Estas 13 funciones ejecutivas para nuestra cotidianidad se localizan en el lóbulo prefrontal del cerebro y permiten nuestro desarrollo como personas.
Dentro del lóbulo prefrontal de nuestro cerebro se encuentra el núcleo de las funciones ejecutivas, habilidades que corresponden al conjunto de funciones cognitivas. Estas están autodirigidas internamente al servicio de una meta. Influyen en nuestra conducta mediante la autorregulación, en la actividad cognitiva y en la emocional.
Estas funciones determinan nuestra vida cotidiana ya que nos permiten tomar decisiones, hacer planes, adaptarnos a los cambios, solucionar problemas, trabajan en el autocontrol y la regulación del actuar diario.
Se considera un periodo crítico del desarrollo de las funciones ejecutivas entre los seis y ocho años de edad. En esa etapa el individuo adquiere la capacidad de autorregulación del comportamiento, aprende a fijar metas y anticiparse a los eventos, sin depender de instrucciones externas. Posterior a este momento, algunas funciones continúan madurando hasta los 25 años de edad.
13 funciones ejecutivas para nuestra cotidianidad
Algunas funciones ejecutivas son básicas, otras se derivan de éstas. Entre las básicas está la flexibilidad cognitiva, la inhibición de la respuesta y la memoria de trabajo y ellas, a su vez, controlan otras funciones como la planificación y la organización.
Te presentamos aquí estas funciones ejecutivas que son vitales para nuestra cotidianidad:
- Planificación. Nos permite establecer objetivos, generar secuencias de acciones para conseguir y elegir cuál es el plan más adecuado. La función de planificación es una habilidad anticipatoria y nos permite seguir instrucciones.
- Toma de decisiones. Capacidad de escoger una opción entre varias que pueden presentarse a la vez. Esta habilidad permite descartar las condiciones apropiadas y menos apropiadas para esa elección.
- Establecer metas. Marcarnos metas es fundamental en la vida, eso nos mantiene motivados y elaborar estrategias para invertir nuestros recursos para lograrlas. Así se determina el tipo de conductas que tendremos para alcanzar metas.
- Organización. Capacidad de reunir, estructurar y secuenciar a información de manera eficiente.
- Realización de tareas. Decidir cuándo comenzar y cuándo terminar una tarea requiere de pensamientos elaborados en los que se contemplan varios aspectos a la vez. Igualmente, concluir una tarea implica saber si la tarea es factible o no, para continuar o parar el uso de recursos.
Funciones adaptativas
- Flexibilidad cognitiva. Capacidad mental para cambiar de pensamiento y adaptarse a los cambios del entorno, según como éstos se presenten. Implica pensar en varios conceptos simultáneamente y se manifiesta por la capacidad de cambiar de conducta con fines adaptativos.
- Monitorización. Poder mantener la atención sobre una tarea contemplando qué se hace y cómo, esto permite corregir lo que sea necesario en caso de imprevistos. Está vinculada con la flexibilidad cognitiva.
- Anticipación. Prevé resultados probables y las consecuencias de acciones sin necesidad de llevarlas a cabo. Esta capacidad nos permite tomar decisiones, pero también cambiar de rumbo aún empezadas las acciones porque podemos identificar las consecuencias.
- Inhibición de la respuesta. Es un freno voluntario de un comportamiento espontáneo que hubiera sido motivado por un estímulo.
Funciones de atención y memoria
- Memoria de trabajo verbal y no verbal. Nos permite almacenar de manera temporal datos y de procesarlos.
- Cambio (shifting). Nos permite cambiar constantemente la atención a diferentes aspectos o propiedades de un estímulo.
- Actualización (updating). Esencial en la memoria de trabajo, pues consiste en la sustitución de los contenidos que llevas en la memoria.
- Fluidez. Permite regenerar información nueva a partir del conocimiento previo, para resolver determinados problemas.
Daños en las funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas pueden verse afectadas por diversas causas, trastornos que se presentan tanto en el proceso de desarrollo como en la adultez. Algunos de ellos son TDAH, TEA, síndrome del control motor y de la percepción, síndrome de Tourette, síndrome desintegrativo, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, trastornos de la conducta, abuso de sustancias, esquizofrenia, Parkinson, esclerosis múltiple o VIH entre otros.
Mantenimiento y rehabilitación de funciones ejecutivas
Muchas de las funciones ejecutivas pueden entrenarse o reforzarse, así como rehabilitarse (según el origen del daño) gracias a la neuroplasticidad del cerebro, aunque el éxito o fracaso de la rehabilitación dependerá de la causa de la disfunción y del estado inicial del individuo.
El neurofeedback dinámico que se enfoca en estimular la neuroplasticidad puede ser una gran herramienta para reforzar estas funciones.
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