¿Por qué nos cuesta cambiar? …El cerebro podría ser el responsable 

Ahora sí voy a ir al gimnasio, este año termino la tesis, el lunes comienzo la dieta… con frecuencia nos proponemos cambios que, sabemos, traerán beneficios a nuestra vida; los deseamos de veras, pero con dificultad los llevamos a cabo o simplemente no lo hacemos. ¿Por qué nos cuesta cambiar?

Podríamos culparnos por esta aparente falta de voluntad; sin embargo, gran parte de esta dificultad para cambiar se la debemos al cerebro. De acuerdo con el neurocientífico Estanislao Bachrach, el cerebro “está programado para no cambiar, pero tiene una capacidad de cambio que nosotros no usamos. El cerebro busca la rutina y el automatismo para no correr riesgos”.

Al respecto, el psicólogo Walter Riso nos recuerda que “cuando algún hecho novedoso o diferente llega al cerebro, se introduce el desorden; el nuevo dato pone a tambalear el sistema y la tradición psicológica se ve amenazada por el invasor. A la mente no le gusta revisarse a sí misma, se resiste, se niega, se esconde. Ella prefiere moverse en la costumbre, en los hábitos, y más en lo conocido que en lo desconocido, aunque este último parezca mejor.

No obstante, sí podemos cambiar, es cuestión de programar al cerebro para hacerlo y, para lograrlo, lo primero que hay que hacer es creer que podemos. Es importante que conozcamos el potencial de nuestro cerebro para iniciar un cambio y la capacidad que tenemos para modificarlo. El potencial está en su plasticidad.

Plasticidad cerebral

De acuerdo a lo que las neurociencias han demostrado, debemos dejar de creer que el cerebro es un órgano fijo incapaz de generar nuevas redes neuronales luego de cierta edad. Hoy sabemos que el cerebro es plástico incluso teniendo 80 o 90 años.

Como ya otras veces hemos hablado, la plasticidad cerebral se refiere a la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y su funcionamiento y, con ello, adaptarse a las exigencias del entorno.

La plasticidad cerebral permite a las neuronas regenerarse tanto a nivel anatómico como a nivel funcional y formar nuevas conexiones sinápticas. Así también brinda al cerebro la facultad de recuperarse y reestructurarse según sea necesario, especialmente cuando hay trastornos y lesiones, así como en caso de alteraciones estructurales derivadas de enfermedades neurológicas diversas, como la esclerosis múltiple, Parkinson, Alzheimer, TDAH, entre otras.

¿Cómo hacer que el cerebro cambie para lograr nuestros objetivos?

De acuerdo con Estanislao Bachrach el cerebro no reconoce cuando algo es real o cuando es producto de la fantasía, pero sí reconoce aquello que tú crees, ese pensamiento en el que afirmas que puedes lograr el cambio; aunque también reconoce aquel pensamiento negativo en el que se manifiesta la creencia de que no lo lograrás. El primer paso para cambiar, entonces, es creer que puedes hacerlo.

Por supuesto no basta con creer, el cambio de hábitos es un proceso que requiere un compromiso y un entrenamiento, trabajo, disciplina, tiempo… Cambiar, es aprender, y el cerebro tiene la capacidad de hacerlo siempre y cuando estemos dispuestos a ello y no sólo a mantener el control de la vida sin esforzarnos.

Hay que conocernos a nosotros mismos para reconocer nuestro verdadero deseo de cambio y luego establecer el compromiso. Tales acciones dependen del funcionamiento del cerebro, por supuesto, y la manera en que se traman las conexiones neuronales (sinápticas).

Así, el aprendizaje de un nuevo comportamiento (cambio) es el resultado del fortalecimiento o abandono de las conexiones sinápticas; tanto se estimule el aprendizaje para que ello suceda o no. La modificación de las sinapsis es un proceso relativamente lento comparado con los tiempos típicos de los cambios en los potenciales eléctricos que sirven de señal entre las neuronas.

Neurofeedback dinámico para el cambio

El neurofeedback dinámico es una técnica que trabaja con las funciones cerebrales y este entramado de conexiones, ayudando a solucionar problemas comunes relacionados con el aprendizaje.

Entre sus beneficios se encuentra:

  •  Ayuda al autocontrol
  • Incrementa la creatividad
  • Mejora la atención, concentración y memoria
  • Acelera todo tipo de aprendizaje
  • Disminuye el estrés y los miedos
  • Aumenta la confianza en uno mismo

Ayudando a conectar o sincronizar adecuadamente, y de forma totalmente natural, las partes del cerebro adecuadas, se puede mejorar sustancialmente las dificultades de aprendizaje. Al entrenar el cerebro con la técnica del neurofeedback dinámico puede mejorarse la coordinación y comunicación entre las distintas áreas del cerebro lo que tiene un significativo impacto positivo en la capacidad de aprender y cambiar.

NeurOptimal® neurofeedback dinámico, entrenamiento personal y profesional en NEURODOZA.

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