El oxígeno asegura la actividad del cerebro, así como el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y, en general, todo el organismo. La falta de irrigación sanguínea que provee del oxígeno necesario para el adecuado funcionamiento de este órgano puede ocasionar graves daños.  

La falta de oxígeno entre cinco y diez minutos puede generar incluso la muerte de neuronas.  

Tal es el caso de la demencia vascular, un padecimiento que provoca problemas con las funciones cognitivas: el razonamiento, la planificación, el juicio, la memoria y otros procesos mentales debido al daño cerebral causado por la disminución del flujo sanguíneo al cerebro, que le priva de oxígeno.  

¿Qué es la demencia vascular? 

La demencia es una pérdida gradual y permanente del funcionamiento cerebral que ocurre a causa de ciertas enfermedades. Afecta la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento.  

Cuando hablamos de demencia vascular (DVa), se refiere a las causas del estado demencial vinculados al estado de salud del sistema cardiovascular (venas, arterias y corazón). La DVa puede ser provocada por una serie de pequeños accidentes cerebrovasculares durante un periodo de tiempo prolongado. Un accidente cerebrovascular es una interrupción o bloqueo del riego sanguíneo a cualquier parte del cerebro, provocando con ello el daño en las neuronas.  

Por otro lado, la demencia vascular puede producirse como resultado de otros trastornos que dañan los vasos sanguíneos y disminuyen la circulación, lo que priva al cerebro del oxígeno y pone en riesgo la vida de las células neuronales. 

Los trastornos que estrechan o dañan los vasos sanguíneos cerebrales también pueden ocasionar demencia vascular. Estos trastornos incluyen el desgaste por el envejecimiento, la presión arterial alta, el envejecimiento anormal de los vasos sanguíneos (aterosclerosis), la diabetes y la hemorragia cerebral. 

La DVa es la segunda causa más frecuente de demencia, después del mal de Alzheimer en personas de más de 65 años. 

Síntomas de la DVa 

De acuerdo a la Clínica Mayo, los síntomas de la demencia vascular varían según la parte del cerebro donde disminuye el flujo sanguíneo. Los síntomas suelen coincidir con los de otros tipos de demencia, en especial con la de la enfermedad de Alzheimer, por lo que es indispensable que al presentarse uno o varios de estos signos se acuda de inmediato a la consulta médica para tener un diagnóstico preciso y oportuno.  

Entre los signos y síntomas de la demencia vascular se incluyen los siguientes: 

  • Desorientación 
  • Dificultad para prestar atención y concentrarse 
  • Capacidad reducida para organizar pensamientos o acciones 
  • Disminución en la capacidad para analizar una situación, desarrollar un plan efectivo y comunicar ese plan a otros 
  • Dificultad para decidir qué hacer a continuación 
  • Problemas con la memoria 
  • Intranquilidad y agitación 
  • Marcha inestable 
  • Deseo repentino y frecuente de orinar o incapacidad para controlar la micción 
  • Depresión o apatía 

Factores de Riesgo 

Aunque se considera que la demencia vascular es un padecimiento que afecta sólo a personas mayores, hay factores de riesgo que desde jóvenes se pueden evitar para disminuir las posibilidades de sufrirla.  

En mucho, evitar malos hábitos desde la juventud puede ser de gran ayuda para evitar la Demencia Vascular.  

Por lo general, los factores de riesgo para la demencia vascular son iguales a aquellos de la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular y se encuentran entre ellos los siguientes: 

  • El riesgo de tener demencia vascular aumenta a medida que se envejece. 
  • Historia clínica de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o mini accidentes cerebrovasculares. 
  • Envejecimiento anormal de los vasos sanguíneos (aterosclerosis). 
  • Los niveles elevados de colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL), el colesterol “malo”, se asocian con un aumento del riesgo de tener demencia vascular. 
  • La presión arterial muy alta somete a los vasos sanguíneos a un exceso de estrés en todas las partes del cuerpo, incluso el cerebro. 
  • Los niveles altos de glucosa dañan los vasos sanguíneos del cuerpo, lo que aumenta el riesgo de tener un accidente cerebrovascular y demencia vascular. 
  • El tabaquismo daña de forma directa los vasos sanguíneos, lo cual aumenta el riesgo de presentar aterosclerosis y otras enfermedades circulatorias. 
  • La obesidad es un factor de riesgo conocido para las enfermedades vasculares en general y, por lo tanto, se presume que aumenta el riesgo de tener demencia vascular. 

NeurOptimal®  puede brindar mejoría en casos de DVa 

Aun cuando la demencia vascular no es reversible, con el entrenamiento con Neurofeedback dinámico se pueden tener mejoras en las funciones cognitivas, ansiedad, estado de ánimo, niveles de expresión y la calidad de vida en general. 

NEURODOZA | CITAS 

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