En esta temporada decembrina es muy frecuente sufrir lo que se conoce como Ansiedad Navideña, ¿por qué? Hoy te damos una razón.

Ay quienes estas fiestas decembrinas las viven con total plenitud y gozo, pero otras personas las sufren. Viven con nostalgia, estrés y ansiedad. Y es que estos días nos cambian la cotidianidad, nos recuerdas la infancia que añoramos como un paraíso perdido; nos hacen extrañar a los seres queridos que ya no están, algunos incluso sienten más la soledad.  

Los días de Navidad nos enfrenta a tumultos en los centros comerciales, a gastos económicos que no siempre podemos afrontar o reuniones familiares que terminarán en incomodidad o pleitos. Las navidades no son para todos…  

¿Qué es la ansiedad?  

Una serie de circunstancias extraordinarias rodean la celebración de esta época y no todos estamos dispuestos a enfrentarlos de la misma manera, hay quienes viven lo que se conoce como Ansiedad Navideña, que incluso puede convertirnos en un verdadero Grinch.  

Con frecuencia en este blog hemos hablado sobre la ansiedad y lo que pasa en el cerebro cuando la sufrimos. Esta es una reacción normal, que se genera cuando estamos frente a una amenaza real o imaginada, una respuesta natural que nos prepara para enfrentarnos a ella. Su función es la de movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto a actuar frente a las amenazas de forma que se minimice el riesgo. La ansiedad, junto con el estrés, es un mecanismo de defensa instintivo de supervivencia. Es un proceso adaptativo. 

Hay una activación fisiológica: el corazón se acelera y pensamos más deprisa para tener más recursos que nos permitan actuar en el momento de alerta. Hay descargas de adrenalina desde nuestro cerebro y ello impulsa que nuestros músculos sean más fuertes para pelear o huir.  

Estar en un callejón oscuro a mitad de la noche, por supuesto va a despertar nuestras alarmas y el cuerpo se preparará por lo que pueda pasar. Si conocemos bien nuestro organismo, sabremos qué señales se presentarán ante situaciones de posible riesgo.  

Emociones debajo de la ansiedad 

El problema se da cuando no somos capaces de identificar lo que nos causa esta respuesta ansiosa o sentimos que no tenemos los recursos para afrontarla. Esto generalmente está relacionado con ciertas condiciones que nos provocan incertidumbre, cosas que nos atemorizan (aunque no sean reales) o la preocupación de tener que afrontar algo desagradable (como un pleito familiar, por ejemplo).  

Se puede dar también en situaciones traumáticas vividas, la ansiedad se produce como un mecanismo de defensa que nos permite asimilar lo ocurrido. Además, la ansiedad puede estar presente en el duelo como una forma de protección frente a la pérdida (el dolor que nos causa, lo traumático que pueda ser la muerte del ser querido, etc.).  

Finalmente, la ansiedad es la manifestación fisiológica y psicológica más evidente de un miedo o un trauma. Esta suele ser una emoción que encubre otras emociones cómo la tristeza, la rabia, el miedo o la culpa.  

La persona ansiosa suele vivir entre el pasado y el futuro. Se culpa por lo que sucedió y anticipa lo que podría suceder y todavía no ha sucedido (tal vez no pasará). Normalmente se piensa en lo peor que podría ocurrir, y constantemente se recrea en esos pensamientos rumiantes o fatalistas. 

Este tipo de ansiedad, a diferencia del proceso natural de preservación, puede ser patológica; que nos paraliza, nos agobia y conflictúa. En lugar de afrontar y actuar para salir del conflicto, sólo nos frena y nos impide encontrar soluciones.  

Por ejemplo, en el contexto de las fiestas navideñas, puede ser que la ansiedad por que salga todo perfecto me deje sin habla, me impida relacionarme, me bloquee incluso me llegue a irritar. Ello puede generar el conflicto familiar que tanto temía.  

Ansiedad Navideña, ¿por qué? 

Las reuniones familiares, las comidas de empresa, las compras y las ausencias familiares aumentan el estrés y la ansiedad en estas fiestas. La Navidad nos conecta con todo tipo de pérdidas, puede hacernos revivir peleas familiares, conflictos no resueltos, hacer más presente nuestra soledad, darnos cuenta de lo que hemos perdido, etc.  

Todo ello puede generar un estrés muy abrumador, ideas fantasiosas, pensamientos fatídicos y reacciones ansiosas por lo que puede llegar a pasar o por lo que pasó. Se puede experimentar sensación de pérdida de control y de incertidumbre que agrava la ansiedad.  

En algunos casos, incluso, se puede llegar a presentar ataques de ansiedad, fobia social, agorafobia, por el mismo temor a enfrentar situaciones desagradables.  

¿Cómo afrontar la ansiedad en estas fechas? 

Algunas estrategias que pueden servir para afrontar estos días sin sufrir ansiedad pueden ser: 

  • Adepta tus emociones. Intenta no juzgar lo que sientes ni si vives la ansiedad. Tómala como un proceso emocional propio y comienza a gestionarlo.  
  • Considera qué mensaje te trata de trasmitir esa ansiedad, qué emociones subyacen en lo que sientes ahora.  
  • Evita situaciones que puedan llegar a estresarte demás: centros comerciales, aglomeraciones, tránsito o compras de última hora.  
  • Realiza algún ejercicio físico que te ayude a liberar las tensiones.  
  • Si sientes ansiedad por la comida y comes compulsivamente, recuerda que detrás de ese comportamiento hay emociones que no estás procesando adecuadamente: intenta identificarlas y gestionarlas desde el interior y no con la comida.  
  • Controla tus pensamientos y no les hagas demasiado caso. Cuestiónalos si no te están haciendo sentir bien.   
  • Descansa: date tiempo para dormir, para tener tiempo libre y dedicártelo a ti.  
  • Aprende a expresar tus sentimientos y a ser asertivo. Además, considera no acudir a reuniones o celebraciones cuando no lo deseas o no te hace sentir seguridad.  
  • Ajusta tus expectativas no todo va a salir perfecto. No idealices la Navidad. 
  • Procura centrarte en el aquí y el ahora, agradece lo que sí tienes y celebra la vida que llevas.  
  • No te sobrecargues de responsabilidades. Intenta pedir ayuda y delegar cuando necesites.   
  • Si los cuadros de ansiedad continúan o aumenta, visita a un especialista de salud mental y ejercita tu cerebro para corregir su funcionamiento frente a la ansiedad.  

Neurofeedback dinámico contra la Ansiedad 

El neurofeedback dinámico podrá ser de gran ayuda en los procesos ansiosos o en el trastorno de ansiedad generalizada. Algunos de sus beneficios son:  

  • Ayuda con la gestión del sueño y el descanso.  
  • Promueve un mejor manejo del estrés.  
  • Mejora la agudeza mental.  
  • Te hace sentir más confiado.  
  • Ayuda a sentir mayor calma y serenidad.  
  • Disminuye la ansiedad.  
  • Contribuye a paliar la depresión.  
  • Ayuda a hacer frente a las cosas mejor.  
  • Puede ayudar a cambiar la percepción de las cosas.  
  • Ayuda a cuidar la memoria.  
  • Mejora la concentración, la actitud multitarea 

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