¿Cómo nos afecta el síndrome del cuidador?

Entender cómo nos afecta el síndrome del cuidador nos dejará entender lo que vive una persona que debe entregar su vida a la atención total de otra persona con un padecimiento o trastorno que le hace ser dependiente y cuán exigente es esta labor.

En las familias suele haber una persona (la madre, la esposa, alguna hermana o hermano) que asume el total cuidado de uno de sus miembros que vive con algún padecimiento, enfermedad o condición que exige asistencia y compañía constante.

Esta actividad de cuidador/a se puede requerir ante la presencia de personas con algún síndrome o trastorno neurodegenerativo, enfermedades crónico degenerativas, así como con adultos mayores con demencia o enfermedades como Alzheimer.

Ser cuidador/a

Cuidar de alguien bajo estas condiciones puede resultar extenuante, ya que la responsabilidad de atender la salud y bienestar de otros es altamente exigente y abrumadora. Además, sus actividades en la atención del paciente suelen estar emparejadas con los requerimientos de su propia vida cotidiana. Esta se puede ver tan rebasada en la labor de cuidado que comience a relegar a un segundo plano su propio cuidado emocional y físico.

Frecuentemente quien se encarga de este cuidado podrá sentirse frustrado, con la sensación de no alcanzar a realizar todo lo que tiene que hacer. Comenzará a dedicar menos tiempo a lo que le gusta hacer y le proporciona bienestar; quizá luego comience a pasar menos tiempo con su pareja, con sus hijos y amigos.

Al final del día, el cuidador o cuidadora podrá sentirse confinado, con falta de libertad y abandonado de sí mismo. Igualmente podrá correr el riesgo de caer en el aislamiento social, lo que puede dañar su salud física y emocional.

Síndrome del Cuidador

Quien se encarga del cuidado constante de una persona dependiente, y lo hace por un tiempo prolongado, puede experimentar el Síndrome del Cuidador. Éste se caracteriza por:

Agotamiento físico y mental.
Cambios de humor.
Ansiedad y depresión.
Trastornos del sueño.
Alteraciones del apetito.
Aislamiento social.
Dificultades cognitivas (memoria, atención, etc.).
Consumo abusivo de medicamentos, tabaco o alcohol.
Desinterés por vivir nuevas experiencias.
Elevada irritabilidad.
Dolores o molestias sin tener ningún problema de salud aparente.

Todo ello deviene de la alta responsabilidad que debe afrontar el cuidado o la cuidadora, y las exigencias intrínsecas en la atención del ser dependiente. Hay un agotamiento extremo que causa esta sintomatología y, a la larga, puede producir el deterioro de la salud, aunque muchas veces ni siquiera tengan el tiempo suficiente para recibir, ellos o ellas mismas, la asistencia médica necesaria.

¿Cómo prevenir el Síndrome del Cuidador?

Para prevenir y paliar la sobrecarga, los cuidadores han de entender que es importante:

Conocer bien la condición de la persona que cuidan, los requerimientos del padecimiento y la evolución. Esto les ayudará a no preocuparse de más ni esforzarse más de lo necesario.
Comprender los síntomas y los cambios de conducta que generan en la persona afectada.
Reconocer y saber gestionar las propias emociones y sentimientos.
Pedir ayuda cuando se necesita.
Recuperar la propia identidad, más allá del rol de cuidador o cuidadora.
Buscar espacios para uno mismo.
Aprender a relajarse.
Ser positivos e intentar aliarse con el humor.

Neurofeedback dinámico, un apoyo al Cuidador o Cuidadora

El neurofeedback dinámico con sistema NeurOptimal® que te brindamos es una excelente oportunidad para prevenir o contrarrestar el Síndrome del Cuidador. Entre los factores con que nos podemos beneficiar se encuentran: