Agorafobia: el miedo a salir a la calle, un artículo que hemos preparado para explicar cómo el trastorno de ansiedad puede derivar en un verdadero terror a salir de casa y te decimos por qué.

En tiempos de pandemias como la que recientemente experimentamos en gran parte del mundo debido al Covid19, salir a la calle se ha vuelto un posible peligro. La gente está resguardada en su casa para evitar posibles contagios hasta recibir información que los riesgos se han reducido.  

Sin embargo, con el paso del tiempo y cuando las autoridades nos digan que el peligro ha pasado, volveremos a nuestra vida cotidiana, con la lección aprendida (esperamos todos) y siguiendo la rutina de cada jornada.  

Pero hay quienes, desde antes o incluso a partir de estos acontecimientos de salud globales, sean incapaces de salir a la calle, porque experimentan Agorafobia.  

¿Qué es la Agorafobia? 

El Ágora era la plaza pública en la antigua Grecia, un espacio abierto y colectivo, de ahí el origen etimológico de esta fobia: Miedo irracional a los espacios abiertos. 

En términos médicos, es uno de los trastornos de ansiedad, en el que se experimenta miedo a los lugares o situaciones que podrían causar pánico y hacer sentir indefensa, atrapada o avergonzada a la persona que lo sufre.  

Las personas con agorafobia tienen dificultad para sentirse seguras en un lugar público, especialmente donde se reúnen multitudes. Este miedo le impulsa a evitar esos lugares, corriendo el riesgo de paulatinamente no querer salir de casa, logrando un asilamiento completo.  

Se teme a una situación real o anticipada, como usar el transporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer una fila o estar en una multitud. La ansiedad se produce a raíz del miedo a que no haya medios de escape o ayuda accesibles si se intensifica la ansiedad. 

La mayoría de las personas que sufren agorafobia la padecen después de tener uno o más ataques de pánico, lo que los hace preocuparse por volver a tener un ataque, así que evitan los lugares donde puede volver a suceder. 

¿Qué siente la persona con Agorafobia? 

Los síntomas típicos de la agorafobia comprenden el miedo a: 

  • Salir de casa solo. 
  • Multitudes o esperar en una fila. 
  • Espacios cerrados, como cines, ascensores o tiendas pequeñas. 
  • Espacios abiertos, como estacionamientos, puentes o trenes. 
  • Usar el transporte público, como autobuses, aviones o trenes. 

Estas situaciones causan ansiedad porque se teme no poder escapar o encontrar ayuda si se comienza a sentir pánico o a tener otros síntomas incapacitantes o vergonzantes. 

Además: 

  • El miedo o la ansiedad casi siempre derivan de la exposición a la situación. 
  • El miedo o la ansiedad son desproporcionados con respecto al peligro real de la situación. 
  • Evitas la situación, necesitas una persona que vaya contigo o soportas la situación, pero estás extremadamente angustiado. 
  • Tienes problemas o angustia significativos, o problemas con las situaciones sociales, el trabajo u otras áreas de la vida a causa del temor, la ansiedad o la evasión. 
  • En general, la evasión y la fobia perduran seis meses o más. 

Complicaciones 

Como decíamos anteriormente, el miedo puede hacer que paulatinamente las personas con Agorafobia cada vez quieran salir menos de su casa hasta quedarse aisladas. Esto, por supuesto, limita su vida cotidiana cada vez más.  

Evita la visita a amigos, familia o hasta el trabajo. Para lograr salir de casa puede requerir del apoyo de otras personas que le hagan compañía y ellos les hace más vulnerables a la voluntad de otros.  

Además, la agorafobia puede dar lugar a depresión, abuso de drogas o alcohol, y otros trastornos como los de ansiedad y los trastornos de personalidad.  

Agorafobia y el cerebro 

Tal como pasa en el trastorno de ansiedad generalizada, los ataques de pánico y la agorafobia —estrechamente vinculados todos—, existe un proceso neuronal que puede ser causante de ellos y que se fundamenta en el origen del miedo. 

El cerebro capta la amenaza, ordena al cuerpo a actuar y le damos una interpretación emocional a todo lo que está pasando en el organismo.

 Así es como observamos que el miedo no es sólo una reacción fisiológica que la mente interpreta, sino que hay una parte del cerebro que la procesa en términos emocionales. 

La activación de ese cerebro emocional provoca la liberación de neurotransmisores como la norepinefrina, la adrenalina y el cortisol, responsables de los cambios fisiológicos que experimentamos durante la situación de estrés o ansiedad.

También incrementa el bombeo de sangre hacia los músculos de las extremidades para facilitar la huida, en tanto que los pulmones se llenan de aire por lo mismo. 

Pero si la amenaza no es real y no logramos desactivar la mente para que deje su estado de alerta, generará problemas envolviéndose en un ciclo repetitivo produciendo estos trastornos de ansiedad. 

LEE TAMBIÉN CÓMO SE PRODUCE EL MIEDO EN EL CEREBRO 

Agorafobia y NeurOptimal 

El neurofeedback dinámico es un apoyo adicional tanto al tratamiento conductista como al tratamiento médico con el que se suele tratar la Agorafobia. 

Ejercitar el cerebro a través del método de NeurOptimal® permitirá reducir la sensación de ansiedad y con ello apoyar el trabajo con técnicas de afrontamiento propias del conductismo, así como disminuir la inhibición que suele ir asociada a la búsqueda del origen de la ansiedad.   

Además, ante las exigencias de la situación que se experimenta en la ansiedad, el cerebro tiene que modificar su adaptación, lo que no siempre es posible de la manera acelerada que el contexto exige.

Para facilitar la corrección del funcionamiento cerebral, el neurofeedback dinámico se ha identificado como una herramienta fundamental, pues ayuda al cerebro a adaptarse al nuevo entorno de manera natural.   

A través de las sesiones el neurofeedback dinámico permite la comunicación directamente al cerebro en un lenguaje comprensible y directo, y se le comunica lo que está haciendo incorrectamente para que pueda corregirlo, basándose única y exclusivamente en la plasticidad cerebral propia de cada uno.   

Esto ayuda a que la persona se sienta más relajada, menos estresada y pueda tener mayor efectividad en los cambios que se dan otras terapias psicológicas, pues actúa en el sistema nervioso central y por lo tanto ayuda a evolucionar a nivel físico, mental y emocional.  

Al ser un método no invasivo y seguro, puede ser utilizado por todo tipo de personas de cualquier edad y condición. 

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