¿Se puede prevenir la demencia? Aunque existen factores genéticos que nos indican que no se puede prevenir la demencia causada por envejecimiento neuronal, hay factores de riesgo que se pueden evitar para casos de demencia vascular u otras formas no propias de vejez y que poco conocemos. Sigue leyendo y conoce los tipos de demencia y cuáles puedes prevenir.
La demencia es una condición que afecta especialmente a la memoria, pero no en exclusivo, sino que depende de las causas que la originan. En sí misma no es una enfermedad: agrupa una serie de síntomas que afectan las funciones cognitivas del paciente y ello repercute en su desenvolvimiento social y vida cotidiana.
Signos de demencia
A la demencia la caracteriza el deterioro de la capacidad mental, especialmente la memoria, pero también se presenta la dificultad para comunicarse o encontrar algunas palabras, para razonar o resolver problemas, confusión y desorientación, dificultad con las funciones motoras, entre otros síntomas. *
Entre sus causas la enfermedad de Alzheimer se encuentra como las más frecuentes, pero no es la única causante de la demencia; igualmente se puede presentar la demencia vascular que se da luego de un accidente cerebrovascular, padecimiento que ocupa el segundo puesto entre las patologías causantes. Sin embargo, hay otras razones que podrían motivar los signos de deterioro cognitivo de la demencia como los problemas de tiroides, la depresión y algunos casos de deficiencia vitamínica grave y que, en algunos casos, pueden revertirse.
Aquí, cabe observar, que la demencia no está intrínsecamente ligada a la vejez; por ejemplo, incluso los casos de Alzheimer prematuro han ido en aumento, afectando a personas relativamente jóvenes.
Causas de la Demencia
La edad, por lo tanto, no es condición indispensable para la demencia; ésta es producto del deterioro neuronal. Daños en las células del cerebro afectando sus conexiones y con ello haciendo que pierdan la capacidad de comunicarse de forma normal. Estos daños, como hemos visto, pueden darse por condiciones diversas.
Como consecuencia de este desperfecto se produce la limitación del razonamiento, afectaciones en la conducta y la salud emocional. Aunque, cabe señalar, que estos daños no son simultáneos necesariamente; de acuerdo con la región del cerebro donde se registre mayormente el deterioro son los síntomas que pueden manifestarse.
Aunque habrá que considerar también que la mayoría de los cambios cerebrales que causa la demencia son permanentes, y pueden empeorar más o menos rápido con el tiempo, en algunos casos los daños en el razonamiento y la memoria pueden mejorar con la debida atención.
Uno de las opciones es el neurofeedback dinámico, con el que se trabaja la memoria y la concentración, incluso en casos de Alzheimer, para ayudar a disminuir el ritmo en la progresión de la enfermedad.
¿Se puede prevenir la demencia?
Aunque existen factores genéticos inmutables que predisponen a la demencia, la ciencia nos permite disminuir los riesgos a través de medidas vinculadas al cuidado de la salud que nosotros mismos podemos proveernos. Especialmente cuando se trata de factores que disminuyan el riesgo de accidentes cardiovasculares, la condición física y la alimentación.
Realizar ejercicio, dormir adecuadamente, tener una alimentación rica en nutrientes y balanceada, evitar el exceso en el consumo de alcohol, así como evitar consumo de sustancias tóxicas; activar el organismo y promover la oxigenación a través del ejercicio físico constante son las formas óptimas de mantenernos saludables y ayudar a disminuir los riesgos de aparición de demencia prematuramente.
Por supuesto, el entrenamiento cerebral, resulta una excelente manera de mantener en forma el funcionamiento neuronal. Existen diversos estudios que evidencias que el neurofeedback dinámico ofrece favorables resultados en el caso de demencia y Alzheimer. Entre los ensayos científicos se encuentra el realizado en el Imperial College de Londres y el Hospital Charing Cross, donde los se mostraron datos alentadores de que el entrenamiento cerebral permite retrasar los signos de la enfermedad hasta en dos años, y generar una posible mejoría de hasta el 10% de la memoria.
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