Te dejamos aquí 25 pensamientos de una persona con ansiedad, un ejemplo de cómo se procesa la información cuando se sufre de este trastorno.
Como ya hemos hablado en varias ocasiones en este blog, la ansiedad tiene un componente neurológico debido al funcionamiento incorrecto del circuito de alerta del cerebro, especialmente de la amígdala; pero otro factor igual de importante está en nuestros procesos de pensamiento.
Distorsiones del pensamiento
Las distorsiones cognitivas desempeñan un papel predominante en el trastorno de ansiedad, al producir la perturbación emocional y alertar al cerebro de un posible peligro. Estas son maneras erróneas que se tienen al procesar la información del entorno, malinterpretaciones de lo que ocurre a nuestro alrededor, generando múltiples consecuencias negativas.
Estas percepciones y pensamientos distorsionados que realiza el sujeto acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, lo llevan a desarrollar estados de ánimo disfuncionales como: fobias, depresión, problemas de autoestima, obsesividad, etcétera.
La persona con ansiedad puede tener estos pensamientos irracionales, así como comportamientos que le llevan a evitar situaciones, preocupaciones constantes sobre diferentes temas, malestar físico (dolores de barriga, de cabeza…) o sensaciones diversas que son difíciles de entender desde fuera, cuando uno no las ha experimentado.
Efectivamente, los pensamientos de las personas con ansiedad pueden parecernos, incluso, ridículos; no obstante ellas los perciben como una realidad y así lo viven. Tanto la emoción de ansiedad, como el miedo, son emociones reales que están sintiendo en esos momentos y afectarán la manera de interpretar la realidad.
Pensamientos de una persona con ansiedad
Aunque los pensamientos de alguien con ansiedad son individuales, suele haber un patrón común entre quienes viven con este trastorno, por ello hoy hablemos de las ideas más frecuentes.
- ¡Estoy enloqueciendo!
- En cualquier momento voy a perder el control.
- ¡Tengo miedo!
- ¿Estaré enfermo? Quizá tengo una enfermedad fatal.
- Tal vez ya no me quiere.
- Me voy a quedar solo, nadie va a quererme.
- ¿Y si mi familia tiene un accidente?
- ¿Perderé mi trabajo?
- ¿Y si no puedo seguir pagando la casa?
- ¿Fue un comentario sobre mí? ¿O fue una broma?
- Apuesto a que no les intereso.
- Mejor no hubiera ido a ese lugar.
- Seguro no les gusto tanto.
- Me va a abandonar.
- Voy a fracasar esta vez.
- Nada volverá a ser igual.
- Esto será así para siempre.
- Seguro están hablando mal de mí.
- Nunca voy a terminar.
- Esto va a terminar muy mal.
- No lo voy a lograr.
- Debí pedir perdón.
- No debí decir eso.
- No puedo más.
- ¡Voy a m0rir!
El cansancio de la mente
Estos pensamientos son un ejemplo de cómo suele conducirse la mente, lejos del control de las personas. El esfuerzo que ellas tienen que hacer para no dar rienda suelta a sus pensamientos y evitar crisis de ansiedad puede resultar extenuante, pues siempre piensan demasiado cada situación.
Pasarán horas tratando de encontrar una respuesta. Dejan que todo se acumule en su mente, hasta llegar al llanto (crisis de angustia) o al miedo extremo (crisis de pánico).
Asimismo, sienten culpa con frecuencia y van por la vida pidiendo disculpas, sintiendo que molestan a todos. Cuando expresa sus sentimientos desborda en llanto o ira.
Observamos así que la ansiedad, que es un trastorno real, es mucho más compleja de lo que consideremos y no se soluciona “echándole ganas”. Seamos más empáticos e informémonos para apoyar a quienes la padecen.
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