Qué puede salir mal en el cerebro es un artículo que te ayudará a conocer los posibles daños que pueden producirse en este órgano y su causa no es genética; así podrás cuidar de él mucho mejor.

El cerebro es un órgano perfecto que comanda a nuestro cuerpo y no solo a nuestra mente, su principal función es mantenernos vivos y eso es lo que hace 24/7  

Sin embargo, requiere alto mantenimiento: buena oxigenación, alimentos de calidad (principalmente grasas saludables y carbohidratos complejos), descanso suficiente y recreación. Además, precauciones mucho más elementales como evitar golpes repetitivos, accidentes que impliquen impactos de alta gravedad, entre otros cuidados de los que ya hemos hablado en otros artículos.  

Igualmente, hay eventualidades que pueden dañarlo y aquí es donde comenzamos a hablar de lo que puede salir mal en el cerebro.  

Qué puede salir mal en el cerebro 

Nuestro cerebro es poderoso, pero también delicado, muchos problemas pueden afectarlo, incluyendo: 

  • Lesiones que destruyen las neuronas. 
  • Infecciones, como la meningitis o la encefalitis. 
  • Obstrucción o rotura de los vasos sanguíneos que alimentan el sistema nervioso, causando un accidente cerebrovascular. 
  • Cáncer cerebral. 
  • Pérdida de neuronas por enfermedades como la enfermedad de Alzheimer. 

Lesiones que destruyen las neuronas 

No todas las neuronas viven para siempre.  Aun cuando las neuronas son las células que viven más tiempo en el cuerpo, grandes cantidades mueren durante los años, algunas por causas del proceso de crecimiento, otras porque pueden verse dañadas por factores externos.    

Existen múltiples tipos de lesiones que pueden dañar las neuronas; especialmente aquellas que privan al cerebro de oxígeno, o que se producen debido a lesiones. Además, están aquellas que se generan a partir de una intoxicación (químicos, alcohol, drogas, etc.). 

  • TRAUMATISMO: Los golpes fuertes en la cabeza provocan la pérdida de neuronas del cerebro.  Al tener un traumatismo puede haber daño neuronal, desentendiendo de la magnitud del trauma; si es muy fuerte se tiene una región que se llama ‘el corazón de la lesión’ que hace que mueran y que haya una deficiencia. 

Una lesión de la médula espinal puede interrumpir la comunicación entre el cerebro y los músculos cuando las neuronas pierden su conexión con los axones ubicados por debajo del sitio de la lesión.  Estas neuronas aún pueden vivir, pero pierden su capacidad de comunicarse. 

  • ESTRÉS CRÓNICO: Este también es un factor que puede dañar las neuronas. El estrés crónico es un factor que causa efectos negativos en el cerebro al disminuir su tamaño, generar inflamación (como si tuviésemos una infección) y afectar zonas del hipocampo, vinculadas a la memoria.  
  • TÓXICOS: El alcohol y las drogas matan a las neuronas y varían la plasticidad sináptica. También el tabaco, la contaminación o cualquier elemento que afecte negativamente al sistema nervioso.  

La neurotoxicidad se produce cuando el cerebro y el sistema nervioso están expuestos a toxinas que alteran su función neurológica. Las neurotoxinas destruyen las neuronas que trasmiten la información del cerebro al resto del cuerpo o pueden causar, también, muerte prematura de células cerebrales. 

Infecciones 

Las infecciones a nivel cerebral pueden estar ocasionadas por las infecciones del cerebro están causadas por bacterias, virus, hongos y, a veces, protozoos o parásitos.   

Las infecciones pueden causar una inflamación del encéfalo (encefalitis). Los virus son la causa más frecuente de las encefalitis. Las infecciones también pueden provocar la inflamación de las capas de tejidos (meninges) que recubren el encéfalo y la médula espinal, la llamada meningitis.   

A veces, una infección cerebral, una vacuna, un cáncer u otro trastorno desencadena una reacción inmunitaria equivocada que provoca que el sistema inmunológico ataque a las células normales del cerebro (una reacción autoinmunitaria). Como resultado, el encéfalo se inflama. Este trastorno se llama encefalitis postinfecciosa. 

Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) 

Los golpes en el cerebro, o el daño causado por un accidente cerebrovascular, pueden matar neuronas instantáneamente o privarlas lentamente del oxígeno y los nutrientes que necesitan para sobrevivir.   

