Hay cosas que te hacen perder la memoria de manera temporal y que no sólo están ligadas a la enfermedad sino también a nuestro estilo de vida y consumo. 

La pérdida de la memoria está asociada con el envejecimiento o la aparición de enfermedades como el Alzheimer. Esta disminución paulatina de la memoria puede ser lenta o acelerada, pero será irreversible. 

No obstante, la memoria puede también verse afectada de manera temporal por diversos factores, los cuales una vez que sean tratados adecuadamente pueden mejorar la facultad de recordar cosas y fortalecer la memoria según el trabajo que las personas se comprometan a hacer para ello.  

Causas de pérdida temporal de la memoria  

Hay muchos problemas médicos que pueden causar pérdida de memoria u otros síntomas similares a la demencia. La mayoría de estas afecciones pueden tratarse. Lo importante es que el médico pueda dar un diagnóstico certero y oportuno para para detectar las afecciones que causan un deterioro reversible de la memoria. 

1. Traumatismos o lesiones craneales leves 

Una lesión en la cabeza causada por una caída o un accidente puede afectar la memoria, incluso aunque no hayas perdido el conocimiento.  

La lesión cerebral  puede tener como secuelas algunas de las siguientes: Pérdida de recuerdos previos al traumatismo, incapacidad para generar nuevos recuerdos duraderos después del traumatismo, déficit intelectual, problemas cognitivos y pérdida de las habilidades de comunicación.   

Cada caso enfrentará secuelas particulares que deberán evaluarse médicamente.  

2. Enfermedades cerebrales 

Existen diversas enfermedades y padecimientos cerebrales que pueden dañar la memoria de forma temporal y de manera reversible con el manejo apropiado.  

Al respecto, podemos mencionar tumores que afectan diversas áreas, entre ellas el hipocampo —encargado de la memoria—. Están también los accidentes cerebro vasculares que pueden afectar funciones cognitivas y la memoria, y que pueden tratarse con rehabilitación para revertir los efectos.  

Las infecciones que afectan el cerebro también pueden ser comunes, éstas pueden causar problemas de memoria o síntomas similares a la demencia.  

En estos casos los daños son individuales y el trabajo de recuperación debe ser también personalizado.  

Hipotiroidismo. Una glándula tiroides hipoactiva (hipotiroidismo) puede causar olvidos y otros problemas cognitivos. 

3. Deficiencia alimentaria 

La falta de ciertos nutrientes puede afectar la memoria. Particularmente la insuficiencia de vitamina B-12, la cual ayuda a mantener la salud de las células nerviosas y los glóbulos rojos; no consumir suficientes alimentos que nos brinden esta vitamina puede provocar problemas de memoria.   

Asimismo, comer alimentos altos en grasa o azúcar puede estar asociado con un estado de inflamación del hipocampo, región cerebral relacionada con el establecimiento de la memoria a corto plazo, la cual podría sufrir alteraciones bioquímicas y estructurales significativas. 

4. Alcoholismo 

Para todos es conocido que consumir bebidas alcohólicas con exceso produce ausencias o lagunas mentales; además, al interactuar con medicamentos, puede provocar pérdida de la memoria. El alcohol interfiere con los mecanismos moleculares que regulan la formación de los recuerdos en las áreas cerebrales implicadas en la memoria.  

Los científicos nos advierten que es imposible poder calcular de antemano cuánto alcohol deberá ingerir una determinada persona para que se dé la aparición de lagunas, entre otros motivos porque no depende de cuánto se beba sino de lo rápido que suba la concentración de alcohol en sangre y, por lo tanto, en el hipocampo. 

5. Trastornos emocionales 

El estrés, la ansiedad y la depresión son padecimientos que pueden causar olvidos o confusión, dificultad para concentrarse y otros problemas que interfieren en las actividades cotidianas.  

Investigaciones recientes han revelado que el estrés tiene un efecto desastroso sobre la memoria del ser humano, principalmente sobre el tipo de memoria que tiene que ver con la capacidad de ubicar y relacionar los objetos en el espacio (memoria espacial). 

La depresión afecta negativamente a la memoria episódica, al recuerdo de los sucesos vividos y esto se da porque, en general, el cerebro no funciona en condiciones óptimas sino se encuentra menos activo. La afectación a diversas zonas del cerebro es lo que determina la pérdida de la memoria. 

6. Uso de ciertos medicamentos 

Existen muchos fármacos que estarían afectando la memoria y otros procesos cognitivos, en diferentes grados. Algunos son muy comunes y no los asociamos a la memoria, como el omeprazol; otros incluyen claras advertencias al respecto, como el famoso Valium.  

Entre los medicamentos se encuentran:  

  • Medicamentos para la hipertensión (bloqueadores beta). 
  • Reductores del colesterol (estatinas). 
  • Antidepresivos (antidepresivos tricíclicos). 
  • Ansiolíticos (benzodiazepinas). 
  • Analgésicos narcóticos (opioides). 

Muchos de los medicamentos mencionados se recetan para un uso a corto plazo debido a que pueden producir una posible adicción. Hay otros medicamentos sospechosos de afectar la memoria: antihistamínicos., medicamentos para dormir, anticonvulsivos. 

La buena noticia es que el cerebro puede regenerarse 

Los estudios científicos hacen referencia a la neuroplasticidad como la capacidad del cerebro para regenerarse, ello puede beneficiar las zonas referentes a la memoria. Esta facultad neuronal (plasticidad) puede promoverse a través del neurofeedback dinámico. 

El entrenamiento cerebral con NeurOptimal® será una herramienta fundamental para mediar en el deterioro cognitivo y ayudar a contrarrestar las afectaciones de la memoria, causadas por estos motivos, entre otros, permitiendo el recuerdo y facilitando el aumento de la destreza cognitiva de las personas.  

Al igual que el ejercicio físico beneficia al cuerpo, NeurOptimal® brinda posibilidades de un estilo de vida saludable en todas las edades al:  

  • Beneficiar la memoria.  
  • Ganar en flexibilidad neuronal.  
  • Promover una mejora en la atención.  
  • Ayudar a la concentración en las tareas cotidianas.   
  • Promover hábitos saludables de sueño.  
  • Ayudar a manejar mejor el estrés.  
  • Optimizar la gestión del sueño. 

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