En esta ocasión te queremos hablar sobre el contexto que nos rodea y qué hacer cuando el ambiente causa ansiedad. Sigue la lectura y conoce estas claves.
Cuando hablamos de las crisis ansiosas y los trastornos que ésta puede desencadenar, explicamos que todo tiene origen en el sistema de alerta del cerebro, originado en la amígdala. Que los neuroquímicos producen esas reacciones y su trasfondo son nuestros pensamientos.
Sin embargo, poco hemos hablado del entorno en el que la persona con ansiedad se desarrolla y que, de alguna manera, influye no sólo en su estado de ánimo, sino en su salud mental.
El entorno que rodea a la ansiedad
Hoy en día el ambiente que nos rodea es poco apacible, se requiere de un verdadero esfuerzo para alcanzar la serenidad. En el mundo estamos saliendo de una pandemia aún con gran incertidumbre de sus efectos en la salud, al otro lado del mar hay una guerra, la inflación y recesión económica amenaza a muchas sociedades en el mundo y la violencia siempre termina por asomarse a la vuelta de la equina.
El dinero escasea, en las oficinas son cada vez más exigentes y pareciera que en la escuela el ambiente es cada vez más hostil para los niños y jóvenes. Por si fuera poco, la crisis climática nos acecha. Incluso hay quienes viven relaciones personales que les causan ansiedad.
¿No son razones suficientes para vivir en el filo de la salud mental y padecer ansiedad permanentemente?
Una percepción negativa
¡Claro, la vida no es siempre así de obscura! Eso es lo que hay que rescatar frente a la ansiedad. Pero, los cerebros de personas ansiosas crean un proceso donde relacionan los elementos de su entorno como negativos o peligrosos.
Las personas con ansiedad suelen percibir, inconscientemente, las cosas inofensivas como amenazas que aumentan su ansiedad. Imaginemos qué sucede con los temas que nos atraviesan y que están en constante amenaza: el desempleo, la violencia, la banca rota, etc.
Quien vive con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) está constantemente en una situación de vulnerabilidad, están preocupadas y viven miedos intensos y persistentes. La ansiedad provoca que, con frecuencia, las personas perciban su entorno hostil o peligroso aun cuando no lo sea.
Autoexigencias
Responder adecuadamente al entorno y ser perpetuamente positivos, aunque las cosas se aprecien abrumadoras, es otro factor que puede desatar síntomas de ansiedad. La autoexigencia en todos los ámbitos es un detonante efectivísimo de ansiedad.
Requerirnos a nosotros mismos el cumplir, a la perfección, con todas las demandas sociales, laborales, escolares o económicas, suele ser una carga estresante que, de prolongarse, promoverá la aparición de trastornos de ansiedad.
¿Qué hacer cuando el ambiente causa ansiedad?
Por supuesto, no podemos abstraernos de la realidad por completo, pero sí reconozcamos que el ambiente que nos rodea puede ser un factor que desata crisis ansiosas o las acentúa.
Con el fin de disminuir el riesgo de ansiedad en entornos que nos vulneran, podemos hacer lo siguiente:
REDUCE EL CONSUMO DE NOTICIAS
Un factor que puede resultar estresante es el consumo de noticias de alto impacto negativo. Si es tu caso, deberás minimizar lo más posible tu contacto con los noticiarios alarmistas y con enfoques negativistas.
Tómate un descanso de las noticias en la tele, los diarios y la radio, incluidas las de las redes sociales.
TÉCNICAS DE CONTROL DE ANSIEDAD
Si eres una persona que vives con ansiedad diagnosticada y en tratamientos médicos y psicológicos, las herramientas que los expertos te brinden serán tu mejor recurso para lidiar con el entorno, disminuyendo el riesgo de alguna crisis.
MODULA TUS PENSAMIENTOS
Una de las cargas más fuertes ante la ansiedad se encuentra en los pensamientos. Con recursos de terapia cognitiva conductual, las distorsiones cognitivas pueden comenzar a corregirse.
GESTIONA EL ESTRÉS
Muchos de los factores estresantes son el caldo de cultivo para una crisis de ansiedad. El trabajo, la escuela, las preocupaciones económicas no se pueden evadir, pero sí puedes darles un orden de acuerdo a sus prioridades, y buscar alternativas que te ayuden a vivir con menos cargas emocionales.
DEJA DE EXIGIRTE
No es fácil, lo sabemos, pero la autoexigencia muchas veces solo se trata de buscar la aprobación de los demás. Sí trabajas con tu autoestima y te validas tal como eres, dejarás de buscar aprobación externa y será un alivio más a tu proceso contra la ansiedad.
CUIDA TU CUERPO
Cuidar del cuerpo es tan importante como el cuidar los pensamientos. Duerme más, nútrete con alimentos no procesados, evita aquellos que sabes te causan mayor ansiedad y ¡muévete! El movimiento es un gran liberador de estrés y ansiedad.
PRACTICA EL AUTOCUIDADO
Establece medidas de autocuidado que te permitan ubicarte en un entorno seguro: establece límites, practica respiración consciente, medita. Hay múltiples prácticas que te pueden ayudar a desconectar, a limitar tu exposición a factores que detonen tu ansiedad y a estar más relajado.
SOCIALIZA
Para algunas personas que viven con ansiedad la socialización puede provocar gran incomodidad e incluso acentuar la ansiedad (fobia social). No obstante, tejer redes de apoyo entre amigos y familiares, pasar tiempo con ellos y mantenerlos cerca, puede ser muy benéfico.
PRACTICA NEUROFEEDBACK DINÁMICO
Mucho hemos hablado ya de los beneficios que brinda el neurofeedback ante los trastornos de ansiedad. Éste ayuda a que el cerebro se autorregule y corrija aquellos procesos incorrectos.
La práctica regular del neurofeedback dinámico puede ayudarte a enfrentar secuelas de esta ansiedad que está latente en tu día a día. Entre sus beneficios:
- Mejor gestión del sueño
- Control de los estados ansiosos
- Mejora de la memoria
- Facilita la focalización de la atención
- Más sensación de calma y relajación
- Disminución de la hiperactividad causada por ansiedad
- Menor irritabilidad e incomodidad
- Más control del dolor
- Mejor gestión del estrés
- Menos sensación de estar abrumado/a
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