos, dejemos de pensar que el mundo se acaba si dejamos de trabajar por un día.
2. Nos corresponde establecer límites a las responsabilidades laborales. Ello significa establecer un horario definido entre las horas de trabajo y las de descanso, entre los días laborales y los de asueto. Debemos hacerlo cumplir al empleador como cumplirlo nosotros mismos.
3. Normalicemos no concluir ciertas tareas. Aunque existan labores que sí o sí deban quedar de inmediato, hay tareas que pueden esperar para el día siguiente y no pasa nada. Asumámoslo.
4. La tecnología es enemiga del trabajo. Utilicemos aplicaciones para bloquear el smartphone fuera del horario laboral e impedir que las notificaciones y las alertas capten nuestra atención.
5. Organicemos la agenda. Hacer planes y agendarlos nos ayudará a apegaron al propósito de desconectar. Contar con planes de ocio con familiares y amigos o practicar algún hobby contribuye a desconectar del trabajo.
6. Tareas recreativas. Si no se tiene un pasatiempo hay que buscar uno, es vital no sólo para desconectar sino para encontrar descanso y relajación.
7. Lugares para todo. Dejemos de comer en la oficina o hacer actividades en ella que no tienen que ver con el trabajo; lo mismo si se continúa el trabajo en casa, aquí hay que tener un área solo para laborar que no se mezcle con las áreas privadas y de descanso. El cerebro debe identificar los diferentes ambientes espaciales para saber que ya no es tiempo laboral.
8. Aprender a gestionar el tiempo para ser más efectivo es esencial en el proceso de desconexión. Si luego de terminar el horario laboral se sigue trabajando o pensando en el trabajo porque no se terminaron las tareas pendientes, quizá es momento de retomar estrategias de administración del tiempo y organización del trabajo.
9. Técnicas de manejo de estrés, meditación y relajación. Éstas son elementales para apoyar nuestro propósito de desconexión. Dedicar tiempo a que la mente también tenga su momento.
10. Prioriza la salud. Aunque debería ser el primer punto de esta lista, lo dejaremos aquí como un buen cierre de claves para desconectar del trabajo.
Consideremos que en el trabajo somos sustituibles, mientras que en la familia y con los amigos eso no pasará. Cuidar de la salud física y mental es esencial, así que será importante agendar y respetar las horas de comida y sueño, las que dediquemos al ejercicio físico, el contacto con la naturaleza, etc.
Descanso con neurofeedback dinámico
Una buena ayuda para la recuperación del cerebro después de la jornada laboral, para encontrar descanso, disminuir el estrés o la ansiedad, evitar el insomnio por cansancio y aumentar nuestro enfoque, es la práctica del neurofeedback dinámico.
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