Como cualquier otra parte de nuestro ser, el cerebro requiere cuidados y estímulos para fortalecerse, optimizar sus funciones y mantenerse saludable. Así como se entrenan los músculos para ello, las neuronas requieren “ejercitarse” para ser más flexibles y tramar redes que potencialicen sus funciones y aumentar así nuestra calidad de vida.

Por ejemplo, un estudio publicado en Neurology, en 2009, informó que las personas dedicadas al entrenamiento cerebral retrasan el declive de la memoria que se produce con la edad y que puede desarrollar demencia en el adulto mayor.

No obstante, así como nos hemos vueltos sedentarios y cada vez practicamos menos horas de ejercicio físico, así también nuestro cerebro parece que practica menos gracias a la presencia de tecnología que facilita nuestra vida: calculadoras, agendas electrónicas, recordatorios vía teléfono inteligente, etc., van limitando el esfuerzo que hacemos para recordar información.

Esto es perjudicial en el futuro. Está demostrado que ejercitar la memoria ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer, la demencia senil y la pérdida cognitiva que pueden presentarse a partir de los 50 años.

Es por ello que entrenamos nuestra mente, pues la disminución de las funciones mentales no es inevitable. En los adultos se pueden generar neuronas nuevas, lo que desmiente el mito de que la pérdida de la capacidad mental es provocada por los años y no se puede recuperar. Para ello, hay que “ejercitarlo” como cualquier otro músculo.

El cerebro necesita gran flexibilidad para poder cambiar y adaptarse sin problema a los diferentes niveles de conciencia de una actividad a otra, constantemente a lo largo del día. Una falta de flexibilidad puede afectar negativamente al rendimiento, al humor, apareciendo el estrés y el agotamiento al final del día. Por el contrario, cuando nos entrenamos, promovemos la flexibilidad para responder adecuadamente a una mayor variedad de situaciones, mejorando nuestro rendimiento. 

La elasticidad es esa capacidad que tiene nuestro cerebro para recuperarse ante la adversidad; situaciones negativas como una discusión, un trauma físico o emocional, pasividad cotidiana (no hacer nada estimulante) ponen en jaque al cerebro. Si no se cuenta con la flexibilidad suficiente es más complicada y lenta nuestra recuperación frente a lo adversos. En cambio, entrenar en flexibilidad cerebral permite la recuperación frente a la adversidad de manera óptima, rápida y sin pensamientos repetitivos y obsesivos que le obstaculicen.

Para que nuestro cerebro esté preparado y pueda afrontar y superar diversos retos, necesitamos entrenarlo. Una vez que se aprende, a través de la práctica, se fortalecen suficientemente las redes neuronales creadas y tu cerebro se habrá acostumbrado a hacerlo de forma constante.

 ¿Cómo se entrena con Neurofeedback dinámico?

El sistema hace una lectura de tu actividad eléctrica de tu cerebro a través de electrodos conectados a una computadora. Una vez hecho el registro, de la actividad eléctrica se procede a iniciar el entrenamiento.

Con un método no invasivo e inocuo, sin descargas de corriente eléctrica, quien entrena con este novedoso sistema estará cómodamente sentado escuchando música y viendo imágenes en la pantalla de computadora, sin tener que realizar ninguna otra actividad.

El sistema detecta las ondas incorrectas por lo que durante la sesión notarás ligeras pausas en el sonido o la imagen (correcciones de la actividad eléctrica). Cada pausa o interrupción de la música propicia una nueva conexión neuronal que a su vez se transformará en cambios. La repetición de las correcciones en la actividad eléctrica se convertirá en el aprendizaje del cerebro que va auto-regulándose a su ritmo y a sus posibilidades según su plasticidad.

¿Qué beneficios se obtienen del Neurofeedback dinámico?

  • Mejora sustancial de la calidad de sueño.
  • Mejoras significativas en las áreas emocionales: ánimo, humor, autoestima.
  • Disminuye la ansiedad y se dan cambios positivos en la conducta.
  • Mayor facilidad para concentrarse, estar tranquilos, serenos y centrados.
  • Mejora la concentración y la atención, para trabajar más rápido y eficiente
  • Estar menos preocupados por dudas e inseguridades, ser más propensos a experimentar confianza y satisfacción. Los pensamientos molestos se podrán eliminar sin ningún esfuerzo.
  • El cerebro puede concentrarse en el presente de una forma natural, libre de distracciones. Descubrirá la mejor manera de hacer frente a la tarea en cuestión.

 

 

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