Fomentar la creatividad, impulsar la reflexión hacia el autoconocimiento y evitar el estrés crónico son las tres bondades del ocio para nuestro cerebro.
En este tiempo en que los humanos estamos ávidos por la productividad e incluso algunos nos hemos vuelto adictos al trabajo, el ocio y las horas de esparcimiento se encuentran subestimadas. No obstante, pasar tiempo inactivos es bueno para el cerebro.
La ciencia lo confirma. En su libro El arte y la ciencia de no hacer nada, el neurocientífico estadounidense Andrew Smart señala que no hacer nada conduce a un mejor funcionamiento cerebral. Subraya que se trata de real y verdaderamente hacer nada, ocio puro.
¿Qué pasa en el cerebro cuando estamos ociosos?
De acuerdo al texto, “el cerebro posee una red llamada Red Neuronal por Defecto (RND) que se vuelve muy activa cuando estamos ociosos y ello permite acceder al inconsciente, a la creatividad y a las emociones”.
La RND se activa en los momentos de ocio y permite que ideas, percepciones y recuerdos se conduzcan al cerebro. Es durante este tiempo de inactividad que podemos ser conscientes de nosotros mismos e interpretar nuestro entorno. Algo que nos distingue de otros seres animados.
Durante el tiempo de ocio somos más sensibles a nuestras emociones, quizá por ello preferimos estar ocupados gran parte del tiempo; ello inhibe la conciencia sobre lo que sentimos. Sin embargo, la actividad en la RND se suprime.
Ser multitask evita la creatividad
El recibir una serie de estímulos externos como lo hacemos hoy en día: mensajes, videos, llamadas telefónicas, actualizaciones en redes sociales, exigencias laborales y sociales, nos impide tener tiempo para el verdadero ocio.
La consecuencia es que no podemos establecer relaciones entre cosas aparentemente inconexas, ni podemos identificar patrones o generar nuevas ideas. Disminuye nuestro nivel de reflexión y de creatividad.
De tal forma es importante generar espacios de ocio dentro de la rutina cotidiana, no sólo como una forma de descansar la mente sino para fomentar la reflexión y la creatividad. La creatividad profunda y verdadera sólo puede surgir como resultado de la capacidad natural de interpretación de nuestro cerebro.
En su libro, Smart cita estudios recientes que dicen que las generaciones más jóvenes muestran un alza en el coeficiente intelectual, pero que también su creatividad ha ido disminuyendo.
El ocio para el autoconocimiento
De acuerdo con Andrew Smart, deberíamos dedicar un par de horas al día para el ocio; no más para no ceder a la depresión y el aburrimiento. Bastaría con este tiempo para adentrarnos también en el camino del autoconocimiento.
El neurocientífico explica que la RND es la red que da sustento al autoconocimiento, los recuerdos autobiográficos, los procesos sociales y emocionales, además de la creatividad.
Ocio, el descanso para tu cerebro
Por supuesto, el ocio es también necesario porque significa descanso para tu cerebro. La falta de tiempo libre es poco saludable. De acuerdo con Michael Valenzuela, investigador del Grupo de Neurociencia de la Universidad de Sidney, “el exceso de trabajo es un estresor crónico, lo que produce una elevación de cortisol, hormona que en exceso y a largo plazo suele ser tóxica para el cerebro.
Como hemos escrito antes, el estrés conduce a la pérdida de neuronas y a fallas en las funciones cognitivas. De tal modo, el ocio como una forma de descanso para el cerebro previene estos riesgos.
En la opinión de Valenzuela, “el equilibrio entre trabajo y ocio no sólo es una opción o un estilo de vida sino un requisito indispensable para nuestra salud cerebral.
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