Vivir con ansiedad crónica puede dejarte secuelas importantes en algunos órganos de tu cuerpo, por ello hoy te hablamos de 8 Daños de la ansiedad en la salud física.
Padecer un trastorno de ansiedad generalizada es atravesar por uno de los padecimientos mentales más complicados que se pueden experimentar. El miedo y la angustia que genera en mitad de una jornada, la sensación de no sentirse comprendidos, no saber cuándo se dará una crisis y temer por ello, o la creencia de que nunca terminará, pueden ser devastadores.
La ansiedad en sí misma ya es mala para nuestro estado de ánimo, pero con ella pueden llegar algunos otros daños a nuestra salud física. Hoy es el tema al que nos enfocamos en este artículo.
8 Daños de la ansiedad en la salud física
Cuando el trastorno de ansiedad no se aborda adecuadamente ni se trata desde las aristas médicas y psicológicas, su persistencia puede provocar consecuencias físicas que agraven la salud. Esos efectos pueden estar relacionados con sus propios síntomas: taquicardia, mareos o dificultad respiratoria, etc.
A corto plazo, los efectos pueden ser dolor de cabeza recurrente, mareos y vértigos, problemas gastrointestinales, hipertensión, insomnio, dolores musculares y fatiga crónica, entre otros. Pero a la larga pueden ser problemas mayores.
1. Corazón
No se trata de causar alarma, pero estos síntomas propios de ansiedad pueden generar enfermedades cardiovasculares, debido al aumento constante del ritmo cardíaco, a la elevada presión sanguínea y a la sobreproducción de cortisol. El estrés a largo plazo también está relacionado con la hipertensión, la arritmia, los derrames y los ataques al corazón.
2. Pulmones
Estudios han demostrado el vínculo entre la ansiedad y el asma. Las personas que padecen asma también tienen más probabilidades de experimentar ataques de pánico.
3. Cerebro
La ansiedad afecta a determinadas áreas del cerebro que influyen en la memoria a largo y corto plazo y en la elaboración de sustancias químicas, lo que puede dar lugar a un desequilibrio. Además, el estrés crónico puede activar de forma constante el sistema nervioso, que a su vez puede afectar a otros sistemas del cuerpo, generando reacciones físicas, como la fatiga y el desgaste entre otras.
4. Hígado
Cuando el cuerpo pasa por épocas de estrés y ansiedad, el sistema suprarrenal produce una cantidad excesiva de la hormona del estrés llamada cortisol. Al generarse dicha hormona, el hígado procesa mayor glucosa, en casos de tendencia genética podría desencadenar diabetes.
5. Estómago
El estrés crónico y extremo también puede tener efectos a largo plazo en los intestinos y en la absorción de nutrientes, lo que puede provocar ardores, hinchazón, diarrea y a veces incluso la pérdida del control de los esfínteres.
6. El bazo
La ansiedad no solo afecta a órganos vitales como el cerebro o el corazón, sino también al bazo e incluso a las células sanguíneas. Con el fin de distribuir más oxígeno en el cuerpo ante una situación de estrés, el bazo libera glóbulos rojos y blancos adicionales. El flujo sanguíneo también se incrementa entre un 300 y un 400% durante este proceso para preparar al resto del cuerpo frente a las necesidades añadidas.
7. Sistema inmunitario
La exposición al estrés puede causar estragos en el sistema inmunitario, debilitando sus funciones. Algunos estudios han descubierto que cuando se está estresado, también se es más susceptible a las infecciones y a la inflamación.
8. La Piel
Cuando experimentamos ansiedad, el sistema nervioso simpático envía más sangre a los músculos. Esto podría acelerar el envejecimiento de la piel. Entre otras reacciones, también se incluyen la transpiración y hasta un aumento de la histamina, que puede dar lugar a inflamaciones.
No tienes por qué sufrir las consecuencias negativas en tu organismo, si tienes síntomas de ansiedad o crees tenerlos, consulta a un profesional de la salud mental para comenzar un tratamiento. Además, apoya tu mejoría con la práctica de neurofeedback dinámico.
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