Si quieres conquistarla o conquistarlo, te dejamos estas 5 claves para enamorar su cerebro que son infalibles de acuerdo a lo que dicen las neurociencias.

Previamente hemos hablado sobre la química del amor, que las mariposas que se sienten cuando vemos al objeto de nuestro deseo son más adrenalina que romanticismo, y que mucho de lo que sentimos está vinculado por la producción de hormonas que se detonan en nuestro cerebro. 

Y no es que neguemos la existencia del sentimiento amoroso, al contrario. El cerebro lo refrenda a través de las sensaciones que nos produce estar enamorados, gracias a neurotransmisores como la adrenalina, la dopamina, la serotonina o la oxitocina, entre otros.  

Aunque no todo es hormonas, no podemos dejar de lado que cada individuo tiene otras razones para enamorarse que no tienen que ver con la química. Al cerebro también hay cosas que le enamoran y te lo contaremos aquí.  

Claves para enamorar su cerebro 

1. El lenguaje corporal 

Aunque pareciera que las palabras de amor son muy efectivas para enamorar, el cerebro se fija en lenguaje corporal para hacerlo. Por ejemplo, una pose social de sumisión e interés transmite una imagen no amenazante, atrayente, que sirve para agradar a potenciales parejas. 

De acuerdo con el neurólogo José R. Alonso, se calcula que cuando nos encontramos con un desconocido, la impresión que tiene de uno se basa 55% en la apariencia y lenguaje corporal, 38% en la forma de hablar y tan solo un 7% en lo que realmente se dice. 

¿Qué podemos hacer para gustarle al cerebro? 

Para promover un sentimiento de afinidad y estar abiertos al otro, debemos: 

  • Mantener una postura abierta, no cruzar los brazos. 
  • Evitar escondernos detrás de una mesa.  
  • Copiar las posturas del otro brinda una valoración favorable. 
  • Sincronizar algunas de las cosas que hace el objeto de nuestro deseo, como beber de nuestra copa al mismo tiempo que éste. 

Conductas espejo que permiten la empatía.  

2. Miradas que enamoran

Hacer contacto visual es un acto con una fuerte carga emocional. El encuentro de miradas incrementa el sentimiento de atracción, interés, calidez y excitación. 

Estudios han comprobado que al cruzar la mirada con otra persona se activan zonas del cerebro relacionadas con la recompensa. Pero si la mirada no es devuelta, es mejor dejarlo, en ese caso, la aproximación puede ser infructuosa o ser calificada como acoso. 

3. Haz reír

Quién no ha escuchado que una mujer prefiere a un hombre que le haga reír. El sentido del humor es básico para una buena relación, pues la risa crea un sentimiento de cercanía con un extraño. 

Según Eduardo Jáuregui, profesor en la Universidad de Saint Louis, “además de la capacidad de estimular la creatividad, la memoria, la toma de decisiones, la motivación y la generosidad, otros beneficios menos conocidos de la risa y el buen humor incluyen su poder de atracción y de reducir tensiones entre las personas”. 

4. Amor o miedo

Seguramente recordarán la película Speed, en la que Sandra Bullok y Keanu Reeves viven momentos de terror conduciendo un camión cargado de explosivos y al final terminan besándose. Aunque no es el único ejemplo, éste nos muestra cómo el amor y el miedo son vecinos, así que llévala a la montaña rusa.  

Algunos estudios nos dicen que el cerebro confunde la excitación por el miedo con la excitación por una pareja. La razón no se conoce, pero se piensa que la adrenalina liberada por nuestro cuerpo por la sensación de peligro se puede mezclar con la excitación de la atracción. 

5. La música siempre ayuda

No hay escena de amor que no se recuerde a través de la música que sonaba o que podemos evocar con ella.  

La música tiene una fuerte influencia en nuestro estado de ánimo y puede generar cambios en nuestra fisiología. Elegir la música adecuada puede impulsar un ambiente romántico o todo lo contrario. La música puede tener un fuerte impacto en cómo te ven y cómo ves tú a la otra persona. 

6. Comparte tu intimidad

El psicólogo Arthur Aron, de la Universidad de York, consideró que luego de 30 minutos hablando de temas personales, seguido de otros cuatro minutos de mirarse a los ojos —lo que favorece la producción de oxitocina— puede surgir una fuerte atracción.  

7. Bailar

Aunque las películas usan casi como un cliché que la pareja protagonista vaya a bailar y con ello consume su vínculo, no es sólo una cuestión de romanticismo. El baile y, en general, el movimiento del cuerpo genera hormonas como la dopamina, endorfina y serotonina (las hormonas del bienestar) y con ellas oxitocina, la cual es llamada la hormona de la pertenencia.  

Pero si no se te da bailar, pueden ir a caminar, realizar un paseo en bicicleta o cualquier otra forma de actividad física que cause la misma reacción.  

Como vemos, el cerebro es el comandante de nuestro organismo, pero también de nuestra vida amorosa. Sabiéndolo conquistar, el trabajo duro viene después, manteniendo la llama encendida.  

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