El Neurofeedback ayuda con el duelo del migrante, cuyos rasgos producen gran sufrimiento emocional y físico, mismos que NeurOptimal puede contrarrestar.
Al cerebro no le gusta sufrir, lo pasa mal con la tristeza y busca mecanismos de defensa cuando transitamos por momentos dolorosos, especialmente cuando hablamos de una pérdida. El cerebro tiene sus propios mecanismos cuando debemos pasar por el proceso de duelo a resolver sanamente para curar el dolor.
¿Qué es el duelo?
El duelo por la pérdida de algo o alguien es un proceso sano que busca reconfortarnos, hacer que aceptemos la pérdida y así adaptarnos a la nueva situación.
Es un conjunto de reacciones de tipo físico, emocional y social, que pueden oscilar desde un sentimiento transitorio de tristeza hasta una desolación completa, que en algunos casos puede llegar a durar años y volverse patológicos si no se hace consciente en sus etapas.
Hay individuos que al principio tienen una leve respuesta emocional y sin embargo más tarde el duelo se hace crónico; otras personas expresan un intenso sufrimiento inicial, y luego superan el duelo más fácilmente.
Etapas del duelo
En los años 60, la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, en su libro Sobre la muerte y morir, planteó que existen el duelo se vive en 5 fases. Etapas que experimentamos cada uno a nuestro propio ritmo, pero que debemos vivirlas todas para sanar el dolor de la pérdida.
Las etapas del duelo son:
1. Etapa de la negación: amortiguar el golpe de la pérdida y aplazar parte del dolor.
2. Etapa de la ira: aparece ante la frustración de lo irreversible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno.
3. Etapa de la negociación: las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la pérdida y el dolor que conlleva.
4. Etapa de la depresión: La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase.
5. Etapa de la aceptación: una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional.
Aunque los expertos señalan que las personas no pasan necesariamente por todas estas etapas ni en ese orden específico, así que el duelo se puede manifestar de distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.
Duelo del migrante
Todos estamos expuestos a vivir el duelo, debido a la finitud de nuestra existencia y a los vínculos emocionales que tramamos a lo largo de la vida. Perdemos tanto a seres queridos como cualquier otra cosa con la que hayamos tenido un lazo emocional estrecho: el trabajo, algún objeto especial, una casa (cuando nos mudamos), etc.
En este sentido, el migrante que toma la decisión de salir de su país para buscar aquello que se ha propuesto encontrar en otro lado, pierde muchas cosas al mismo tiempo. Por ello, el proceso migratorio constituye un duelo algo más complejo.
Las causas se pueden atribuir a que la separación del lugar de origen, que supone una parte de estrés y de tensión. Achotegui en 2002, considera que existen siete pérdidas que llevan al duelo del migrante.
Quien migra pierde a su familia (nuclear o extendida más sus amigos), su idioma, su cultura, su tierra, su estatus social y grupo de pertenencia, su seguridad física.
Síntomas del duelo del migrante
Cuando hablamos de síntomas no nos referimos a una enfermedad, sino de una reacción frente al estrés de la separación y la pérdida. Pero es un proceso totalmente normal, natural y sano.
Entre las emociones y sentimientos por las que pasará el migrante se encuentran: tristeza, miedo, frustración, soledad y desesperanza.
Pequeñas cosas pueden despertar irritabilidad y cambios de ánimo significativos, incluso depresión.
A nivel mental puede existir un replanteamiento constante de sí mismo y de la vida en general, que muchas veces viene acompañado de pensamientos catastróficos. Puede tender a pensar cosas como “todo irá a peor”, “no lo lograré”, “voy a fracasar”.
Dichos síntomas, repercute en dificultades de concentración, dado que los pensamientos de pérdida y desesperanza se apoderan de gran parte de lo cotidiano afectando la memoria y por lo tanto la capacidad de aprendizaje. Lo cual se transforma en una desventaja en el proceso de adaptación.
Cómo afecta el duelo al cerebro
Al respecto, estudios neurocientíficos han descubierto que el dolor emocional, como el que se da en casos de duelo, eleva la actividad de la amígdala cerebral, responsable no sólo de los sentimientos de miedo sino también de las situaciones de angustia.
Otros estudios indican que la conectividad funcional de la amígdala y la corteza cingulada anterior derecha tienen una correlación negativa con el grado de tristeza, lo que puede producir una disfunción en la regulación de las emociones, lo que dificulta el proceso de duelo.
Por otra parte, las áreas cerebrales implicadas en el estrés que produce el duelo del migrante son el hipocampo, la amígdala y el córtex prefrontal medial. En el caso del hipocampo, éste se encuentra relacionado con el aprendizaje y la memoria, y es especialmente sensible al estrés. Lo que puede ser el causante de la falta de concentración y memoria cuando atravesamos por el duelo.
Neurofeedback ayuda con el duelo del migrante
Para ayudar a sobrellevar el proceso de duelo del migrante, así como los síntomas del Síndrome de Ulises —del que ya hemos hablado previamente y está muy vinculado al duelo—, ejercitar el cerebro a través de métodos como el de NeurOptimal® que utilizamos, brinda diversos beneficios, entre ellos:
- Promueve hábitos saludables de sueño.
- Permite lidiar mejor con la ansiedad.
- Ayuda en el manejo del estrés.
- Mejora la agudeza mental y el rendimiento.
- Hace frente a las dificultades de concentración que afectan la memoria.
- Permite la flexibilidad y resistencia para lidiar con situaciones complicadas.
- Las personas que se ejercitan con neurofeedback dinámico se siente más confiadas y seguras.
- Se puede sentir más confortable, con mayor calma y más concentración.
- Ayuda a promover la relajación o el manejo del estrés.
- Mejora la capacidad de aprendizaje.
- Ayuda a mantener el bienestar general.
