Esta vez te contamos como ayuda el neurofeedback dinámico en caso de asma provocada especialmente por condiciones emocionales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, más de 230 millones de personas padecen asma, una enfermedad crónica que afecta el sistema respiratorio. Especialmente, ésta es la enfermedad más común en los niños, quienes tienen vías respiratorias más pequeñas, lo que la hace para ellos una condición más seria.
Cuando se presenta un ataque de asma, el recubrimiento de las vías respiratorias se inflama y los músculos que las rodean se tensionan. Esto provoca un estrechamiento de las vías respiratorias que reduce la cantidad de aire que puede pasar por éstas, provocando sibilancias, falta de aliento, opresión en el pecho y tos.
Y si bien para algunas personas el asma puede ser una molestia menor, para otras, puede significar un problema considerable que interfiere en las actividades cotidianas y que puede producir ataques que pongan en riesgo la vida.
Síntomas del Asma
Los síntomas de asma pueden ser provocados por la inhalación de sustancias llamadas alérgenos u otros desencadenantes. Éstos pueden ir desde la presencia de ácaros, ingesta de algunos medicamentos hasta el humo de tabaco, alergias, ejercicio, entre otros.
Pero también hay factores emocionales que pueden desencadenar un ataque de asma, especialmente cuando se trata de estar sometido a estrés constante y es aquí donde encontramos un fuerte vínculo con el cerebro, lo que explicaremos más adelante.
El asma no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse. Cada paciente con asma deberá tener un control de los síntomas para que el médico pueda regular el medicamento y la dosis correspondiente que mantenga a raya la enfermedad.
Aspectos emocionales puede agravar crisis de asma
Investigadores de la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, a través de escaneo cerebral, localizaron una parte específica del cerebro que hace que la gente con asma respire con dificultad y jadee al estar sometidos a un cuadro de estrés emocional. Esto confirma la influencia de las emociones en el agravamiento de las crisis asmáticas.
El estudio señala que quienes sufren de asma suelen notar que cierto grado de ansiedad y trastornos de tipo emotivo agravan los síntomas de un cuadro asmático y que, en algunos casos, la sola emoción puede llegar a precipitar el ataque.
Y aunque ya se suponía esta relación entre las emociones y las crisis asmáticas, no se habían descrito previamente cómo se vive el proceso en el cerebro.
Richard Davidson, principal autor del estudio y profesor en la Universidad de Wisconsin, señaló que hay evidencias de que, cuando los asmáticos se ven expuestos a alérgenos que los afectan, se activa en el cerebro determinadas zonas que están íntimamente ligadas a las emociones.
Al respecto, explica que durante un cuadro de asma existen dos etapas: en primera instancia está la inhalación de algún alérgeno que provoca la liberación de sustancias químicas que hacen que los músculos lisos se contraigan, provocando opresión en el pecho.
Luego se activan otras células que liberan sustancias químicas llamadas citoquinas, que buscan combatir al alérgeno invasor, estas células producen inflamación. Sumadas ambas etapas dan lugar a la obstrucción de las vías aéreas y dificultad respiratoria.
En el estudio descubrieron que la actividad cerebral en la primera fase de contracción muscular del ataque de asma es distinta de la que tiene lugar en la fase inflamatoria posterior. En esta segunda etapa condiciones afectivas pueden generar mayor actividad en partes del cerebro que dominan las emociones.
Neurofeedback dinámico como apoyo en crisis asmáticas
Como hemos explicado, las condiciones emocionales que se experimentan desde el cerebro son capaces de detonar y agravar los cuadros asmáticos. Por ello contar con recursos que permitan tener un mejor control del estrés y la ansiedad brindar múltiples beneficios a favor de la salud.
El neurofeedback dinámico, en estos casos, puede ser una excelente ayuda como apoyo a disminuir las crisis causadas por factores emocionales. Esta técnica permite disminuir los daños que el estrés y la ansiedad pueden causar no sólo a nivel respiratorio sino también neuronal, pues afectan la plasticidad cerebral.
Para restablecer la elasticidad y optimizar la función cerebral, el entrenamiento a través del neurofeedback dinámico es una de las mejores opciones cuando se trata también de lidiar con los efectos del estrés, pues nos ayuda a reorganizar el cerebro para funcionar de manera más eficiente, por medio de la regulación de sus ondas y así recuperar su flexibilidad.
A través de diversas sesiones de entrenamiento, pueden lograrse cambios efectivos y duraderos; con una técnica no invasiva, indolora, sin esfuerzo y sin ningún efecto secundario, gracias a la auto-regulación y la creación de nuevas conexiones neuronales. Esta técnica posibilita proporcionar al cerebro la información que necesita para ajustarse y reorganizarse. Así de vuelve más flexible y elástico. Esto redunda en una mejor calidad de vida para el usuario.
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