Cumplir tus propósitos de año nuevo depende de tu cerebro, pues la fuerza de voluntad y autocontrol que para ello se requiere son procesos que se gestan en el sistema neuronal, venciendo una natural resistencia al cambio de parte del cerebro.
De acuerdo con diversas encuestas realizadas cada año, sólo entre el 10 y 20% de las personas que se han propuestos cumplir ciertos objetivos cada inicio de año, los cumplen por completo al final de éste; el resto no llegan ni a febrero cuando ya se han olvidado de ello.
Pero incumplir con los propósitos de año nuevo no es del todo culpa de la pereza o falta de disciplina de cada uno, abandonar los objetivos planteados es, en gran medida, culpa de nuestro cerebro.
La fuerza de voluntad nace en el cerebro
Como todos sabemos, tener un propósito o una meta por cumplir depende de las decisiones que tomamos a diario: comer saludablemente o comer un pastel, fumar o no fumar; y este tipo de decisiones requieren de nuestra fuerza de voluntad y autocontrol, los que como procesos neurológicos que son, tienen una base neurocientífica que explica la dificultad de tomar decisiones encaminadas a seguir nuestros propósitos.
De acuerdo con los expertos, la fuerza de voluntad que influye en el autocontrol se origina en la corteza* prefrontal del cerebro; y ambos influyen definitivamente en la toma de decisiones. Lo que implicaría que sin voluntad y si autocontrol, nuestras decisiones no siempre sean las adecuadas, y menos en el caso de las resoluciones al comienzo del año.
Al respecto, un estudio realizado en el Instituto de Tecnología de California señala que las regiones implicadas en este proceso (voluntad + autocontrol + toma de decisiones) son el córtex prefrontal ventromedial y el córtex prefrontal dorsolateral. El primero se activa al tomar cualquier decisión, mientras que el segundo actúa sobre la anterior y regula el autocontrol, es decir, la parte lógica y racional se impone sobre la primitiva, la más impulsiva.
Cuando las decisiones no son favorables a nuestros propósitos es porque hay alguna falla en el proceso y la parte dorsolateral es incapaz de controlar a la ventromedial; entonces la toma de decisiones se invalida lo que impide el autocontrol.
¿Dónde está la falla?
La falla en el proceso de toma de decisiones adecuadas no es necesariamente una patología, sino que depende de un área cerebral que siempre está muy ocupada. Son muchas las tareas que corresponden al córtex prefrontal, éste gestiona la memoria a corto plazo, planifica las tareas del día, toma una media de cinco decisiones diarias, mantiene la concentración y la atención, gestiona las relaciones sociales e incluso resuelve problemas abstractos.
Si la corteza frontal está demasiado atareada, la voluntad flaquea, asegura Baba Shiv, investigador de la Universidad de Stanford, cuyo estudio fue publicado en Journal of Consumer Research.
Memoria vs decisiones saludables
El experimento que fundamenta los argumentos de Baba Shiv consistió en una prueba de memoria vs. tomar decisionespor una alimentación más saludable, o no. Éste consistió en poner a prueba a un grupo de voluntarios pidiéndoles que recuerden un número de siete dígitos y, a continuación, elegir entre comer una rebanada de pastel o una pieza de fruta.
En la mayoría de los casos, el postre resultó el ganador. Sin embargo, si las mismas personas memorizaban solo dos cifras, preferían el bocadillo más sano.
Esto significa que la actividad previa en el cerebro modula y condiciona la actividad de la corteza dorsolateral, la cual se encarga de tareas como la regulación del estrés, las emociones e incluso el hambre o el cansancio. Cuánto más ocupada está tal parte, más difícil es para la contraria modular y controlar un hábito, así que relájate, come y duerme bien.
Por lo tanto, un buen consejo para perseverar en nuestros objetivos es no agotar los recursos de la corteza prefrontal. Lo que implicaría que si deseamos tener mayor fuerza de voluntad para cumplir nuestros propósitos debemos de tomar menos decisiones, lo que significaría no hacer una lista enorme con nuestras resoluciones, sino concentrarnos en una lista mucho más corta.
Resistencia al cambio
Otro factor que debes tomar en cuenta es que tu cerebro tiene una resistencia natural al cambio.
De acuerdo con el neurocientífico Estanislao Bachrach, el cerebro “está programado para no cambiar, pero tiene una capacidad de cambio que nosotros no usamos. El cerebro busca la rutina y el automatismo para no correr riesgos”.
Al respecto, el psicólogo Walter Riso nos recuerda que “cuando algún hecho novedoso o diferente llega al cerebro, se introduce el desorden; el nuevo dato pone a tambalear el sistema y la tradición psicológica se ve amenazada por el invasor. A la mente no le gusta revisarse a sí misma, se resiste, se niega, se esconde. Ella prefiere moverse en la costumbre, en los hábitos, y más en lo conocido que en lo desconocido, aunque este último parezca mejor.
No obstante, sí podemos cambiar, es cuestión de programar al cerebro para hacerlo y, para lograrlo, lo primero que hay que hacer es creer que podemos. Es importante que conozcamos el potencial de nuestro cerebro para iniciar un cambio y la capacidad que tenemos para modificarlo. El potencial está en su plasticidad.
¿Cómo cumplir tus propósitos?
Sigue estos tres tips para acercarte más a tu meta:
1. En lugar de hacer una larga lista de propósitos, escoge dos o tres.
2. Establece metas específicas, es decir, en lugar de pensar en “adelgazar” piensa cuántos kilos quieres perder.
3. Concéntrate en la recompensa para mantenerte motivado.
Además, para cumplir tus propósitos, entrena tu cerebro con neurofeedback dinámico NeurOptimal®
El neurofeedback dinámico es una técnica que trabaja con las funciones cerebrales y este entramado de conexiones, ayudando a solucionar problemas comunes relacionados con el aprendizaje.
Entre sus beneficios se encuentra:
- Ayuda al autocontrol
- Incrementa la creatividad
- Mejora la atención, concentración y memoria
- Acelera todo tipo de aprendizaje
- Disminuye el estrés y los miedos
- Aumenta la confianza en uno mismo y la motivación
*La corteza o córtex cerebral es la sustancia gris que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales.
NEURODOZA | CITAS