Un día Sin Alcohol para cuidar tu cerebro se celebra cada 15 de noviembre el mundo. Este es un día que busca hacer conciencia respecto al uso y abuso en el consumo del alcohol y por ello declara esta jornada como el Día Mundial Sin Alcohol. De acuerdo a Organización Mundial de la Salud, cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol lo que representa un 5,9% de todas las defunciones. 

Otras cifras señalan que:  

  • El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. 
  • En general, el 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones es atribuible al consumo de alcohol, calculado en términos de la esperanza de vida ajustada en función de la discapacidad (EVAD) 
  • El consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente temprana. En el grupo etario de 20 a 39 años, un 25% de las defunciones son atribuibles al consumo de alcohol. 
  • Existe una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y una serie de trastornos mentales y comportamentales, además de las enfermedades no transmisibles y los traumatismos. 
  • Recientemente se han determinado relaciones causales entre el consumo nocivo y la incidencia de enfermedades infecciosas tales como la tuberculosis y el VIH/sida. 
  • Más allá de las consecuencias sanitarias, el consumo nocivo de alcohol provoca pérdidas sociales y económicas importantes, tanto para las personas como para la sociedad en su conjunto. 

Dependencia del alcohol 

Como otras adicciones, el alcoholismo también puede nacer en el cerebro cuando se activa el circuito de recompensas donde se genera la dopamina. Ya en otras ocasiones se ha hablado en este blog sobre la importancia de la dopamina en el proceso de motivación positiva, pero también en la adquisición de adicciones.  

No es el hábito, sino el cerebro el que condiciona la dependencia a ciertas sustancias como el alcohol. Recientes estudios publicados por la Brigham Young University, dirigida por el profesor Scott Steffensen, revelan los mecanismos cerebrales que se activan al consumir sustancias adictivas como el alcohol, tabaco o las drogas duras.  

El equipo de Steffenson descubrió que el cerebro responde a las adicciones mediante la generación de una proteína llamada BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), que es la culpable de liberar niveles “anormalmente altos” de dopamina.  

El consumo habitual de una sustancia adictiva hace que el cerebro se acostumbre a ella, haciendo que se suprima la producción normal de dopamina y requiriendo una dosis de esa sustancia para compensar la pérdida.   

La escasez o abstinencia de esos niveles de dopamina genera estrés, ansiedad, irritación y dolor, los cuales, solo se mitigan temporalmente mediante el consumo de la droga que demanda el cerebro. 

Cómo afecta el alcohol al cerebro 

Aunque en algunos casos se recomienda el consumo de vino para preservar la salud, por la cantidad de antioxidantes que una copa de vino pudiera aportarnos, la verdad es que el consumo de alcohol puede ser nocivo para nuestro cerebro.  

Blackout 

La amnesia alcohólica o blackout alcohólico es la pérdida temporal de la memoria que ocurre cuando se consume bebidas alcohólicas en exceso y no a la pérdida de la conciencia. La ingesta excesiva de alcohol interfiere con los receptores del hipocampo que transmiten glutamato, un componente que envía señales entre las neuronas, por eso no logra crear recuerdos.  

Beber alcohol no mata las neuronas

Eso no significa que el alcohol no sea dañino, porque lo que sí hace es dañar el tejido conectivo de las neuronas. En otras palabras, aunque sigan vivas ya no pueden funcionar.  

La estructura cerebral se encuentra en formación hasta aproximadamente los 20 años de edad, por lo que si los niños y jóvenes beben alcohol pueden dañar su desarrollo intelectual afectando sus funciones cognitivas.  

Un estudio del National Institute of Drug Abuse (NIDA) entre jóvenes que a los 14 años comenzaron a consumir alcohol, mostró que el 50% de ellos desarrolló alguna enfermedad adictiva, a diferencia de los que empezaron a consumir después de los 21 años, en que solo el 9% generó algún tipo de dependencia. 

Otras consecuencias del consumo excesivo de alcohol son:  

  • Afectaciones de la red de conexión neuronal. 
  • Impide procesar correctamente la información 
  • Conductas compulsivas 
  • Agresividad 
  • Cambios abruptos en pensamiento y emociones 
  • Lapsus de memoria 
  • Pérdida del concomiendo al afectar el sistema circulatorio 

Síndromes depresivos suicidas

El alcohol induce depresión. Los pacientes que sufren de una depresión se refugian en esta sustancia y luego no responden a los tratamientos farmacológicos o psicológicos que se les puedan ofrecer. 

Un alto porcentaje de los suicidios consumados están relacionados al alcohol y drogas. Claramente la comorbilidad de alguna enfermedad psiquiátrica con consumo de alcohol es un factor de riesgo para consumar al suicidio. 

Depresión

Entre los problemas psiquiátricos y el alcohol se establece una relación en ambos sentidos, ya que quien sufre de cuadros depresivos genera cierta tendencia a consumir alcohol y quienes consumen alcohol, generan una tendencia a desarrollar síntomas psiquiátricos. 

Demencia inducida por alcohol: el consumo a largo plazo produce daño orgánico del cerebro, es decir, la destrucción irreversible de las estructuras cerebrales y pérdida de facultades mentales. Esto se puede traducir en demencia. 

Un Día Sin Alcohol para cuidar tu cerebro 

Un Día sin Alcohol puede ser una excelente iniciativa para cuidar de nuestro cerebro y, en general, de nuestra salud. Para lograr este objetivo y sanar la adicción, tiene que haber un abordaje integral que considere el tratamiento psicológico, pero también puede hacerse de técnicas que actúen directo en el cerebro, como el neurofeedback dinámico.  

Dejar de beber tiene algunos beneficios como:  

  • Menos riesgo de padecer cáncer 
  • Mejora el humor 
  • Fortalece el sistema inmune 
  • Disminución de peso 
  • Menor riesgo cardiovascular 
  • Menos posibilidades de daño neuronal 

Neurofeedback para vivir un Día Sin alcohol 

El neurofeedback ha demostrado ser un método efectivo para apoyar el tratamiento contra la Dependencia alcohólica. Peniston fue uno de los pioneros en el tratamiento del alcoholismo con Neurofeedback, publicó sus resultados en 1989: 

  • Obtuvo resultados muy positivos del 80% 
  • Incremento del insight (conciencia de enfermedad) y una actitud más positiva (elecciones más objetivas, sanas y constructivas) 
  • Disminución de la sintomatología depresiva. 
  • Disminución de las recaídas. 
  • Mejoría en los resultados de test de personalidad. 

Hoy en día sabemos que técnicas como la de NeuroDOZA pueden ayudar además a atravesar por el síndrome de abstinencia, con mayor relajación, manejando mejor la ansiedad, y mucho más receptivo a la terapia psicológica.  

A través de cada sesión el cerebro ira aprendiendo a corregir las anomalías. A medida que estas se van modificando, el paciente va mejorando progresivamente. 

Asimismo, el neurofeedback dinámico puede ayudar a disminuir los efectos negativos del alcohol en el cerebro:  

  • Mejora de la concentración 
  • Cuidad de la memoria 
  • Fortalecimiento de las funciones cognitivas 
  • Mayor enfoque 
  • Mejora en el estado de ánimo 

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