Cortisol, la hormona del estrés que debes controlar, da continuidad a los artículos publicados sobre neuroquímicos esenciales para tu bienestar.

Cada vez se escucha hablar más del cortisol, una hormona que se eleva cuando experimentamos ciertos niveles de estrés. Sin embargo, ésta también interviene en procesos metabólicos vinculados con la glucosa e incluso puede ser causante de nuestra hambre desmedida y aumento de peso.  

¿Qué es el cortisol? 

El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por lsa glándulas suprarrenales (en la parte superior de cada riñón) que actúa como un neurotransmisor en el cerebro, especialmente cuando nos enfrentamos a situaciones de tensión. Esta es una respuesta natural al estrés, pero igualmente responde a un bajo nivel de glucocorticoides en la sangre.  

Los glucocorticoides son hormonas de la familia de los corticosteroides que participan en la regulación del metabolismo de carbohidratos favoreciendo los procesamientos de la glucosa que poseen además actividad inmunosupresora. Su acción reguladora se extiende también al metabolismo intermedio de grasas y proteínas. 

Es decir, la hormona cortisol interviene en el metabolismo de los carbohidratos, la glucosa, las grasas y las proteínas. Un descontrol de este neuroquímico puede alterar el hambre y el control del peso. Los altos niveles continuos de cortisol pueden causar que la salud de una persona comience a deteriorarse en distintos niveles. 

¿Cómo se produce el cortisol? 

La producción del cortisol está bajo el mando del cerebro: es la glándula pituitaria la que le indica al organismo, especialmente a las glándulas suprarrenales, que la produzcan como un mecanismo de respuesta en periodos de estrés.  

En una persona saludable, el cortisol es producido en un patrón de ascenso y descenso, donde la hormona tiene su nivel más alto por la mañana (al despertar). Luego se va reduciendo gradualmente a través del día hasta llegar a su nivel más bajo por la noche.  

El cerebro está diseñado para reducir automáticamente la producción de cortisol una vez que detecta su nivel más alto por la mañana. Siempre que se trate de una personal con salud, normal.  

Cuando esta hormona se mantiene elevada puede producirse una alteración endocrina llamada hipercortisolismo, la cual tiene efectos negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo.  

¿Qué funciones tiene el cortisol?  

El cortisol no sólo es una hormona que se produce como respuesta al estrés, también interviene en los siguientes procesos.  

  • Metaboliza los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Dependiendo de los niveles de cortisol es la manera en que el cuerpo asimila lo que comemos.  
  • Regula los niveles de inflamación en el cuerpo. 
  • Controla la presión sanguínea.  
  • Equilibra los niveles de azúcar en la sangre. 
  • Controla los ciclos de sueño y vigilia.  
  • Eleva la energía frente al manejo del estrés.  
  • Ayuda a equilibrar la sal y el agua del cuerpo. 
  • Contribuye con la memoria y la concentración.  

Cortisol, la hormona del estrés 

Como hemos dicho previamente, el cortisol es conocido como la hormona del estrés. Esta se produce junto con la adrenalina como una respuesta a situaciones que el cerebro considera riesgosas.  

La adrenalina aumenta la frecuencia cardíaca, eleva la presión arterial y aumenta los suministros de energía, con lo que el cuerpo se prepara para la defensa o la huida. Por su parte, el cortisol aumenta los niveles de glucosa en sangre, mejora el uso de ésta en el cerebro y aumenta la disponibilidad de sustancias que reparan los tejidos.  

El cortisol también reduce las funciones que serían no esenciales o perjudiciales en una situación de lucha o huida. Altera las respuestas del sistema inmunitario y suprime el sistema digestivo, el sistema reproductor y los procesos de crecimiento. Este complejo sistema de alarma natural también se comunica con las regiones del cerebro que controlan el estado de ánimo, la motivación y el miedo. 

De tal forma, es normal producir el cortisol ante la amenaza; sin embargo, cuando el estado de estrés se vuelve crónico, los niveles de cortisol van aumentando (sin utilizarlo a falta de amenaza real). Es entonces el organismo puede sufrir daños.  

Demasiado estrés, demasiado cortisol 

Cuando los factores estresantes están siempre presentes y hay un sentimiento de riesgo constante, esa reacción de pelear o huir permanece encendida. 

La activación a largo plazo del sistema de respuesta al estrés y la sobreexposición al cortisol y otras hormonas del estrés que actúan en consecuencia pueden interrumpir casi todos los procesos del cuerpo. Esto incrementa el riesgo de padecer muchos problemas de salud, tales como: 

  • Ansiedad y Depresión. 
  • Afectaciones del sistema inmunológico o sistema de defensas. 
  • Problemas digestivos e inflamatorios como colitis. 
  • El exceso de cortisol aumenta la presión arterial y puede provocar cardiopatías 
  • Puede ser causa de sobrepeso, pues genera retención de grasa y líquidos, especialmente en el área del abdomen.  
  • Puede provocar Diabetes tipo 2. 
  • Un aumento del cortisol puede ser riesgo de disfunción eréctil, así como la interrupción del ciclo ovulatorio y los ciclos menstruales. 

Daño en las funciones cognitivas 

De igual modo, el cortisol en exceso puede causar deterioro en las funciones cognitivas pues se hace difícil conciliar el sueño y más aún lograr un sueño profundo. Se produce un ciclo vicioso que deriva en un declive mental, en falta de memoria y de concentración. 

El cortisol alto, provocado por el estrés continúo, también pudiera ocasionar el síndrome de fatiga crónica, trastornos de la tiroides, demencia, depresión y muchas otras afecciones. 

Cómo disminuir los niveles de cortisol 

Como hemos visto, tener altos niveles de cortisol puede ser muy dañino para nuestro organismo, por lo que es importante buscar un balance hormonal y para ello se pueden adquirir ciertas prácticas saludables, especialmente disminuir los niveles de estrés. 

Para disminuir los niveles de cortisol puedes:  

  1. Practicar ejercicio regularmente.  
  2. Meditar y realizar mindfulness. 
  3. Tener una dieta baja en azúcares refinados. 
  4. Consumir alimentos ricos en omega 3 y vitamina C. 
  5. Disminuir el consumo de cafeína y alcohol. 
  6. Llevar una dieta equilibrada en carbohidratos, proteínas y fibra. 
  7. Tener una buena higiene del sueño que permita descansar al menos 7 horas.  
  8. Practica neurofeedback dinámico. 

Para restablecer la elasticidad y optimizar la función cerebral, el entrenamiento a través del neurofeedback dinámico es una de las mejores opciones cuando se trata también de lidiar con los efectos del estrés, pues nos ayuda a reorganizar el cerebro para funcionar de manera más eficiente, por medio de la regulación de sus ondas y así recuperar su flexibilidad. 

A través de diversas sesiones de entrenamiento, pueden lograrse cambios efectivos y duraderos; con una técnica no invasiva, indolora, sin esfuerzo y sin ningún efecto secundario, gracias a la auto-regulación y la creación de nuevas conexiones neuronales.  Esta técnica posibilita proporcionar al cerebro la información que necesita para ajustarse y reorganizarse. Así de vuelve más flexible y elástico. Esto redunda en una mejor calidad de vida para el usuario. 

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