Porque es más frecuente de lo que imaginamos, hoy te explicamos qué relación hay entre depresión y TOC, así como la razón por la que no siempre se diagnostica oportunamente.
Hemos notado que mucho se habla del TOC, pero poco se conoce al respecto. Ya en este blog compartimos algunos de los mitos que se traman a su alrededor, para dejar claro que éste es un trastorno mental serio y no sólo una personalidad.
En torno al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), hay también comorbilidades que merman aún más la calidad de vida de quienes lo padecen y entre esos trastornos paralelos se encuentra la depresión. Es tiempo de hablar de cómo afecta la depresión a alguien que viven con él.
Recordemos que es una afección mental que consiste en presentar pensamientos (obsesiones) y rituales (compulsiones) una y otra vez. Estos interfieren con la vida cotidiana, pero no puede controlarse ni detenerse.
No se conoce la causa del Trastorno Obsesivo Compulsivo, factores como la genética, la biología cerebral y la química, junto a su entorno, pueden desempeñar un papel en la afección.
¿Qué relación hay entre depresión y TOC?
Quienes sufren de un TOC se ven afectadas por una vorágine de emociones difíciles de gestionar. Mantenerse alerta, siempre pendientes y centrados en algo que les hace daño y les genera gran sufrimiento, como son sus obsesiones, hace que su estado de ánimo se vea seriamente dañado.
Con base en ello debemos hablar de una realidad adicional: el vínculo que existe entre el TOC y la depresión.
La intensidad de la ansiedad que se puede llegar a sentir cuando se vive con TOC es una gran carga de angustia y desesperanza. Todo se percibe como un peligro y que esos miedos se apoderen de uno hace que el estado anímico se afecte. Más grave aún, no se puede evitar este torbellino emocional ni se tiene control sobre lo que pasa por la mente.
Frente a ello es imposible no sentirse profundamente tristes y apáticos: no hay nada que podamos hacer para dejar de tener TOC, lo que puede dar lugar a la depresión.
Falta detección de depresión
Por supuesto, debemos aclarar que el TOC genera pensamientos y estados de ánimo involuntarios (a lo que nos referimos como incontrolables), una condición que no puede frenarse voluntariamente, aunque ciertamente puede atenderse y regular con un tratamiento médico y psicológico.
Cuando los pensamientos se convierten en una obsesión y los comportamientos son compulsivos, es evidente que altere la vida cotidiana, se vea entorpecida la vida laboral, social e incluso los vínculos afectivos. Toda la existencia se ve trastocada frente al TOC.
La sensación de que la vida se escapa de las manos, incontrolable, hace que las personas se vean afectada también por la depresión.
Asimismo, lo más complicado es que el paciente que vive con este trastorno no advierte con claridad la frontera entre el TOC y la depresión, por lo que se le dificulta pedir ayuda y recibir un tratamiento oportuno.
Es decir, buscan ayuda psicológica cuando ven que el trastorno que padecen ya afecta gravemente a toda su vida, desde el ámbito laboral, como en el familiar o social.
Hay pacientes que acuden a consulta relatando síntomas depresivos, por considerarlos “más adecuados” para recibir asistencia profesional en comparación con los síntomas del TOC o porque los síntomas depresivos son más reconocibles.
Cuando se produce la comorbilidad TOC-depresión, la gravedad del trastorno es mayor, empeora la calidad de vida y el deterioro funcional es significativamente mayor. Además, la depresión tiene un impacto mayor sobre las obsesiones que sobre las compulsiones.
Neurofeedback un apoyo para quienes viven con TOC
Para quienes viven con Trastorno Obsesivo Compulsivo y, además, con el riesgo de depresión, un apoyo en el tratamiento de sus síntomas —además de los fármacos y la psicoterapia— puede ser el neurofeedback dinámico.
Entre sus beneficios se encuentran:
- Mejora de la atención, coordinación y concentración.
- Disminución de inquietud e impulsividad.
- Aumento de la autoestima.
- Eliminación de los síntomas de ansiedad.
- Mejoría en la gestión del estrés.
- Incremento de la capacidad de resolución de problemas y toma de decisiones.
- Corrección en problemas conductuales (compulsiones).
- Aumento del estado de ánimo.
- Contribuye a paliar la depresión.
- Ayuda a hacer frente a las cosas mejor.
- Puede ayudar a cambiar la percepción de las cosas.
- Ayuda a cuidar la memoria.
- Mejora la concentración afectada por los pensamientos obsesivos.
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