7 mitos del asma que debes dejar de creer
En 2019 se calculó que, a nivel mundial, el asma afecta a 262 millones de personas y causado más de 460 mil muertes. El asma es una de las enfermedades de duración prolongada más comunes en los niños, aunque los adultos también pueden padecerla.
Y aunque este padecimiento es frecuente en todo el mundo, en torno a ella aún existen mitos que debemos esclarecer, con el fin de alcanzar mejores oportunidades de tratamiento y calidad de vida para quienes viven con esta condición.
El Asma
Con la aparición del asma las vías respiratorias, que llevan el oxígeno a los pulmones, se estrechan, dificultando la respiración. La inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias finas en los pulmones causan los síntomas del asma, que pueden presentarse en forma de tos, sibilancias, disnea y opresión torácica.
Mito 1: El asma es emocional
Todo está en la mente suelen decir quienes creen ciertos mitos al respecto de la enfermedad. La realidad es que el asma es un padecimiento inflamatorio que afecta las vías respiratorias (no el cerebro ni la mente), así que no depende de pensamientos negativos o el estado de ánimo.
Aunque, ciertamente, algunos síntomas pueden empeorar cuando una persona está bajo estrés emocional, pero esto suele ser más frecuente en los adultos y no en los niños.
Mito 2: El asma viene y va
El asma es una condición inflamatoria que siempre está en las vías respiratorias, incluso cuando una persona no tiene problemas para respirar. La exposición a un desencadenante del asma puede generar una crisis y empeorar los síntomas, pero la condición subyacente nunca desaparece; ésta sólo puede controlarse con medicamentos y medidas de control ambiental.
Mito 3: Es producto de una alergia
Hay quienes creen que el asma es una reacción alérgica. En cierta medida pueden tener razón, pero no es necesariamente así. El asma puede ser alérgica o no alérgica, el tratamiento en ambos casos se basa en los corticoesteroides inhalados.
Cuando el asma es alérgica las vacunas pueden ayudar a controlar los síntomas, pero no curarla.
Mito 4: El asma desaparece con la edad
En algunos casos de asma infantil, los síntomas suelen disminuir en la edad adulta, pues la respuesta inmunológica cambia al crecer. Sin embargo, eso no significa que la enfermedad haya curado.
La mayoría de personas que tienen asma nacen con una tendencia a la condición y la mantienen de por vida. Es verdad que muchos niños mejoran con la edad y su asma parece desaparecer por completo. Sin embargo, a muchos les vuelve a aparecer al ser adultos.
Mito 5: Los inhaladores médicos se usan solo en las crisis
El uso de los medicamentos con regularidad es la única manera de calmar la inflamación de las vías respiratorias subyacentes y prevenir que el asma empeore. Por ello es falso que sólo se utilicen durante una crisis.
Hoy en día los corticoides constituyen uno de los medicamentos de primera elección en el tratamiento del asma.
Mito 6: No se debe hacer ejercicio
Se cree que la práctica deportiva puede agudizar las crisis; pero, al contrario, el ejercicio mejora la resistencia respiratoria y la tolerancia a la actividad física.
El entrenamiento reduce la necesidad de medicamento, el ausentismo escolar y laboral, así como disminuye la posibilidad de sentir ahogo gracias al fortalecimiento de la musculatura torácica.
Cuando el ejercicio es desencadenante de una crisis asmática, el uso de un tratamiento adecuado para controlar los síntomas facilita que la práctica deportiva.
Mito 7: En el embarazo hay que suspender el tratamiento
Está comprobado que una persona embarazada que padece asma puede y debe seguir su tratamiento, ya que evita riesgos para el bebé si la madre sufre una crisis.
Neurofeedback dinámico como apoyo en crisis asmáticas
Como hemos explicado, las condiciones emocionales que se experimentan desde el cerebro son capaces de detonar y agravar los cuadros asmáticos. Por ello contar con recursos que permitan tener un mejor control del estrés y la ansiedad brindar múltiples beneficios a favor de la salud.
El neurofeedback dinámico, en estos casos, puede ser una excelente ayuda como apoyo a disminuir las crisis causadas por factores emocionales. Esta técnica permite disminuir los daños que el estrés y la ansiedad pueden causar no sólo a nivel respiratorio sino también neuronal, pues afectan la plasticidad cerebral.
Para restablecer la elasticidad y optimizar la función cerebral, el entrenamiento a través del neurofeedback dinámico es una de las mejores opciones cuando se trata también de lidiar con los efectos del estrés, pues nos ayuda a reorganizar el cerebro para funcionar de manera más eficiente, por medio de la regulación de sus ondas y así recuperar su flexibilidad.
A través de diversas sesiones de entrenamiento, pueden lograrse cambios efectivos y duraderos; con una técnica no invasiva, indolora, sin esfuerzo y sin ningún efecto secundario, gracias a la auto-regulación y la creación de nuevas conexiones neuronales. Esta técnica posibilita proporcionar al cerebro la información que necesita para ajustarse y reorganizarse. Así de vuelve más flexible y elástico. Esto redunda en una mejor calidad de vida para el usuario.
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