Si nos sucede a menudo, es importante que consideres estas claves para no ser tan despistados y mejorar la atención; pues aunque no es un tema de gravedad, la distracción puede afectarnos en muchas áreas de la vida, incluso en las relaciones con los demás.
A María siempre le pasa: si no pierde las llaves del auto, olvida dónde ha puesto el teléfono para luego darse cuenta que lo trae en la mano; se le pasan las citas con el dentista porque no las anota en una agenda y si le cuentan un chiste varias veces se ríe de todos modos porque no siempre recuerda que ya lo había escuchado.
No es que María tenga amnesia o alguna especie de trastorno mental, sólo es algo despistada. Y aunque sus despistes no suelen pasar de anécdotas graciosas, a veces la meten en aprietos, especialmente cuando se trata de temas laborales. Como cuando olvidó una cita importante con un cliente y su jefe se puso furioso.
Ser despistado es una condición prácticamente normal en algunas personas, siempre y cuando no pase de ser ocasional y que no afecte a profundidad la vida cotidiana de las personas al grado de dejar de ser funcionales.
Las neurociencias explican esta situación a partir de la atención que ponemos en las cosas. Las personas despistadas ven atrapada su atención en información irrelevante en vez de atender lo realmente importante.
El responsable de este desvío es el Locus Coeruleus, una zona clave del cerebro que funciona a manera de un cruce de caminos, pues conecta diversas regiones neuronales. Es la sede central de la atención y está cargada de noradrenalina; ésta puede fallar con mayor frecuencia a medida que envejecemos.
Por otra parte, de acuerdo a un estudio publicado por la revista Journal of Neuroscience, las personas más distraídas suelen tener un mayor volumen de materia gris en el lóbulo parietal superior del hemisferio izquierdo. Según Ryota Kanai, investigador del University College de Londres, coautor del estudio publicado, cuanto mayor es el número de neuronas en esta zona, mayor es la tendencia a la distracción.
La hipótesis que manejan Kanai y sus colegas es que a medida que el cerebro madura se destruyen algunas neuronas y conexiones nerviosas, y ese proceso ayuda al control de la atención. De acuerdo con esta idea, las personas con más materia gris en la corteza cerebral serían también un poco más “infantiles” y, en consecuencia, algo más distraídas.
7 Claves para no ser tan despistados
Aunque a veces ser despistado no tiene graves consecuencias, existen situaciones en que pueden costarnos mucho, incluso la vida. Por ello podemos implementar algunas claves que reduzcan nuestros despistes.
- Priorizar las cosas importantes. Comienza el día haciendo lo más importante y/o urgente, de tal manera no lo olvidarás y el resto del día podrás relajarte haciendo cosas no tan importantes.
- Prepara cada noche una lista de lo que tienes que hacer el día siguiente para no correr el riesgo de olvidarlo.
- Ayúdate con alarmas, notas o una agenda. Si olvidas las cosas fácilmente deberás hacerte de herramientas que minimicen la posibilidad de despistarte y cumplir tus tareas, especialmente las más importantes como las actividades escolares o laborales; o las citas que se tratan de cuidar tu salud.
- Reduce el estrés. Uno de los factores que acentúa la pérdida de atención y de memoria es el estrés; por ello para evitar ser despistados hay que disminuir los niveles de estrés, y para ello existen muchas técnicas, desde hacer ejercicio, la meditación o el neurofeedback dinámico de NeurOptimal®
- Analízate. Si has olvidado algo, pregúntate por qué ha pasado; analiza si algo te preocupaba, qué fue lo que te distrajo, si has estado bajo estrés de algún tipo, etc. Esto te puede servir para reconocer las dificultades que se te presentan cotidianamente y tomar acción para ayudarte a disminuir tus despistes. Con el tiempo llegarás a ser consciente de ti mismo y no te pasará tan a menudo.
- Presta más atención. Por supuesto es la parte más complicada puesto que al despistado le cuesta atender la información relevante; pero será conveniente esforzarse en atender lo que sucede a tu alrededor, estar alerta, intentar procesar la información que recibes y procurar recordarla cada cierto tiempo. Prestar atención en tu vida cotidiana es escuchar atentamente a los demás y en lo que estás haciendo. No hagas cosas por pura inercia.
- Entrena tu cerebro con neurofeedback dinámico. La técnica de NeurOptimal® es una excelente alternativa para mejorar la atención, al tiempo que disminuye los factores que la afectan como el estrés o ansiedad. Ésta brinda al individuo recursos y aprendizajes que perduran en el tiempo y que no generan efectos secundarios no deseados.
Entre los beneficios podemos destacar:
- Incremento del ritmo del aprendizaje.
- Aumento de la plasticidad neuronal.
- Refuerzo de la memoria de trabajo.
- Mejora de la capacidad de atención y concentración.
- Aumento de la velocidad de procesamiento de la información.
- Mejora de la capacidad de análisis.
- Gestión del estrés.
Esta técnica produce mejoría significativa en el comportamiento alterado, la atención y el autocontrol tanto en niños como en adultos.