Saber qué pasa en el cerebro cuando te enojas tal vez te permita reflexionar si vale la pena el disgusto, pues la vivencia de emociones intensas genera cambios profundos en el sistema nervioso autónomo* y en el sistema endócrino**. Asimismo, se altera también la actividad cerebral, en especial en los lóbulos frontales y temporales.  

El enojo se inicia con regiones inteligentes del cerebro (corteza prefrontal, parietal, cerebelo); se mantiene y reverbera con núcleos cerebrales que a los mamíferos nos hacen irritables, feroces y violentos… Luego el enojo activa el sistema nervioso periférico, cuando se inicia la fase de lucha, huida y odio.  

Autocontrol y enojo 

Así se activa una consecuencia natural del enojo que es el deseo de lucha (agresión), es la razón la que nos impide hacerlo a través del autocontrol.  

Según un estudio realizado en la Universidad de Iowa, se advierte  que el autocontrol es un recurso que se agota al usarse “de más” y que debe moderarse, al encausar mejor nuestras emociones.  

En el estudio realizado se les pidió a los participantes realizar una tarea, con la finalidad de rechazarla sin ningún fundamento y así provocar su enojo. Al causar el enojo de los participantes, captaron el momento justo en que en el cerebro se activaron 2 zonas: la corteza cingulada anterior (ACC) y la corteza dorsolateral prefrontal (DLPFC). 

La corteza cingulada anterior se encarga del control de las emociones, mientras que la corteza dorsolateral prefrontal se encarga de la toma de decisiones racionales, por lo que impide que nos dejemos llevar por los impulsos. Sin embargo, al ser “enojón”, también puede llegar a agotarse y deja de funcionar; tarde o temprano tenderemos a perder el control cada vez más fácil apenas con un poco de irritación o enojo.  

Aumento de la presión arterial y deterioro cognitivo 

En el caso concreto del enojo, la respuesta fisiológica se caracteriza por un incremento en la frecuencia cardiaca y la tensión arterial sistólica, además de un aumento de la resistencia vascular periférica, de modo que la tensión arterial diastólica sube. 

La hipertensión arterial, sobre todo en la edad media, se asocia con un mayor riesgo de deterioro cognitivo más tarde en la vida, según un comunicado de la Asociación Americana del Corazón publicado en la revista Hypertension.  

Gestión del enojo y NeurOptimal®  

Con el entrenamiento cerebral con la técnica de neurofeedback dinámico, la mente del usuario se vuelve más flexible y adaptativa. Busca soluciones más ágilmente sin quedarse atascado. Esto a la hora de gestionar sentimientos de frustración, rabia, preocupación, ira, etc., es de gran valía, ya que el individuo adquiere la habilidad de saber cortar cuando su mente le demuestra que alimentando cierta cadena de pensamientos y sentimientos va a verse mayormente perjudicado.  

Esto permite minimizar todo tipo de ataques (ira, pánico, …). Con esto no significa que se amortigüen sentimientos o emociones. Al contrario, se está más en el presente y se vive todo de forma más real e intensa, pero a la vez se percibe estar en el control y con los pies en la tierra, evitando verse arrastrado. 

Por otra parte, y a diferencia del resto de los sistemas de neurofeedback en los que el entrenamiento se realiza de forma activa y consciente por parte del usuario, NeurOptimal® es un entrenamiento “pasivo” que trabaja además a nivel inconsciente. De esta forma el neurofeedback dinámico puede proporcionarnos: motivación, control emocional y control de impulsos, para ayudarnos a mejorar personal, familiar y profesionalmente. 

*La parte del sistema nervioso periférico que controla las funciones involuntarias de las vísceras, como latidos del corazón, respiración, digestión, etc. **Es el conjunto de órganos y tejidos que segregan hormonas. 

NEURODOZA | CITAS 

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