Hoy te explicamos qué diferencia hay entre depresión endógena y exógena y así encontrar una ruta de sanación acorde al origen de cada una.
Como ya en otros momentos hemos tocado en este blog, la depresión no se presenta de una sola manera, ni se manifiesta igual en todas las personas; cada caso presenta matices y condiciones diferentes. Existen diversos tipos de depresión en los que la gravedad y profundidad varían, y ello depende en muchos casos en el origen de ésta.
En esta ocasión hablaremos de la depresión endógena y la depresión reactiva:
Depresión endógena
La depresión endógena tiene su origen en el cerebro, sin necesidad de que exista una condición externa al individuo que la provoque. Está vinculada a condiciones internas que tienen que ver con cambios fisiológicos en el cerebro y alteraciones en la producción de ciertos neuroquímicos.
No obstante, este tipo de depresión sí puede producirse como consecuencia de acontecimientos externos, como puede ser la muerte de un ser querido, la ruptura de la pareja o la pérdida del empleo. Es decir, el acontecimiento exterior afecta el cerebro del individuo.
Causa
Suele depender de un factor genético, por lo que pueden encontrarse antecedentes familiares; sin embargo, no es un componente exclusivo. Más bien se asocia, principalmente, con cambios biológicos en el cerebro y la producción de químicos cerebrales como la serotonina (bajando sus niveles).
Síntomas de depresión endógena
Los síntomas de la depresión endógena son muy similares a los de cualquiera otra y, en general, se pueden destacar los siguientes:
- Cambios en los patrones de sueño.
- Tristeza y ansiedad
- Fatiga y falta de energía
- Supresión de la capacidad de reacción emocional
- Dolores y malestar general.
Depresión Exógena
La depresión exógena es un tipo de trastorno del estado de ánimo ligada a la incapacidad o a las dificultades para experimentar sensaciones de bienestar y motivación. Su origen, sin embargo, es externo al individuo.
Las causas pueden ser atribuidas a un evento o cadena de eventos y la forma en que las personas se vinculan con el entorno y las personas que le rodean. Es decir, se provoca desde fuera del individuo.
Esta es la más común de las depresiones, ya que la endógena es mucho más rara y tiene un corte clínico.
Causas
Algunas típicas razones que detonan la depresión exógena pueden ser:
- Acontecimientos traumáticos ligados a la violencia
- Pérdida y Duelo
- Divorcios y separaciones
- Situación de pobreza y desempleo
- Rechazo del propio aspecto físico
Síntomas de depresión exógena
- Problemas de sueño
- Falta de iniciativa y de motivación (abulia)
- Experimentación de placer limitada o ausente
- Estado subjetivo de tristeza y episodios de llanto incontrolado
- Estado subjetivo de tristeza y episodios de llanto incontrolado
Cabe acotar que la diferencia entre la depresión exógena y la endógena está en el constructo teórico que existe al respecto para dar lugar a una categorización elementa. Las dos son afectaciones del individuo que pueden presentarse incluso una derivada de la otra, especialmente la endógena derivada de la exógena (o de los estados de ánimo alterados).
Ambos casos requieren un diagnóstico oportuno, un tratamiento personalizado y toda clase de herramientas que la persona pueda disponer para salir adelante.
Neurofeedback dinámico y depresión
Esta técnica es beneficiosa para todas las personas pues es inocua (no emite ondas), eficaz y agradable y además favorece:
- Mejoras en las áreas emocionales: ánimo, humor y autoestima, disminuyendo la ansiedad.
- Mejora la atención, la concentración y la serenidad; permite aumentar la rapidez de repuesta, y por tanto la eficiencia y la productividad.
- Genera propensión a experimentar confianza y satisfacción, siendo muy útil cuando el estado de ánimo es bajo.
- Mejoras en flexibilidad mental.
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