Hoy sabemos los grandes beneficios de la música en el cerebro y nos encantan, ¿por qué no utilizarla para el entrenamiento cerebral con NeurOptimal?
Gran parte de los seres humanos tenemos la vida musicalizada. Cada recuerdo, cada instante, seguramente tiene como fondo una canción o una melodía. Nuestro primer baile, la primera novia o el primer novio, la fiesta con los amigos, el festival en la escuela, la boda o una canción de cuna.
La música nos alegra el día, nos acompaña en la tristeza y disminuye nuestro enojo; la hay para todas las emociones y esto no es gratuito. Nuestro estrecho vínculo con la música es natural y se produce por medio de complejos mecanismos neuronales.
Música para permanecer juntos
Se considera que primero fue la producción musical y luego el habla humana. Al respecto, existen diversas teorías sobre la cercana relación entre la música y la evolución.
Al estudiar la respuesta del cerebro a la música, las áreas claves que se ven involucradas son las del control y la ejecución del movimiento. Una hipótesis señala que ésta podría ser la razón por la que se desarrolló la música: para ayudarnos a todos a movernos juntos.
Cuando la gente se mueve al unísono tiende a actuar de forma más altruista y estar más unida, lo que podría haber ayudado en la evolución humana. El placer de la actividad coordinada genera un ambiente de camaradería que deja a los participantes extasiados.
Ello tiene ventajas para un organismo que tenía que defenderse de fieras más fuertes y veloces que ellos, y que habría que cazar para alimentarse. Estar unidos era la forma más “fácil” de supervivencia y la música el instrumento de fusión.
La música antes que hablar
Como hemos señalado anteriormente el ser humano primero distingue sonidos e incluso reconoce la música dentro del vientre materno y será mucho más tarde que comience a hablar. Un bebé de dos meses ya es capaz de reconocer diferentes sonidos agradables o desagradables, además de ser capaz de recordar melodías escuchadas varios días antes.
Se diría que la música es innata: nacemos dotados para apreciarla sin que nadie nos enseñe. Sin embargo, Darwin decía que esta habilidad era misteriosa, pues no parece tener una utilidad real en el proceso de supervivencia del ser humano (no se requiere para nada en particular de lo que dependa la existencia).
No obstante, si la evolución nos ha dotado de cerebros musicales, debe ser porque la música confirió a nuestros antepasados alguna ventaja en el entorno en que vivían.
Un lugar seguro
El psicólogo experimental Steven Pinker, del Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard, considera que la música no es una adaptación, sino una especie de efecto secundario de otras habilidades y necesidades del organismo humano.
Sus sonidos repetitivos, ordenados y predecibles, nos estimulan en los centros del placer que sirven para indicarnos que hemos encontrado un ambiente ordenado y predecible, un ambiente seguro.
Y es que la música está considerada como un elemento que causa gran placer en la vida y por ende libera dopamina en el cerebro (como lo hace la comida, el sexo y las drogas).
La música en el centro del placer
Todos ellos son estímulos que dependen de un circuito cerebral subcortical en el sistema límbico, es decir, aquel sistema formado por estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales; particularmente, el núcleo caudado y el núcleo accumbens y sus conexiones con el área pre-frontal.
Los estudios que muestran activación ante los estímulos mencionados revelan un importante solapamiento entre las áreas, lo que sugiere que todos activan un sistema en común.
Según Robert Zatorre, neurocientífico del Instituto Neurológico de Montreal, las actividades musicales —escuchar, tocar, componer— ponen a funcionar casi todas nuestras capacidades cognitivas. Muchos neurocientíficos se interesan en la neurofisiología de la música porque ésta puede revelar muchas cosas acerca del funcionamiento general del cerebro.
Beneficios de la música para el cerebro
Aun desconociendo la naturaleza de nuestro vínculo con la música, la ciencia ha ido develando los beneficios que ésta provee, particularmente en el cerebro.
Escuchar música causa que se libere una sustancia denominada dopamina, conocida por ser la sustancia del placer. Es decir, genera un proceso de estimulación neuronal que causa sensación de satisfacción y felicidad.
Además, la música no solo sirve para relajarnos o concentrarnos: ayuda a mejorar en estados depresivos y en personas con la enfermedad de Alzhéimer.
El simple acto de escuchar música origina cambios bioquímicos en el cerebro que afectan a los neurotransmisores y a la interconectividad entre diversas áreas cerebrales.
Entre estos encontramos los siguientes:
- Mejora la plasticidad cerebral
- Aumenta la materia gris
- Disminuye la ansiedad
- Incrementa la capacidad matemática
- Elimina el estrés
- Reduce el insomnio
- Promueve un pensamiento más eficiente
- Ayuda a centrar la atención
La música en el neurofeedback dinámico
El entrenamiento con Neurofeedback dinámico NeurOptimal©, reorganiza el cerebro para funcionar de manera más eficiente, por medio de la regulación de las ondas cerebrales. El cerebro recupera la flexibilidad y resiliencia que ha perdido por diferentes motivos. Se consiguen cambios eficaces y duraderos a través de sesiones agradables y placenteras, con un entrenamiento no-invasivo, indoloro, sin esfuerzo y sin ningún efecto secundario, gracias a la auto-regulación y la creación de nuevas conexiones neuronales.
La sesión tiene lugar en un entorno de tranquilidad, se busca que el cliente pueda disfrutar de su sesión de la forma más cómoda posible. La duración del entrenamiento habitualmente es de 33 minutos. Se colocan unos mini electrodos sobre el cuero cabelludo y en las orejas. A partir de ese momento NeurOptimal™ registra a través del EEG (electroencefalograma) la actividad eléctrica del cerebro. Mientras se realiza este proceso, durante la sesión, se reproduce una agradable música.
NeurOptimal™ mide dicha actividad électrica y la analiza de forma global en todas y cada una de las áreas y frecuencias del cerebro comprendidas entre 0 y 42Htz. Si la actividad eléctrica registrada es la adecuada, la música seguirá sonando. En el caso contrario, si se detecta una actividad inadecuada (turbulencias) la música se interrumpe = el cerebro se sorprende (intervención de la amigdala).
La interrupción es la única información que NeurOptimal™ envía al cerebro, interrupción es igual a aprendizaje para el cerebro, ya que al sorprenderle, se reorganiza. Cada interrupción propicia una nueva conexión neuronal en el área donde haya ocurrido. La repetición de las correcciones en la actividad eléctrica será el aprendizaje del cerebro, el entrenamiento. El cerebro se va auto-regulando a su ritmo gracias a su propia plasticidad.