Aún ahora, el cerebro sigue siendo el gran desconocido, en torno a éste se generan por ejemplo estos 5 mitos de la memoria que debes dejar de creer, para aprender a cuidarte mejor.
Somos historias, recuerdos que acumulamos a través de los años. La memoria es nuestra esencia, forma parte de nuestra identidad. Por ello, cuando perdemos algún recuerdo nos produce angustia y sufrimiento, ya que perdemos parte delo que somos.
No obstante, la memoria es una de los grandes misterios que, junto con el cerebro, hemos tardado en comprender. Las neurociencias comienzan a explicarnos sus detalles y a explorar cómo es que funciona, cómo se deteriora y por qué podemos olvidarnos de cosas de una manera permanente, como el caso de ciertas patologías.
Estos estudios, sin embargo, aún son mínimos. Mientras hemos dejado que el espacio se llene de mitos que debemos dejar de creer. Entre esos mitos te dejamos aquí algunos para los que ya tenemos respuestas más claras.
1. Podemos tener recuerdos desde nuestro primer año de vida.
El ser humano es incapaz de recordar hechos sucedidos antes de los tres o cuatro años de vida.
Aunque haya personas que digan recordar incluso momentos de vida intrauterina, es imposible poder hacerlo ya que el cerebro no está suficientemente maduro para recordar. Al momento de nacer, nuestro cerebro es un 25% de lo que podría llegar a ser en la edad adulta, por lo que no tiene capacidad de memoria aún.
Además, existe algo llamado “amnesia infantil” que se produce en torno a los siete años, y que impide que las personas recuerden sus primeros años de vida.
La amnesia infantil se caracteriza por la relativa ausencia de memoria antes de los 3 o 4 años de edad. El término no se refiere a la completa ausencia de recuerdos, sino a la escasez de recuerdos sobre la infancia.
Si los niños tienen nociones de sus primeros años de vida es porque los padres, hermanos u otros testigos han reiterado historias al respecto y guardan el recuerdo de conversaciones actuales; no porque recuerden lo sucedido como lo vivieron.
2. La memoria es una grabadora que almacena intactos los recuerdos
Si crees que tu memoria almacena tu historia fielmente, y en orden cronológico, ¡te equivocas!
Cuanto más recordamos determinadas cosas, más las manipulamos. Es decir, nuestros mejores recuerdos tienden a ser a modo; nosotros los fabricamos con nuevas versiones cada vez.
A su vez, las cosas que no recordamos se mezclan con otros recuerdos y la memoria queda alterada. Los recuerdos terminan siendo construcciones personales y subjetivas.
3. Discúlpame, es que tengo mala memoria
La memoria se repartió a todos por igual, decir que una persona tiene mala memoria es uno de los más frecuentes mitos.
En realidad, todos tenemos buena memoria, el problema es que nadie nos ha enseñado a usarla, entrenarla y moldearla para sacarle el mejor provecho.
Creemos que la memoria es estática, que tal como se nos dio así permanecerá; pero en realidad es dinámica y puede expandirse, fortalecerse y pulirse a través de diversas técnicas.
El Centro Médico de la Universidad de Radboud, Holanda, estudió los cerebros de 23 campeones mundiales de concursos de memoria, demostrando que no tienen nada de especial en lo que respecta a su anatomía, pero sí muestran variaciones en sus conexiones, las cuales se pueden trabajar a través del entrenamiento.
4. A mi edad ya se me olvidan las cosas, ten paciencia
La edad no es un “requisito” para la pérdida de la memoria. No es la acumulación de años la responsable de nuestra distracción y olvidos. Esto va relacionado más bien con el estilo de vida de cada persona.
Existen muchos factores que pueden contribuyen con el olvido o la degeneración de la memoria. Desde la falta de sueño hasta el consumo de sustancias tóxicas o alcohol, son condiciones que fomentan el olvido y que dañan la memoria.
Así mismo, hay enfermedades crónico degenerativas como la de Alzheimer que pueden presentarse a edades tempranas. No son necesariamente padecimientos de “ancianos”.
5. Sufrió un fuerte golpe en la cabeza y por ello perdió la memoria (con otro golpe podría recuperarla).
Este es un gran mito alimentado por las películas y series de televisión antiguas. El protagonista de la historia recibe un duro golpe en la cabeza y lo olvida todo… Pero el cerebro no lo olvida todo por una contusión.
Después de una lesión cerebral grave podemos olvidar quiénes somos o quiénes son los demás, pero ser perfectamente normales en todo lo demás. Podemos ser funcionales e incluso conservar nuestras habilidades y otros conocimientos derivados de la práctica.
Si una lesión fuera tan grave como para olvidar nuestra propia identidad, significaría un déficit neuronal y discapacidad mental, incluyendo problemas para adquirir nueva información y mantener la atención.
Y si un golpe contundente no nos hace perder la memoria y la identidad, mucho menos otro golpe nos devolvería los recuerdos.
Neurofeedback dinámico para cuidar tu memoria
Ahora ya sabes que la memoria no es como nos la platican, especialmente las películas y series. No es tan limitada, y puede expandirse gracias a la plasticidad neuronal. No es una imagen lineal ni cronológica ni tampoco es fiel a la realidad vivida.
Sin embargo, ciertamente es la esencia de nuestra identidad y donde atesoramos nuestras mejores experiencias y aprendizajes. Por ello hay que cuidarla y entrenarla.
La técnica del neurofeedback dinámico es un recurso ideal para tratar los temas del deterioro de la memoria, pues puede enfocarse en la prevención de la degeneración cerebral con signos de pérdida de la memoria. Ayuda a postergar enfermedades vinculadas, ayudando al paciente y a la familia a manejar el caso en forma apropiada.
El método NeurOptimal® es un método seguro y 100% no invasivo que entrena el cerebro para que funcione lúcidamente. Está indicado para mejorar distintas situaciones entre las que encontramos ayudar a Mejorar la Memoria. Éste interactúa con el cerebro en “su propio código” para que sea más flexible y adquiera un mayor poder de recuperación y autorregulación.
