El apoyo del neurofeedback en trastornos alimenticios tiene alta efectividad, pues mucho de lo que sucede en estos casos se fundamenta en cuestiones neuronales además del proceso emocional que conlleva.

Dejar de comer, comer y luego vomitar, pasar un largo tiempo sin comer y posteriormente comer descontroladamente, sentir culpa o angustia por lo que se come… Estos son algunos de los síntomas elementales que pueden evidenciar un Trastornos de la Conducta Alimentaria.  

Padecimientos como la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón o la vigorexia, son condiciones mentales severas que deben ser atendidas con inmediatez y de manera multidisciplinaria, incluyendo recursos como la terapia psicológica y el neurofeedback dinámico. Y aquí te contamos por qué y cuáles son los beneficios que este método brinda en estos casos. 

¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria? 

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son enfermedades mentales graves que afectan a millones de personas en el mundo. Existe un amplio consenso que en el desarrollo de estos trastornos están implicados factores biológicos, psicológicos y socioculturales.  

Estas afecciones se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud, las emociones y la capacidad de desempeñarte en áreas importantes de la vida. Los trastornos de la alimentación más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, y el trastorno alimentario compulsivo (cada una con síntomas específicos).  

La mayoría de los TCA se caracterizan por fijar excesivamente la atención en el peso, la figura corporal y la comida, lo que causa conductas alimentarias peligrosas. Estas conductas pueden tener una repercusión considerable en la capacidad del cuerpo para obtener la nutrición adecuada. Los trastornos de la alimentación pueden causar daños en el corazón, el aparato digestivo, los huesos, los dientes y la boca, y derivar en otras enfermedades. 

El cerebro, no obstante, también suele tener consecuencias significativas en una persona que sufre un trastorno de la conducta alimentaria, especialmente cuando se trata del déficit calórico. 

Efectos de la anorexia en el cerebro 

La anorexia nerviosa es un TCA que se considera fundamentado en el miedo extremo e irracional de adquirir mayor peso corporal, por lo que se restringe cada vez más la ingesta de alimentos por tiempos prolongados.  

Sin embargo, aclaremos que este miedo se basa en una alteración en la manera de percibir su peso o su forma del cuerpo, y esto influye en su autoevaluación y autoestima. A menudo se sienten presionadas para ser perfectas y son muy duras con ellas mismas; son rígidas y autoexigentes. 

No obstante, cuando hay un déficit energético, el hipotálamo manda una señal al resto del organismo y con ello a la persona le da hambre, pero en el caso de los pacientes con anorexia, esta respuesta es evadida y prefieren no probar alimentos.  

Ante esta restricción calórica severa, se dan procesos de neuroinflamación provocados por las células gliales, que son el grupo de células del sistema nervioso central más abundante en el cerebro. 

De acuerdo a una investigación realizada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), publicada en 2015, cuando hay una restricción calórica, las células gliales incrementan su densidad y se vuelven reactivas, eso aumenta la producción de unas células pro-inflamatorias llamadas citocinas. Estas últimas actúan en el cerebro y provocan que la persona no quiera ingerir alimento. 

Por otra parte, una investigación realizada por Christina Wierenga, de la Universidad de California en San Diego, reveló que las personas con anorexia activan áreas del cerebro que comandan el autocontrol y les facilita dejar de comer.  

Cómo afecta la bulimia en el cerebro 

De acuerdo a una investigación realizada por la Asociación Americana de Diabetes y publicada en el Journal of Abnormal Psychology, las mujeres con bulimia tienen un descenso en el flujo sanguíneo en una parte del cerebro asociada con la autorreflexión. Esto sugiere que las personas que sufren bulimia pueden estar usando la comida para evitar pensamientos negativos sobre sí mismas. 

Asimismo, el estrés es un factor desencadenante de atracones de comida. Según este estudio, el estímulo de la comida dirige la atención hacia la comida y evita la confrontación con pensamientos negativos y autocríticos, es decir les da algo en que concentrarse en vez de la dolorosa perspectiva de lidiar con sus propias deficiencias. 

Y aunque existen estos hallazgos, no son definitivos y aún existen gran desconocimiento de los factores compulsivos que llevan a una persona hacia esta conducta.  

Trastorno por atracón 

Este es un trastorno grave de la alimentación en el que se suele consumir cantidades extraordinariamente grandes de alimentos y frente a lo cual se es incapaz de detenerse. Una conducta sistemática que supera un día de excesos que a cualquiera pudiera pasarnos.   

Quienes viven con este trastorno comen de manera excesiva y viven la sensación de pérdida de control, lo que se vuelve una compulsión por comer de manera desenfrenada. Y después del “atracón”, las emociones negativas comienzan a fluir provocando incluso deseos de autocastigarse.   

En el caso del trastorno por atracón, un grupo del MIT (Massachusetts Institute of Technology) explica que un circuito neuronal relacionado con la sensación de recompensa y placer inducen a seguir alimentándose incluso de forma descontrolada. 

El estudio demuestra que las señales químicas que despiertan el apetito en respuesta a la sensación de hambre y las que impulsan a darse atracones con el estómago lleno solo por placer de hacerlo (comportamiento hedónico) siguen caminos neuronales independientes y obedecen a impulsos distintos en el cerebro, lo que abre la puerta a abordajes terapéuticos selectivos. 

Consecuencias de los TCA  

En cualquiera de estos casos, los TCA tienen graves consecuencia físicas y psicológicas en quienes los padecen.  Cuanto más grave sea o más dure el trastorno de la alimentación, más probable es que presentes complicaciones graves, como las siguientes: 

  • Problemas de salud graves 
  • Depresión y ansiedad 
  • Pensamientos o conductas suicidas 
  • Afectación en las funciones cognitivas 
  • Problemas con el crecimiento y el desarrollo 
  • Problemas sociales y en las relaciones 
  • Trastornos de consumo de sustancias 
  • Problemas laborales y escolares 
  • Muerte 

Apoyo del neurofeedback en trastornos alimenticios

El tratamiento de los trastornos de la alimentación es a menudo controlado bajo el cuidado de profesionales de la salud mental. En muchos casos se trata de la terapia familiar e individual. Asimismo, se puede hacer uso de métodos alternativos como el neurofeedback dinámico, el cual ha mostrado significativos resultados en la disminución de comportamientos compulsivos y obsesivos que se evidencian en los TCA.  

Condiciones coexistentes como el trastorno del estado de ánimo, la ansiedad y la disregulación del apetito también responden bien al entrenamiento con neurofeedback. 

Trastornos emocionales y psicológicos profundamente arraigados se liberan con frecuencia a través de una mejor regulación de los estados cerebrales. 

El tratamiento de la bulimia con neurofeedback es una buena opción terapéutica, a través de la influencia directa hacia una mayor flexibilidad y la autorregulación. 

Así los beneficios son: 

  • Disminución de comportamientos compulsivos y obsesivos.  
  • Ayuda en la gestión del estrés y la ansiedad.  
  • Mejores niveles de descanso y calma.   
  • Reduce el estado de ansiedad.  
  • Ayuda a regular la sensación de apetito.   
  • Lograr mayores niveles de flexibilidad y autorregulación.   

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