La forma cómo la adicción al trabajo daña el cerebro es algo que pocas veces tomamos en cuenta. Generalmente quienes depositan toda su energía física y mental en el trabajo suelen estar evadiéndose de una realidad que les causa inconformidad y utilizan las actividades laborales como refugio. No obstante, el adicto al trabajo no permite descanso para su cerebro y ello puede causar afectaciones que repercuten, incluso, en su productividad.
Contar con un empleo no es sólo una cuestión económica, pues aun cuando sea un medio de subsistencia propia y de la familia, el trabajo para muchos es un motivo de vida, un reto, una forma de realización personal, de socializar e incluso de aportar algo a la comunidad o el país.
Asimismo, de forma personal, el trabajo nos plantea desafíos y metas por cumplir, además de que nos remunera, no sólo de manera económica sino también con reconocimiento social; pero también activa en el cerebro nuestro sistema de recompensa.
Los sistemas de recompensa son centros en el sistema nervioso central que obedecen a estímulos específicos y naturales. Regulados por neurotransmisores, permiten que el individuo desarrolle conductas aprendidas que responden a hechos placenteros o de desagrado.
El sistema de recompensas del cerebro se activa rente aun estímulo externo y envía señales mediante conexiones neuronales, para que se liberen a los neurotransmisores responsables de sensaciones placenteras como la dopamina y la oxitocina. Esto hace que queramos repetir la experiencia cada vez más frecuentemente para gozar de ese bienestar.
Lograr metas y reconocimiento, por ejemplo, nos proporcionan esas sensaciones placenteras que nos gratifican y nos hacen ir por más. Es el mecanismo típico de una adicción. Los logros y el poder de quien es adicto al trabajo son los factores más adictivos en este caso.
¿Cómo saber si eres adicto al trabajo?
Algunos de los signos de la adicción al trabajo:
- Te emocionas más respecto a tu trabajo que a cualquier otra circunstancia.
- Llevas trabajo a casa, los fines de semana y vacaciones. No das lugar al verdadero descanso.
- Todas las demás actividades de la vida las vinculas con el trabajo y hablas todo el tiempo de éste.
- Te resulta molesto que alguien te pida que dejes por un momento el trabajo para realizar otra actividad incluyendo la convivencia familiar.
- Te irritan las personas que no toman tan en serio su trabajo como lo haces tú. No puedes entenderlo.
- Por dedicar tiempo a tus largas jornadas laborales has perdido o lastimado relaciones estrechas como tu pareja, tus hijos, tus amigos…
- Buscas hacer todo el trabajo tú mismo, aunque éste dependa de un equipo, porque te preocupa que otros no cumplan tan bien como lo haces tú o que no quede a tiempo.
- Piensas en tus tareas laborales en todo momento, en todo lugar; incluso cuando estás con otras personas.
- Tu familia y amigos ya no confíes en que llegues a las reuniones o eventos porque sueles quedarte trabajando. Algunos ya ni siquiera te invitan, porque saben que no llegarás por trabajar.
Si contestaste a la mayoría de estas preguntas, estás teniendo problemas de adicción a tu trabajo.
¿Cuáles son las consecuencias de la adicción al trabajo?
Las consecuencias de la adicción al trabajo pueden ser obvias, particularmente las que tienen que ver con nuestras relaciones personales. Comienza a haber conflicto entre los demás y el adicto al trabajo, rompimientos dramáticos y disgustos. Hasta puede darse el aislamiento y ostracismo en quien sufre de esta adicción.
Asimismo, físicamente los efectos también pueden ser elocuentes. El cansancio extremo puede empezar a pasar la factura, con la subsecuente fatiga mental. No obstante, evadir el descanso o las vacaciones en pro de la efímera satisfacción que el trabajo tiene consecuencias a nivel físico y mental.
Cuando el cerebro se acostumbra a la rutina, la motivación desciende considerablemente; ello buscará que se vaya por más trabajo y cada vez más trabajo, alterando de esa manera la bioquímica cerebral como si de consumo de tóxicos se tratara. La falta de descanso potencia el estrés y el malestar, así como las crisis de ansiedad y ataque de pánico. Asimismo, se dan alteraciones del sueño y depresión.
Además de otros padecimientos como hipertensión, trastornos gastrointestinales, problemas dermatológicos y otros signos asociados con el estrés.
¿Cómo ayuda el neurofeedback dinámico a controlar la adicción al trabajo?
El neurofeedback dinámico te ayudará a controlar tu dependencia al trabajo, así como otros signos que son consecuencia de ello, como el insomnio, el estrés e incluso la depresión.
Consideremos que la adicción al trabajo es algo conductual, y se considera que la dependencia se gesta por la producción de dopamina, vinculado al sistema de recompensas que se desarrolla en el cerebro. Para estos casos el neurofeedback dinámico incide sobre la actividad cerebral del sistema de recompensas que produce dopamina, facilitando que mejore su control de impulsos y se reduzca la ansiedad compulsiva que causa la adicción.
Además, el neurofeedback dinámico trata factores emociones potenciadores de la adicción como la ansiedad.
HAZ TU CITA AQUÍ>>
NeurOptimal® neurofeedback dinámico, entrenamiento personal y profesional en NEURODOZA.