Miedo al desempleo amenaza la salud mental

Miedo al desempleo amenaza la salud mental particularmente en esto tiempos de Covid 19, ansiedad, estrés, depresión son sus consecuencias.

Un fantasma recorre el mundo, el fantasma del desempleo luego de la pandemia. La incertidumbre laboral nos agota y la salud mental se ve afectada por esta amenaza diaria que nos vulnera en lo personal, lo social y lo económico.

¿Por qué nos importa el trabajo?

Contar con un empleo no es sólo una cuestión económica, pues aun cuando sea un medio de subsistencia propia y de la familia, el trabajo para muchos es un motivo de vida, un reto, una forma de realización personal, de socializar e incluso de aportar algo a la comunidad o el país.

Para algunos, el trabajo también puede ser un fortalecedor de vínculos familiares y fuente de estatus y prestigio social. Incluso para muchos es un refugio o medio de evasión, como lo es para aquellos adictos al trabajo. De ahí la carga emotiva que tiene la pérdida del puesto laboral, especialmente si la causa es el despido.

Además, las personas se identifican con su trabajo; éste permite describirnos, obtener posibilidades de éxito y estándares sociales de “felicidad”. Los puestos laborales nos dan reconocimiento por parte de otros, promueven nuestro desarrollo personal y favorecen la autoestima.

Consecuencias del desempleo

El cese de actividades laborales motivados por cuestiones ajenas implica una ruptura abrupta, así como una significativa interrupción del desarrollo personal y profesional e incluso de la propia rutina, lo que para muchos tiene un gran peso.

Existen datos de que las mujeres, además de lo emocionalmente traumático que representa la pérdida del trabajo como lo es para un hombre, también las coloca en una posición vulnerable y de pérdida de independencia. En ocasiones, las hace volver a asumir roles tradicionales en el ámbito doméstico en exclusiva, lo que mina el control sobre su persona y con ello su autoestima.

Uno de los grandes dolores a la pérdida del puesto laboral es la creencia de que con ello se pierde la identidad. Lo esencial, en la crisis emocional derivada del despido, es reconocer que el trabajo no es nuestra identidad y que podemos hacer muchas otras cosas.

Igualmente, el menosprecio es otro factor que preocupa a las personas luego de la causa económica. Perder el empleo es sentirse no valorado, menospreciado e incluso nulificado.

Miedo al desempleo amenaza la salud mental

Como hemos revisado previamente, el empleo es más que una fuente de ingresos —factor de alta relevancia, pero no exclusivo— y su valor frente al individuo estriba en múltiples satisfacciones que le representa. Perder el trabajo es altamente traumático y genera un duelo cargado de emociones de toda índole.

El desempleo genera un impacto emocional muy fuerte en las personas, puede llegar a paralizarnos, y hacer que comencemos a sufrir de ansiedad, baja autoestima e incertidumbre y sobre todo miedo a no encontrar un nuevo empleo.

En realidad, el miedo al desempleo amenaza la salud mental. Un estudio realizado por la Universidad de Michigan muestra que las personas que se preocupan demasiado por la posibilidad de perder su puesto de trabajo informan tener un peor estado de salud y más síntomas de depresión que los que están en paro.

En la investigación “Impacto del COVID-19 en trabajadores mexicanos”, se entrevistó a más de cinco mil empleados de todo el país que realizan home office, a fin de conocer su estado de salud mental y su economía.

De ellos, 81 por ciento vive con temor de perder su empleo debido a los constantes recortes en la planta laboral o cierre de empresas, situación que les genera “miedo que paraliza a la persona, la distrae y la lleva a estar en un constante estado de alerta que afectará su salud mental y, por ende, la concentración en su trabajo”.

Cómo enfrentar el miedo al desempleo

No podemos negar la realidad y el riesgo al desempleo, pero tampoco podemos paralizarnos frente a los hechos. Combatir el agotamiento y el daño en la salud mental frente al temor de perder el trabajo sólo puede hacerse con prevención.

Al respecto, Helios Herrera, experto en productividad recomienda:

1. Mantener la calma. No olvidemos que el miedo lleva al estrés o ansiedad, esto a la irritabilidad y finalmente se obtendrá un bajo rendimiento que merma la productividad y pone en riesgo nuestro puesto de trabajo.

2. Aprovechar las fortalezas. Debemos conocer el papel que jugamos en la empresa, así como conocer las habilidades que poseemos para posicionarnos como un elemento importante en la compañía.

3. Enfoque. No perder la concentración en el trabajo y nuestra función en la organización, recordar los objetivos y hacer de este puesto laboral un paso más a la meta.

4. Fortalecer debilidades. Conocer y trabajar nuestras debilidades nos hará profesionales más completos. Fortalecer la creatividad, aprender nuevas cosas, capacitarnos, etc.

5. Aumentar los factores de empleabilidad. Es momento de desarrollar también esas habilidades no profesionales que son claves en la empleabilidad de las personas. No basta tener destrezas de trabajo y conocimientos técnicos, también hay que tener liderazgo, don de gentes, inteligencia emocional, habilidades tecnológicas, innovación, etc.

6. Aprender técnicas de relajación. Muy importante es cuidar la salud mental aprendiendo a relajarnos, dándonos tiempo para nosotros mismos, que no todo sea trabajo.

7. Utilizar herramientas que promuevan la salud mental. Lo mismo acudir con un terapeuta, practicar yoga, hacer ejercicio o alguna clase de meditación, es importante que el miedo y la preocupación por el desempleo no se conviertan en el eje central del día a día. La salud mental debe convertirse en prioridad.