Por qué perdonar depende de la anatomía del cerebro nos lo explica en este artículo la investigación de la Southwest University.
Sabemos que trabajar con el perdón es una práctica vinculada al universo afectivo, donde se involucran la inteligencia emocional, la asertividad, la empatía. Pero también sabemos que el cerebro tiene una función protagónica cuando de perdonar se trata.
Generalmente, el perdón implica la decisión de dejar atrás el rencor y los pensamientos de venganza, respecto a un acto que otro haya cometido en nuestro perjuicio.
¿Qué es el perdón?
Esto implica un cambio de conducta voluntaria hacia quien nos ha hecho daño, que evita el resentimiento y redimensiona una realidad vista, previamente, a través de la herida recibida. Así, para perdonar es necesario comprometerse con uno mismo y con el firme propósito de pensar en positivo respecto a la persona que nos ha lastimado.
Si el proceso de perdón se hace adecuadamente, se modificarán en consecuencia los sentimientos hacia el ofensor y uno mismo alcanzará mayor paz interior.
Beneficios del Perdón
Dejar atrás los rencores y la amargura puede dar lugar a una mejor salud y más tranquilidad. El perdón puede llevar a:
- Relaciones más sanas.
- Mejor salud mental.
- Menos ansiedad, estrés, y hostilidad.
- Presión arterial más baja.
- Menos síntomas de depresión.
- Un sistema inmunitario más fuerte.
- Mejor salud cardíaca.
- Mejor autoestima.
Así, perdonar es un acto que, desde diversas perspectivas, tiene efectos positivos para nosotros.
Perdonar depende de la anatomía del cerebro
Por supuesto, como órgano rector de nuestro ser, el cerebro se encuentra involucrado en el proceso del perdón. No sólo en términos emocionales, que corresponden a la región límbica sino en un proceso orgánico propio de nuestras zonas neuronales.
De acuerdo a un estudio, realizado por investigadores chinos, liderados por Jiang Qiu, de Southwest University, en Chongqing, y publicado en la revista Scientific Reports, la disposición a perdonar está relacionada con las diferencias en el volumen de la materia blanca y gris, en regiones cerebrales responsables del control cognitivo y la empatía.
De acuerdo con esta investigación, la capacidad de perdonar a otra persona está relacionada con la cantidad de materia gris presente en una zona del cerebro involucrada en la capacidad de generar determinados estados mentales.
Ubica la zona donde se genera el perdón
Para realizar este estudio, los científicos preguntaron a los participantes qué tan dispuestos estaban a perdonar determinadas situaciones, acorde a sus respuestas también evaluaron imágenes de sus cerebros.
Se encontró que quienes tenían más disposición a perdonar tenían mayor volumen de materia gris en la parte dorsolateral de la corteza prefrontal (donde se ubican las decisiones) y menor en el giro frontal superior, que controla las funciones de memoria de trabajo y cognitivas superiores. Además, también se observó una disminución de materia blanca en el giro frontal superior.
Por su parte, quienes dijeron tener menor capacidad para perdonar también reflejaron falta de voluntad para aguantar comportamientos deshonestos. Ello implica menor cantidad de materia gris en las zonas mencionadas, factor que también se observa en trastornos como la depresión clínica.
Igualmente, se considera que la capacidad de perdonar está relacionada con una mayor actividad de la corteza prefrontal, la cual participa en el proceso de las decisiones.
Los autores del estudio concluyeron que la capacidad de perdonar de cada persona está condicionada por las diferencias anatómicas en las estructuras de la materia blanca y gris en regiones del cerebro responsables del control cognitivo y la capacidad de empatía.
NEURODOZA | CITAS | RENTA Y VENTA DE EQUIPO
📞 514 447 8434 🇨🇦