El accidente cerebrovascular (ictus) ocurre cuando una arteria que va al cerebro se obstruye o se rompe, produciendo la muerte de un área del tejido cerebral provocada por la pérdida de irrigación sanguínea (infarto cerebral), causando síntomas repentinos. 

Cáncer cerebral 

El cáncer suele manifestarse a manera de tumor, el cual es una masa o bulto de células anormales que se encuentra en alguna parte del cerebro.  

Existen varios tipos de tumores cerebrales. Algunos no son cancerosos (benignos) y algunos tumores sí lo son (malignos). Los tumores cerebrales se pueden originar en el cerebro (tumores cerebrales primarios) o el cáncer se puede originar en otras partes del cuerpo y luego extenderse hasta el cerebro (tumores cerebrales secundarios o metastásicos). 

La rapidez del crecimiento de un tumor cerebral puede variar en gran medida. La tasa de crecimiento y la ubicación del tumor cerebral determinan cómo afectará el funcionamiento del sistema nervioso. 

“Chemo brain” 

Hablando de cáncer, en algunas ocasiones el tratamiento de quimioterapia puede causar alteraciones en el cerebro y afectar la cognición. Aunque ahora también se sabe que los pacientes experimentan deterioros no solo después de la quimioterapia, sino también de la radiación, de la terapia hormonal y de otros tratamientos. 

Los efectos son falta de concentración, pequeñas faltas de memoria, reducción de la agudeza mental, incapacidad de recordar ciertas cosas o palabras, y dificultad para concluir tareas o aprender nuevas destrezas. Estos síntomas pueden disminuir o, incluso, desaparecer, luego de la terminación del tratamiento, entre 6 meses y un año después.  

Enfermedades neurodegenerativas 

Las vidas de algunas neuronas pueden tomar giros anormales.  Algunas enfermedades del cerebro son el resultado de la muerte antinatural de las neuronas.  

En la enfermedad de Parkinson, las neuronas que produce el neurotransmisor dopamina mueren en los ganglios basales, un área del cerebro que controla los movimientos del cuerpo.  El cerebro ya no puede controlar el cuerpo y las personas se sacuden y tienen espasmos bruscos. 

En la enfermedad de Huntington, una mutación genética causa la sobreproducción de un neurotransmisor llamado glutamato, que mata a las neuronas en los ganglios basales.  Como resultado, las personas se retuercen y contorsionan en forma incontrolable. 

En la enfermedad de Alzheimer, proteínas inusuales se acumulan dentro y alrededor de las neuronas en la neocorteza y el hipocampo, partes del cerebro que controlan la memoria.  Cuando estas neuronas mueren, las personas pierden su capacidad de recordar y de hacer las tareas cotidianas. 

Rehabilitación neuronal con Neurofeedback Dinámico 

Una vez que las neuronas de su cerebro mueren, no pueden volver a crecer, por supuesto. Aunque investigaciones recientes afirman que existe la neurogénesis adulta, es decir, un proceso mediante el cual se generan nuevas neuronas a partir de células madre neurales y células progenitoras en la edad adulta.  

No obstante, también consideremos la capacidad del cerebro para restablecer nuevas conexiones: la plasticidad permite generar suplencias respecto a las conexiones dañadas por la muerte neuronal. Las neuronas cercanas a aquellas que han muerto, “aprenden” a reemplazarlas.  

En algunos casos, la plasticidad neuronal permite la rehabilitación cerebral. Esta tiene un gran soporte en la práctica del neurofeedback dinámico.  

Este es un sistema que se basa en la plasticidad cerebral y sobre su capacidad de auto-curación, ayudando al cerebro a mantenerse en el presente, vía mecanismos inconscientes. 

Es seguro y no invasivo que entrena el cerebro para que funcione a su mejor capacidad. El sistema interactúa con el cerebro en su propio lenguaje, para otorgarle más flexibilidad y un mayor poder de recuperación. Le proporciona los medios para que se auto-regule restaurando la tranquilidad y la confianza para un mejor bienestar. 

Es un enfoque no médico y que no implica ningún diagnóstico, es suave, natural y seguro, tal como un espejo que informa al cerebro de su funcionamiento y le deja tomar las decisiones, sin imponer un estado específico. 

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