7 Mitos de la Salud Mental

Estos 7 Mitos de la Salud Mental deben derribarse de inmediato para dejar de estigmatizar la enfermedad y atenderla apropiadamente.

¡Pero si yo estoy bien! ¡Ni que estuviera loco! Eso solo le pasa a quienes son débiles, a mí no.

La idea de que la salud mental es un tema que no nos afecta, que sólo algunos pasan por problemas mentales porque no son aptos para la vida o que “esas cosas” requieren son para los que terminan en el “manicomio”, siguen afectándonos. Detrás de la salud mental aún hay mitos que seguimos creyendo y que retrasan los diagnósticos que pudieran darnos mejor calidad de vida.

Es importante que se visibilice la enfermedad mental y que se hable más entre nosotros, para poder tratar oportunamente a quienes sufren alguna clase de estos padecimientos, brindarles bienestar y, además, genera comunidades con mejores formas de convivencia, pues la enfermedad mental también nos afecta de manera colectiva.

Por ello, esta ocasión en NeuroDOZA vamos a derribar mitos sobre la salud mental.

Mito 1. Eso no me pasa a mí

La idea de que los problemas de salud mental no nos afectan y que son cosa de “otros” es uno de los mitos más extendidos. “Nosotros estamos bien”, los otros son “débiles”.

Este es una gran falacia, todos estamos expuestos a alguna enfermedad mental; tan sólo el ritmo de vida estresante que nos rodea nos pone en una situación vulnerable a ciertos tipos de trastornos. Ya, a partir de la pandemia de COVID 19, vimos alterados nuestros estados de ánimo y así evidenciamos que todos somos susceptibles a la ansiedad, la depresión o los trastornos obsesivos compulsivos, por ejemplo.

La Organización Panamericana de la Salud nos da algunas cifras al respecto:

450 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por un problema de salud mental que dificulta gravemente su vida

1 de cada 4 personas tendrán un trastorno mental a lo largo de su vida.
Entre el 35 y el 50 por ciento no recibe algún tratamiento o no recibe el adecuado.
El 12.5% de todos los problemas de salud está representado por los trastornos mentales, una cifra mayor a la del cáncer y los problemas cardiovasculares.
Los trastornos mentales, neurológicos y por el consumo de sustancias representan el 10% de la carga mundial de morbimortalidad y el 30% de las enfermedades no mortales.
La depresión es uno de los principales trastornos que afecta a la población mundial, siendo una de las causas más importantes de discapacidad.

Una persona se suicida en el mundo cada 40 segundos aproximadamente.
Un 1% de la población mundial desarrollará alguna forma de esquizofrenia a lo largo de su vida.
Las personas con trastornos mentales graves mueren de 10 a 20 años antes que la población general.

Mito 2. Los niños no tienen problemas de salud mental

Si atendemos a las cifras de la OPS, nos daremos cuenta que esta afirmación también es un gran mito.

Alrededor 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes es diagnosticado con un trastorno mental.
Según la OMS, el 50% de los problemas de salud mental en adultos comienzan antes de los 14 años, y el 75% antes de los 18.

Debemos considera que los niños pueden mostrar señales que deben llamar nuestra atención hacia la atención de su salud mental. Estos problemas a menudo se pueden diagnosticar clínicamente y pueden ser producto de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales.

Tristemente, menos del 20% de los niños y adolescentes con problemas de salud mental que se pueden diagnosticar reciben el tratamiento que necesitan. La asistencia temprana en salud mental puede ayudar a los niños antes de que los problemas interfieran con otras necesidades de desarrollo.

Mito 3. Las personas con enfermedad mental son débiles, no tienen carácter

Este es un típico argumento de muchas personas que no reconocen que los síntomas son manifestaciones claras de una enfermedad que tiene origine más allá del estado de ánimo o temperamento de las personas.

Los problemas de salud mental no son signos de pereza, debilidad o dependencia emocional. Son otros los factores que contribuyen a que estos padecimientos aparezcan:

Factores biológicos, como genes, enfermedades físicas, lesiones o la química del cerebro.
Experiencias de vida, como traumas o antecedentes de abuso.
Historia familiar de problemas de salud mental.

Mito 4. Estas personas no son confiables

A veces pensamos que las personas con alguna enfermedad mental son inestables, violentas y poco sociables, por lo que no se puede confiar en ellas. Y esto es una excusa frecuente para aislarlos.

La mayoría de las personas con problemas de salud mental no tienen más probabilidades de ser violentas que cualquier otra persona. A nivel mundial, se considera que sólo entre el tres y el cinco por ciento de las personas, con padecimientos graves, corren el riesgo de ser violentas.

Por el contrario, las personas que padecen alguna enfermedad grave tienen 10 veces más posibilidades de ser víctimas de delitos violentos en comparación con la población general. Son a estas personas a las que se ataca.

Mito 5. La enfermedad mental incapacita para el trabajo

Muchas personas con problemas de salud mental son miembros muy activos y productivos de su comunidad.

Se cree que una persona con cierta condición mental, no importa de qué índole, no es apta para convivir con los demás, es agresiva y no tolera el estrés; por ella se le considera incapacitada para laborar o para llevar una vida social común.

Pero la persona que vive con una enfermedad mental que sigue un tratamiento adecuado puede ser tan productiva como cualquiera otra. En el ámbito laboral son capaces de presentarse con puntualidad, sentirse motivadas, trabajar en equipo y mantenerse en su puesto de manera continua y estable.

Mito 6. Están pa’l manicomio

Un referente casi inmediato de la salud mental está puesto en los hospitales y centros de tratamiento, los mal llamados manicomios. Al hablar del tema, nos viene a la cabeza una camisa de fuerza, una habitación acolchada, la idea de un “loco” de película… En realidad, existen falsas ideas en torno a las personas que viven con condiciones adversas en la salud mental y que los destinan de inmediato a la reclusión.

Los internamientos suelen darse sólo en caso de crisis agudas en enfermedades graves. La gran mayoría de las personas con padecimientos mentales pueden llevar una vida como la de cualquier otra; las intervenciones farmacológicas y psicológicas son suficientes para un buen desarrollo del paciente.

Mito 7. No se pueden prevenir las enfermedades mentales

La prevención de trastornos mentales, emocionales y del comportamiento se enfoca en lidiar con factores de riesgo conocidos, como la exposición a traumas que pueden afectar las posibilidades de que niños, jóvenes y adultos jóvenes desarrollen problemas de salud mental.

Implementar hábitos generales de salud y bienestar es la base para prevenir ciertos padecimientos o disminuir los riesgos de crisis.

Entrenamiento con neurofeedback como medida preventiva

El método de nuerofeedbac dinámico de NeuroDOZA puede ser una práctica con excelentes resultados para prevenir ciertos síntomas o disminuir su frecuencia. Entre sus beneficios se encuentran: