¿Qué es el síndrome del ocaso? Una serie de signos que se presentan justo al caer el sol y que representan un desorden en el reloj biológico de las personas que lo viven.

Con la llegada del ocaso el estado anímico del Abuelo comenzaba a alterarse, se ponían inquieto y se perdía en medio de la casa. En su rostro se notaba la angustia; pero si tratábamos de ayudarlo se agitaba aún más, era como si fuésemos unos desconocidos que le quisiéramos dañar.  

Su actitud era contrastante con las mañanas, cuando era más dócil y su rostro estaba más relajado; se quedaba junto a la ventana, escuchando música y tomando un poco de sol. Incluso parecía apreciar mi compañía, aunque no supiera bien quién son.  

Pero nada más llegaba el atardecer, entonces perdía su tranquilidad, los médicos nos dijeron que quizá estaba viviendo el síndrome del ocaso, común en las personas con demencia o alguna otra enfermedad neurodegenerativa.  

¿Qué es el síndrome del ocaso? 

Tal como le sucede al Abuelo, las personas con demencia u otras enfermedades neurodegenerativas suelen experimentar una sensación de inquietud, agitación, desorientación, irritabilidad y otros comportamientos problemáticos que empeoran al finalizar el día y, a veces, continúan durante la noche.  

Los expertos consideran estas señales como el síndrome del ocaso (sundowning), el cual es provocado por una combinación de factores vinculados al agotamiento del día y algunos cambios del reloj biológico de las personas, lo que genera confusión entre las horas del día y la noche.  

¿Por qué se presenta el síndrome del ocaso? 

Las causas que provocan ese estado de alteración durante la noche son varias, y una de ellas es un desajuste en los ritmos circadianos provocando que no puedan reconocer la hora de dormir o despertarse.  

Este descontrol del reloj biológico está relacionado con el daño neuronal que provocan las enfermedades como demencia o Alzheimer, además de contar con niveles reducidos de melatonina (hormona del sueño).  

Los ciclos de sueño, que en una persona sin alteraciones cognitivas se repiten de forma cíclica y natural regidos por nuestro reloj biológico interior, no se dan con la misma regularidad en enfermos con demencia. Estas personas carecen de ese aviso natural que nos da nuestro cuerpo y que nos dice cuándo debemos dormir y cuándo despertar. 

Todo ello, sumado a la progresiva escasez de luz natural, el ruido, la falta de estimulación, o el cansancio físico y mental, pueden dar como resultado este síndrome del ocaso. 

Síndrome del ocaso y depresión estacional 

Aunque hay indicios de que los daños producidos al cerebro por estas enfermedades pueden causar el síndrome del ocaso, no sólo las personas con demencia o Alzheimer experimentan este descontrol.  

Existen señales que también las personas con depresión estacional o trastorno afectivo estacional pueden sufrir este síndrome.  

Y es que, durante los meses de otoño e invierno, cuando las horas de luz solar son menores y oscurece más temprano, se generan sentimientos de tristeza, ansiedad, pesimismo o irritabilidad en muchas personas, aun siendo jóvenes y en condiciones más o menos saludables.  

Este trastorno se ha asociado también a la melatonina, por lo que los tratamientos que se suelen hacer y que resultan efectivos son los basados en la fototerapia. 

¿Cómo se evita el síndrome del ocaso? 

Tanto en una persona que experimenta depresión estacional o quien vive con algún tipo de enfermedad neurodegenerativa, lo importante es ajustar lo más posible el reloj biológico. Asimismo, se debe minimizar la alteración nocturna de los pacientes con demencia que sufren este síndrome, tomando en cuenta estas medidas:  

  • Reducir los ruidos de la estancia apagando televisores o radios, o reemplazando estos ruidos por música relajada.  
  • La iluminación es un punto muy importante, y se recomienda exponer al paciente a luz natural o artificial entre las seis y las nueve de la mañana para evitar que su despertar esté marcado por la oscuridad.  
  • También se pueden dejar iluminadas zonas como los pasillos o los baños durante la noche.  
  • Realizar actividades como visitas o excursiones en los momentos en los que el paciente está más activo.  
  • Practicar algún tipo de deporte moderado, que además de aumentar la fuerza muscular y el apetito, también reduce la tensión, el estrés, y la conducta agresiva.  
  • Se debe evitar que los pacientes duerman durante el día; de esta manera se mejora el sueño nocturno.  
  • También se deben seguir consejos para mejorar el descanso. 

NeurOptimal auxiliar contra el síndrome del ocaso 

Por supuesto, el entrenamiento cerebral, resulta una excelente manera de mantener en forma el funcionamiento neuronal. Existen diversos estudios que evidencias que el neurofeedback dinámico ofrece favorables resultados en el caso de demencia y Alzheimer. Entre los ensayos científicos se encuentra el realizado en el Imperial College de Londres y el Hospital Charing Cross, donde los se mostraron datos alentadores de que el entrenamiento cerebral permite retrasar los signos de la enfermedad hasta en dos años, y generar una posible mejoría de hasta el 10% de la memoria. 

Asimismo, el neurofeedback dinámico ayuda con la gestión del sueño. Las personas se ven beneficiadas porque obtienen mejor calidad del sueño, pueden dormir más profundamente, conciliar el sueño más rápido, reducir el número de interrupciones por la noche o sentirse más descansados al día siguiente.   

De igual modo, los niveles de irritabilidad, agitación y angustia pueden disminuir de forma significativa con la práctica del neurofeedback dinámico.  

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