Cada vez con mayor frecuencia podemos encontrar historias de quienes creen tener una enfermedad fatídica, sufriendo el trastorno de ansiedad por enfermedad.

Ante la mínima alteración de su cuerpo, Sofía se alarma y comienza a considerar una serie de posibles enfermedades que fuesen motivo de ese grano en la frente, su insomnio, su dolor de cabeza o su ansiedad. Desde cáncer hasta una enfermedad extraña, para ella cualquiera podría ser causa de que le duela la barriga o que le lloren los ojos. En su cabeza todos los males son posibles.  

Ella no piensa por qué me pasaría esto a mí. Su distorsión cognitiva la lleva a pensar “seguramente a mí” me dará tal o cual padecimiento. Sofía sufre lo que comúnmente conocemos como hipocondría, un trastorno mental que se caracteriza por una preocupación constante y obsesiva por la propia salud y por una tendencia a exagerar los sufrimientos, que pueden ser reales o imaginarios. 

Trastorno de ansiedad por enfermedad 

Trastorno de ansiedad por enfermedad es el nombre formal que recibe la conocida hipocondría o “el ser hipocondríaco”. Ésta es una preocupación real de que los síntomas físicos sean signo de una enfermedad grave, incluso cuando no exista ninguna evidencia para respaldar la presencia de un padecimiento de salud.  

Quien padece este tipo de trastorno de ansiedad está totalmente concentrada y siempre pensando en su salud física. Tiene un miedo irracional de tener o desarrollar alguna enfermedad grave. A medida que se enfocan y se preocupan por las sensaciones físicas, comienza un ciclo de síntomas y preocupación, el cual puede ser difícil de detener. 

Síntomas de Trastorno de Ansiedad por Enfermedad 

Sofía se ha mirado un nuevo lunar en la pierna, está segura de que es cáncer de piel. De inmediato ha comenzado a sentir una picazón, que cree que confirma sus fatídicas sospechas. La ansiedad le produce angustia y ello hace que su corazón se acelere, siente un mareo y empieza a tener una crisis de ansiedad y siente morir. 

Ella no puede controlar estos síntomas, no los provoca intencionalmente ni busca con ello llamar la atención. La hipocondría es un trastorno en el que las personas pierden control frente a lo que siente o experimenta. De tal forma, su vivencia es real y la empuja a solicitar ayuda médica.  

Entre los síntomas de una persona que vive con trastorno de ansiedad por enfermedad se encuentran:  

  • Incapacidad de controlar su miedo y preocupación por su salud. 
  • Estar preocupado por tener o por contraer una enfermedad o trastorno grave. 
  • Creer que cualquier síntoma o sensación es signo de enfermedad seria.  
  • Buscar ayuda y consuelo en la familia, los amigos o proveedores de atención médica de forma regular.  
  • Tener una sensación de tranquilidad muy leve tras la consulta al médico o tras obtener resultados negativos en las pruebas. 
  • Luego de un periodo de aparente tranquilidad empiezan a preocuparse por los mismos síntomas u otros nuevos.  
  • Preocuparse excesivamente por una enfermedad específica o por el riesgo de tener una enfermedad que está presente en su familia. 
  • Angustiarse demasiado por posibles enfermedades en las que le resulte difícil desenvolverse. 
  • Examinarse el cuerpo en forma reiterada para detectar signos de enfermedad. 
  • Asistir a consultas médicas con frecuencia para tranquilizarse o evitar la atención médica por miedo a que le diagnostiquen una enfermedad grave. 
  • Evitar personas, lugares o actividades por miedo a los riesgos de salud. Esto llevado al extremo puede desencadenar agorafobia
  • Hablar constantemente sobre su salud y sobre posibles enfermedades. 
  • Buscar constantemente en internet las causas de síntomas o posibles enfermedades. 

Apoyo con neurofeedback dinámico NeurOptimal®  

Como en el caso de otros trastornos de ansiedad, la hipocondría se deriva de una distorsión cognitiva que puede manejarse a través de la terapia cognitivo conductual. Asimismo, los antidepresivos prescritos por un especialista pueden ayudar a reducir la preocupación y los síntomas físicos de este trastorno. 

Un apoyo no invasivo ni medicamentoso para potencializar la terapia es, sin duda, el neurofeedback dinámico, el cual se ha identificado como una herramienta ideal para ayudar en el tratamiento de los trastornos de ansiedad pues permite al cerebro a adaptarse a un entorno nuevo de manera natural. 

Ante las exigencias de la situación que se experimenta en la ansiedad, el cerebro tiene que modificar su adaptación, lo que no siempre es posible de la manera acelerada que el contexto le exige. A través de las sesiones en Neurodoza se habla directamente al cerebro en un lenguaje comprensible y directo, y se le comunica lo que no está haciendo correctamente para que pueda corregirlo.  

También podemos considerar al neurofeedback dinámico como una excelente manera de rehabilitación cognitiva y útil para acelerar los cambios que se dan otras terapias psicológicas, pues actúa en el sistema nervioso central y por lo tanto ayuda a evolucionar a nivel físico, mental y emocional.  

El innovador sistema NeurOptimal con el que trabajamos, corrige la actividad cerebral basándose única y exclusivamente en la plasticidad cerebral propia de cada uno. Al ser un método de auto-regulación y auto-regulación cerebral, le comunica al cerebro aquello que no va bien o no funciona adecuadamente y éste reacciona, sabiendo perfectamente lo que tiene que hacer reorganizándolo. 

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