Para hablar de las secuelas de la violencia en casa debemos considera que, de acuerdo a ONU Mujeres, se considera que el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el acoso sexual) en algún momento de sus vidas.
La violencia contra la mujer en la relación de pareja es una problemática social y de salud que afecta gravemente a quienes la sufren y que pareciera no disminuir en las estadísticas. Paradójicamente, el hogar que debería ser un sitio seguro y de cobijo se convierte en un escenario de terror y dolor, que se acentúa porque quien lo provoca es la persona en la que se ha confiado más.
Secuelas de la violencia en casa o intrafamiliar
Desde lesiones menores, moretones, síndromes de dolor crónico, fibromialgia, fracturas, hasta la pérdida de la vida, son las secuelas físicas que las víctimas presentan. De las que, en el mejor de los casos, podrán recuperarse con alguna clase de tratamiento médico.
Sin embargo, las secuelas psicológicas que el maltrato doméstico causa son difícilmente diagnosticadas y tratadas de la forma adecuada.
El artículo Estrés postraumático en mujeres víctimas de violencia doméstica publicado en la Revista Chilena de Neuropsiquiatría reporta que, en el plano psicológico, la violencia puede generar problemas de autoestima, sentimientos de vergüenza, culpabilidad, y constituye un factor de riesgo para el desarrollo de diversos trastornos como trastornos depresivos, de ansiedad, alimentarios, del sueño, disociativos, disfunciones sexuales y abuso de sustancias y el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Según el artículo citado se estima que la prevalencia de TEPT en víctimas de violencia doméstica oscila en torno al 60%, aunque prácticamente el 100% de ellas presenta algún tipo de sintomatología postraumática.
Síntomas del TEPT
Como en otros casos donde el individuo se ha visto afectado por la experiencia de hechos violentos y agresiones (guerra, bullying, desastres naturales o accidentes), las personas que han vivido bajo la violencia doméstica manifiestan algunos de los siguientes síntomas, que se agrupan en cuatro tipos:
Recuerdos intrusivos
Los síntomas de los recuerdos intrusivos pueden ser:
- Recuerdos recurrentes, involuntarios y angustiantes del hecho traumático
- Revivir el hecho traumático como si estuviera sucediendo otra vez (retrospectiva)
- Sueños perturbadores o pesadillas acerca del acontecimiento traumático
- Angustia emocional intensa o reacciones físicas a las cosas que te recuerdan el acontecimiento traumático
Evasión
Los síntomas de la evasión pueden ser:
- Tratar de evitar pensar o hablar acerca del hecho traumático
- Evitar lugares, actividades o personas que te recuerden el hecho traumático
Cambios negativos en el pensamiento y en el estado de ánimo
Los síntomas de los cambios en el pensamiento y en los estados de ánimo pueden ser:
- Pensamientos negativos acerca de ti mismo, de otras personas o del mundo
- Desesperanza acerca del futuro
- Problemas de memoria, incluso no recordar aspectos importantes del hecho traumático
- Dificultad en mantener relaciones cercanas
- Sentirse distante de los familiares y amigos
- Falta de interés en las actividades que antes te gustaban
- Dificultad para sentir emociones positivas
- Sentirte emocionalmente insensible
Cambios en las reacciones físicas y emocionales
Los síntomas de los cambios en las reacciones físicas y emocionales (también llamados «síntomas de excitación») pueden ser:
- Asombrarte o asustarte fácilmente
- Estar siempre alerta al peligro
- Conducta autodestructiva, como por ejemplo beber en exceso o conducir demasiado rápido
- Trastornos del sueño
- Dificultad en concentrarte
- Irritabilidad, arrebatos de ira o conducta agresiva
- Sentimientos abrumadores de culpa o vergüenza
- En el caso de los niños de 6 años o menos, los signos y síntomas también pueden comprender:
- Recrear el acontecimiento traumático o aspectos de este a través del juego
- Sueños aterradores que podrían o no comprender aspectos del suceso traumático
¿Cómo se trata el TEPT?
Y aunque estos daños suelen ser de gravedad, las mujeres que viven violencia doméstica tienen dificultades para ser tratadas adecuadamente, ya sea porque atraviesan la espiral de la violencia sin poder salir de ella, o porque la vergüenza y el miedo les dificulta pedir ayuda.
No obstante, para llevar una vida saludable y reconstruir su existencia, una vez que han salido del círculo de violencia, solas o con ayuda de organizaciones especializadas en maltrato doméstico, las víctimas deben ser tratadas para superar el TEPT.
El tratamiento primario es la psicoterapia, pero también puede comprender medicamentos.
NeurOptimal brinda apoyo a pacientes con TEPT
El Trastorno de Estrés Postraumático afecta regiones distintas del cerebro, en particular la amígdala y el hipocampo. La primera se encarga de emitir respuestas físicas y químicas frente a una amenaza del ambiente y el hipocampo une la reacción física ante tal amenaza y el bagaje de la memoria, es decir mezcla la sensación física y el recuerdo.
Cuando estas áreas se ven afectadas, las personas pueden reaccionar de manera distorsionada. Al recibir cierto estímulo ambiental que no es amenazante, en la interpretación del hipocampo interfieren los recuerdos traumáticos, lo que provoca una respuesta desproporcionada e irracional ante las vivencias cotidianas.
Si se disminuye el nivel de estrés y descienden los niveles de adrenalina, el cerebro será capaz de repararse y los recuerdos perturbadores podrán ser procesados, desapareciendo lentamente los signos del TEPT.
Asimismo, recordemos que el cerebro es plástico, moldeable; está diseñado para reorganizarse a sí mismo: es lo que llamamos neuroplasticidad. Lo que permite compensar este daño y ajustar sus actividades en respuesta a nuevas situaciones o cambios en su ambiente. Para lo que la técnica de neurofeedback dinámico de NeuroDoza es la opción que ayuda en la asistencia terapéutica del paciente con TEPT.
En 2011, The Globe and Mail publicó un estudio de la Dra. Janet McCullough quien utilizó el neurofeedback dinámico en un estudio piloto, mostró cómo este tipo de entrenamiento cerebral redujo significativamente la gravedad de los síntomas del TEPT en 12 veteranos de guerra participantes.
Esta técnica está diseñada para ayudar a las personas a influir en la actividad de sus ondas cerebrales y regular el funcionamiento de su cerebro para ayudar mejorar paulatinamente su condición frente al TEPT, entre otros beneficios que se pueden lograr con ello.