Es mala la soledad para nuestro cerebro cuando ésta es una constante en la vida. No sucede que por un día que lo pasemos a solas tendremos algún efecto negativo; sin embargo, habituarnos al aislamiento puede modificar el funcionamiento neuronal.
Hace un par de año se publicó un estudio que señalaba que en Manhattan casi el 50% de la población vivía sola. Con mayor frecuencia hemos renunciado a la vida comunitaria, yaratos no cohabitamos con familias extendidas ni participamos amplias redes sociales (no virtuales) que solían servirnos de apoyo emocional; pero la necesidad de afecto sigue siendo innata en el ser humano que, de origen, es un ser gregario.
Existen estudios que nos hacen notar que lo que realmente hace feliz a las personas son las relaciones personales significativas, estables y duraderas.
Al respecto, podemos diferenciar la sensación de soledad y la ausencia de compañía. La primera es una experiencia subjetiva, una cuestión de percepción: la soledad se vive desde el interior, por lo que no tiene que ver con estar con otras personas.
La ausencia de compañía por el contrario es una soledad tangible, que se experimenta en la ausencia de otras personas y aísla al individuo, ya sea por razones ajenas a su voluntad o por decisión propia. Pero ésta, más allá de dos semanas —ha sido comprobado—, puede dañar el funcionamiento cerebral.
¿Cómo afecta la soledad al cerebro?
Estar solo por tiempo prolongado puede afectar al cerebro en una forma similar al dolor físico: En un estudio liderado por la doctora Naomi Eisenberger, profesora de Psicología Social en UCLA en Estados Unidos, se encontró —a través de un rastreo neuronal— que ser excluido y tener sentimientos de soledad, desencadenaba actividad en algunas de las mismas regiones del cerebro que registran dolor físico.
La soledad prolongada no sólo causa dolor físico para el sistema neuronal; diversos estudios han mostrado también la relación del desarrollo de enfermedades o muerte más temprana en personas altamente solitarias.
Además, sentirse solo evita que tengas una buena noche de sueño. En un estudio realizado en 2011 se advirtió que las personas que se sienten solas tienden a experimentar más interrupciones de sueño en la noche que aquellos que no se sienten así. Esta forma trastorno del sueño puede afectar también tu cerebro y capacidad cognitiva.
Por otra parte, el aislamiento social crónico puede generar consecuencias sobre la salud del ser humano e incluso provocar síntomas del trastorno de estrés postraumático (tept) y depresión.
Un equipo de investigación del Instituto de Tecnología de California (Caltech), descubrió que ratones que pasan mucho tiempo sin compañía sufren la acumulación de una sustancia química en el cerebro que los hace más agresivos, irascibles y temerosos.
El estudio, publicado en la revista Cell, plantea que el aislamiento mayor a 24 horas puede provocar que esta sustancia provoque reacciones paralizantes frente al temor. Los ratones en cuestión no se movían ante el estímulo amenazante, aun pasado el tiempo de que el estímulo se había retirado.
Asimismo, la actividad cerebral y las experiencias cotidianas son inseparables de esta actividad. Si estamos relajados, tranquilos, optimistas o emocionados positivamente por la presencia de buenos amigos, tendremos una composición de ondas que podría variar significativamente si, por el contrario, estamos ansiosos, deprimidos, irritables, impulsivos, con insomnio o con una sensación constante de soledad y abandono.
El neurofeedback dinámico palia la soledad
Los efectos de la soledad pueden evitarse o contrarrestarse a través del entrenamiento cerebral. El neurofeedback dinámico puede proporcionarnos: motivación, control emocional y control de impulsos, para ayudarnos a mejorar personal y familiarmente.
Asimismo, recordemos que el cerebro es plástico, moldeable; está diseñado para reorganizarse a sí mismo: es lo que llamamos neuroplasticidad. Lo que permite compensar este daño y ajustar sus actividades en respuesta a nuevas situaciones o cambios en su ambiente. Para lo que la técnica de neurofeedback dinámico de NeuroDoza es la opción que ayuda.
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