La cognición, el camino del conocimiento te contará cómo conocemos el mundo y la forma de mejorarla a través de 6 consejos.

Miras la fruta, la identificas, la llamas “sandía” y te remite a un recuerdo de tu infancia, se te antoja su textura suave y su jugosidad… Es la cognición que te ha llevado a salivar, a recordar las visitas al mercado con tu abuelo para comprar fruta, a identificar su forma, sus colores, aroma y otras referencias cotidianas vinculadas a la sandía.  

La percibes a través de tus sentidos, le atribuyes características y recuerdos retomados de la experiencia y la memoria, le atribuyes incluso alguna emoción. Todo este proceso, que no sólo recorres con la sandía, sino que está presente en tu mente a cada instante con todo lo que conoces y lo que vas aprendiendo, es el proceso cognitivo: el camino del conocimiento.  

  • ¿Qué es la cognición? 

La palabra cognición se deriva del latín cognoscere, que significa conocer. De tal forma que hablar de cognición, es hablar de todo aquello que nos habilita para conocer; es decir, para adquirir información y saber qué hacer con ella, almacenarla y retomarla cuando así sea necesario.  

Hablar de cognición es pensar en la capacidad que tenemos de procesar la información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido con la experiencia y nuestras características subjetivas que nos permiten integrar toda esta información para valorar e interpretar el mundo.  

Claro que pensar en la cognición debe hacernos también contemplar que el proceso cognitivo está involucrado en muchos factores de nuestra cotidianidad, útil para: el aprendizaje, la atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, la toma de decisiones, etc. Todo ello es parte del desarrollo intelectual del ser humano, así como de su experiencia.  

Dicho así, la cognición es conocimiento, aprendizaje, memoria, experiencia, etc. Está íntimamente relacionada con conceptos como mente, percepción, razonamiento, inteligencia…  

Procesos Cognitivos 

Podemos entender los procesos cognitivos como los procedimientos que utilizamos para incorporar nuevos conocimientos y tomar decisiones al respecto. En dichos procesos intervienen varias funciones cognitivas: la percepción, la atención, la memoria, el razonamiento… 

  • Percepción. La percepción cognitiva permite organizar y comprender el mundo a través de los estímulos que los sentidos nos entregan. Una vez que recibimos la información, el cerebro integra la información creando un nuevo conocimiento.  
  • Atención. Es un proceso cognitivo que permite concentrarnos en determinados estímulos o actividades, para luego procesar la información más profundamente en la conciencia. Es fundamental para el desarrollo de la vida diaria y se utiliza en el mayor número de actividades que llevamos a cabo.  
  • Memoria. Sin ésta no hay aprendizaje pues almacena información que requeriremos más tarde para resolver problemas. La memoria permite codificar, almacenar y recuperar información del pasado. Es un proceso también para crear un sentido de identidad.  

Aquí puedes leer más sobre los tipos de memoria 

  • Pensamiento como proceso cognitivo. Permite integrar toda la información recibida y establecer relaciones entre los datos que la componen. Para ello se vale del razonamiento, la síntesis y la resolución de problemas, es decir, de las funciones ejecutivas
  • Lenguaje. Es la capacidad que tenemos para expresar pensamientos y sentimientos a través de la palabra. Su utilidad esencial es la comunicación, pero también sirve para organizar y transmitir la información que tenemos sobre el mundo. Lenguaje y pensamiento van de la mano y se influyen de manera recíproca.  
  • Aprendizaje. Como ya hemos dicho, los procesos cognitivos nos llevan no sólo al conocimiento sino al aprendizaje. En el aprendizaje incluimos cosas tan dispares como el aprendizaje de conductas o hábitos como lavarnos los dientes o aprender a caminar, como todos los conocimientos que vamos adquiriendo con la socialización y la escuela. 

Trastornos cognitivos 

Los procesos cognitivos se llevan a cabo en el cerebro, a través de la interconexión de diversas zonas y promovidas por las redes neuronales que se van tejiendo con cada nuevo aprendizaje. De ahí que sea necesario estimular al cerebro aprendiendo cosas nuevas para darle “mantenimiento” a las funciones cognitivas.  

Con el paso del tiempo, la cognición puede llegar a deteriorarse y pasar por ciertos trastornos. Los trastornos cognitivos tratan de alteraciones de una o varias funciones cognitivas para procesar y recordar la información, que incluyen las áreas de percepción, la atención, el lenguaje o la memoria.  

Entre los trastornos cognitivos más frecuentes se encuentran: delirio, amnesia, demencia, enfermedad del Alzheimer, Parkinson, etc. Además, otras condiciones y desórdenes adquiridos también provocan trastornos cognitivos, como los accidentes cerebrovasculares o el traumatismo craneal.  

¿Se puede mejorar la cognición? 

Las funciones cognitivas no son estáticas, se pueden deteriorar, pero también podemos llevar un estilo de vida saludable, así como adquirir hábitos que nos ayuden a estimularlas y tejer nuevas redes neuronales que mejoren nuestra cognición. Entre algunas de estas prácticas se encuentran:  

  • Leer es una de las actividades que nos promete un incremento de la plasticidad neuronal.   
  • Ver las noticias en televisión, recordarlas y contárselas a alguien.  
  • Hacer pasatiempos: puzles, sudokus, sopas de letras, crucigramas, juegos de mesa. Al igual que realizar otro tipo de cálculos mentales.   
  • Realizar manualidades: labores, dibujo, costura. Tejer es una excelente tarea para esta estimulación mental.   
  • Hacer ejercicios de memorización: canciones, recuerdos, números telefónicos…  Recordar acontecimientos, clasificarlos o contarlos a otros nos puede ayudar mucho.  
  • Practicar con neurofeedback dinámico, estimulando la plasticidad neuronal.   

El neurofeedback dinámico nos ayuda a prevenir y a retrasar el envejecimiento. También a revertirlo y a mejorar las capacidades relacionadas con la atención y la concentración. A recuperar la memoria perdida y a recuperar los circuitos neuronales influyendo además favorablemente en tu bienestar físico, mental y emocional.  

Asimismo, el neurofeedback dinámico actúa en el Sistema Nervioso Central. Precisamente, esto ayuda a la persona a evolucionar a nivel físico, mental y emocional. 

Practica el neurofeedback dinámico 

Ya lo sabes, esta es una herramienta que puede ayudar a recobrar la flexibilidad neuronal, estimular la plasticidad alcanzar niveles de calma tal como la meditación, además de muchos otros beneficios.  

  • Mejor gestión del sueño  
  • Control de los estados ansiosos  
  • Mejora de la memoria  
  • Facilita la focalización de la atención  
  • Más sensación de clama y relajación  
  • Disminución de la hiperactividad causada por ansiedad  
  • Menor irritabilidad e incomodidad  
  • Más control del dolor  
  • Mejor gestión del estrés  
  • Menos sensación de estar abrumado/a 

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