Nuestra vida no es más que recuerdos. Desde nuestras primeras veces: en la escuela, en el amor, en un departamento nuevo; son recuerdos nuestras conversaciones, nuestros viajes, nuestras lecturas. Pero también lo son el saber cómo abotonarse la camisa, tomar el tenedor, escribir una carta, encontrar nuestra casa, llegar al trabajo. 

Pero imagina que, así como un día fuiste acumulando recuerdos, desde los más dulces de tu infancia, hasta aquellos momentos que templaron tu carácter y te hicieron madurar, del mismo modo, van desapareciendo poco a poco pasajes de tu memoria.  

Dejas de recordar primero dónde están las llaves, y luego para qué sirve esa cosa que traes entre las manos —la misma que antes usabas para escribir, pero ya lo has olvidado—. Se te olvida el nombre de tus hijos, pero también sus rostros; a tu pareja, no es que la hayas dejado de amar, es que no la recuerdas. Te pierdes en la calle y un día eres incapaz de encontrar la que era tu oficina desde hacía 20 años, porque has olvidado el nombre de las calles e incluso los motivos que te llevaron a dejar tu hogar.  

Un día, la memoria de todo lo que has sido, de lo que has vivido y de todo lo que sabes se esfuma y en la mente parece solo haber marañas que te perturban, te angustian, te inutilizan.  

Esta no es una exageración, es la vida real de las personas que viven con Alzheimer, quienes poco a poco ven mermada su memoria inmediata y confusos sus recuerdos remotos.  

¿Qué es el Alzheimer? 

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo que hace que las células del cerebro se degeneren y mueran. Ésta es la causa más común de demencia, una disminución continua de las habilidades de pensamiento, comportamiento y sociales que altera la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente. 

Los primeros signos de la enfermedad pueden aparecer cuando se olvidan eventos recientes o conversaciones. A medida que la enfermedad avanza, una persona con la enfermedad de Alzheimer desarrollará un deterioro grave de la memoria y perderá la capacidad de realizar tareas cotidianas como alimentarse o vestirse. 

No obstante, es importante que consideremos que no cualquier olvido es un síntoma de Alzheimer, y que además de la pérdida de la memoria, se presentan otros síntomas que provocarían la pérdida de la vida. En las etapas avanzadas de la enfermedad, las complicaciones de la pérdida grave de la función cerebral, como la deshidratación, la desnutrición o la infección, causan la muerte. 

Por ello debemos conocer bien la enfermedad y cuáles son sus síntomas que llevan a los especialistas a un diagnóstico oportuno y prever un tratamiento adecuado. Tomando en cuenta que no existe un tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer o que altere el proceso de la enfermedad en el cerebro.  

Síntomas de la enfermedad de Alzheimer* 

La ciencia ha identificado ya los síntomas del Alzheimer para un diagnóstico apropiado; entre ellos el más conocido y clave para su identificación es la pérdida de la memoria. 

La Memoria 

Como decíamos anteriormente, no por olvidar una vez dónde dejaste la cartera o quizá una palabra en mitad de una frase, debes alarmarte. Todo el mundo tiene lapsos de memoria ocasionales. Es normal olvidarte dónde pusiste las llaves o el nombre de un conocido. 

Sin embargo, la pérdida de la memoria en caso de Alzheimer persiste y empeora, inicia con la dificultad para recordar eventos o conversaciones recientes, y a medida que la enfermedad avanza, las alteraciones de la memoria empeoran y se manifiestan otros síntomas. 

Las personas con Alzheimer pueden hacer lo siguiente: 

  • Repetir expresiones y preguntas una y otra vez. 
  • Olvidarse de conversaciones, turnos o eventos, y no recordarlos más tarde. 
  • Perder habitualmente las posesiones, a menudo cuando las ponen en lugares ilógicos. 
  • Perderse en lugares conocidos. 
  • Eventualmente olvidar los nombres de los miembros de la familia y los objetos cotidianos. 
  • Tener problemas para encontrar las palabras adecuadas para identificar objetos, expresar pensamientos o participar en conversaciones. 

Trastorno del pensamiento y del razonamiento 

La enfermedad de Alzheimer dificulta la concentración y el pensamiento, en especial con conceptos abstractos tales como los números. 

La realización de varias tareas es particularmente difícil, y es posible que se complique el manejo de las finanzas, el balance de las chequeras y el pago a tiempo de las cuentas. Estas dificultades pueden evolucionar y convertirse en una incapacidad para reconocer y lidiar con los números. 

Toma de decisiones 

Disminuirá la capacidad para llegar a decisiones y opiniones razonables en situaciones cotidianas. Por ejemplo, la persona puede tomar malas decisiones o tener actitudes impropias en interacciones sociales, o usar ropa inadecuada para el clima. Puede ser más difícil responder de forma efectiva a las dificultades cotidianas, tales como cuando se quema la comida u ocurre algo inesperado al conducir. 

Dificultad para la vida cotidiana 

Con el avance de la enfermedad, las actividades que, en algún momento, fueron parte de la rutina y que requerían el seguimiento de pasos secuenciales, como planear y elaborar una comida o jugar un juego favorito, se transforman en una dificultad. Con el tiempo, las personas con la enfermedad de Alzheimer avanzada pueden olvidarse de cómo realizar tareas básicas, como vestirse y bañarse. 

Cambios en la conducta 

Los cambios cerebrales que se producen en la enfermedad de Alzheimer pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento. Los problemas pueden incluir los siguientes: 

  • Depresión 
  • Apatía 
  • Aislamiento social 
  • Cambios de humor. 
  • Desconfianza en los demás 
  • Irritabilidad y agresividad 
  • Cambios en los patrones de sueño 
  • Desorientación 
  • Pérdida de la inhibición 
  • Delirios, como creer que te robaron 

NeurOptimal® para la memoria

Como hemos señalado, la enfermedad de Alzheimer no tiene aún una cura, y los tratamientos médicos actuales sólo pueden mejorar temporalmente los síntomas o retardar la tasa de disminución de las capacidades del individuo. Estos tratamientos pueden ayudar a las personas con la enfermedad a maximizar sus funciones y mantenerse independientes por un tiempo.  

Paralelamente a la medicación, el entrenamiento cerebral con NeurOptimal® será una herramienta fundamental para mediar en el deterioro cognitivo que ocurre naturalmente a medida que envejecemos y ayudar a contrarrestar los efectos del Alzheimer, la memoria, el recuerdo y el aumento de la destreza cognitiva general en personas mayores. 

 Al igual que el ejercicio físico beneficia al cuerpo, NeurOptimal® mantiene el cerebro en forma y resistente lo que permitirá retrasar la aparición temprana del deterioro cognitivo propio de la enfermedad, así como sus síntomas.  

De igual manera, la técnica de neurofeedback dinámico brinda posibilidades de un estilo de vida saludable en todas las edades al: 

  • Beneficiar la memoria. 
  • Ganar en flexibilidad neuronal. 
  • Promover una mejora en la atención. 
  • Ayudar a la concentración en las tareas cotidianas.  
  • Promover hábitos saludables de sueño. 
  • Ayudar a manejar mejor el estrés. 
  • Optimizar la gestión del sueño. 

*Con información de Mayo Clinic. org 

NEURODOZA | CITAS

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