Es conveniente aprender cómo lidiar con el bruxismo y encontrar mecanismos que nos ayuden a proteger la salud dental.
Una mañana desperté con un dolor intenso en la mandíbula que ascendía hasta el oído. Un dolor que se repitió, hasta que llegó un día que ni siquiera podía hablar; al poco tiempo sentí una fisura en la muela… Rápidamente acudí con el odontólogo, quien me dijo que mis dientes se habían desgastado con tal severidad que podría perder algunas piezas. La causa era el bruxismo derivado de altos niveles de estrés con los que me he acostumbrado a vivir.
Este es un testimonio común de quienes acuden a sesiones de entrenamiento con neurofeedback dinámico para aliviar el estrés que les deja importantes secuelas, como ésta. Muchos clientes comentan cómo cada noche rechinan los dientes y, por el día, aprietan la quijada a causa del bruxismo.
Aproximadamente el 70% de la población padece bruxismo, y el estrés y los trastornos del sueño son las principales causas que provocan esta patología.
¿Qué es el bruxismo?
De acuerdo con la Clínica Mayo se define el bruxismo como un trastorno en el que se rechinan y aprietan los dientes de manera inconsciente, puede ser tanto despierto (diurno) como por las noches mientras se duerme (nocturno).
El bruxismo nocturno se considera un trastorno de movimiento relacionado con el sueño. Las personas que aprietan o rechinan los dientes mientras duermen tienen más probabilidades de padecer otros trastornos del sueño, como roncar o realizar pausas en la respiración (apnea del sueño).
En algunas personas, el bruxismo puede ser frecuente y lo suficientemente intenso como para producir trastornos de la mandíbula, dolores de cabeza, daños en los dientes y otros problemas.
Síntomas del bruxismo
Los signos y síntomas del bruxismo pueden comprender los siguientes:
- Rechinar o apretar los dientes, con un sonido que puede ser tan fuerte como para despertar a la persona que duerma contigo
- Dientes aplanados, fracturados, partidos o flojos
- Esmalte dental desgastado, por lo que se ven las capas más profundas de los dientes
- Mayor dolor o sensibilidad dental
- Músculos de la mandíbula cansados o rígidos, o mandíbula trabada que no se puede abrir o cerrar por completo
- Dolor o inflamación de mandíbula, cuello o rostro
- Dolor similar al dolor de oído, pero que no es un problema del oído en realidad
- Dolor de cabeza sordo que comienza en las sienes
- Lastimaduras por morder la parte interna de la mejilla
- Alteración del sueño
¿Por qué rechino los dientes?
Rechinar los dientes o apretarlos es más común de lo que pensamos, pero los médicos no explican con una única razón. El bruxismo está relacionado con estados emocionales cotidianos que nos llevan a eta conducta.
El bruxismo diurno, apretando los dientes, puede deberse a la ansiedad, el estrés, la ira, la frustración, etc. También pue ser una estrategia de afrontamiento o un hábito durante la concentración profunda.
Por su parte, el bruxismo nocturno, también inconsciente, puede deberse a la actividad de masticar relacionada con el sueño y asociada con despertarse durante el sueño.
¿Qué pasa si no dejo de apretar los dientes?
El bruxismo persistente puede tener consecuencias indeseadas en la salud física y mental de la persona.
- Daños a los dientes, las restauraciones, las coronas o la mandíbula
- Dolores de cabeza relacionados con la tensión
- Dolor de cuello o facial intenso
- Trastornos que aparecen en las articulaciones temporomandibulares, que se encuentran justo delante de los oídos y que pueden sonar como un chasquido cuando se abre y se cierra la boca
Cómo lidiar con el bruxismo
No existe un tratamiento para evitar el bruxismo, se puede proteger la articulación mandibular en la consulta de un especialista, quien generalmente indica el uso de guardas o protectores a medida, para evitar el roce de los dientes y su desgaste. Sin embargo, el bruxismo no se eliminará, éste debe tratarse a través de mecanismos que deshabitúen su práctica y ayuden a disminuir los niveles de ansiedad y estrés en quienes lo padecen.
Es recomendable aprender técnicas que nos ayuden a gestionar el estrés, adquirir prácticas de relajación.
El bruxismo en una acción involuntaria derivada del estrés que se produce en caso de interferencia oclusal, pero una vez aprendida se convierte en un hábito que se manifiesta en respuesta de la tensión y que no desaparece, aunque se elimine la causa física que lo provoca.
El mecanismo neurofisiológico del bruxismo sería similar al de la tensión muscular, con una activación simpática que provoca contracción muscular y la acción del mecanismo de seguridad de la mordida, que produciría la distensión. Este conjunto de movimientos cíclicos es lo que lo produce.
De igual modo el neurofeedback dinámico permite reducir el bruxismo eliminando la ansiedad general con un entrenamiento cerebral que reduzca la hiperactividad cortical típica de las personas sometidas a estrés.
*Con información de Clínica Mayo
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