Cuando un tic nervioso podría ser una rara enfermedad podemos estar hablando del Síndrome de Tourette.

Aunque se sabe que la prevalencia de este trastorno neurológico puede ser menor a uno en cien personas, y se considere una enfermedad rara, la verdad es que los datos dependen del correcto diagnóstico del Síndrome de Tourette, que no siempre se hace de manera oportuna.  

¿Qué es el Síndrome de Tourette? 

El Síndrome de Tourette es una condición neurológica que surge en la infancia, que se manifiesta a través de la presencia significativa de tics, como síntoma principal.  

Esta enfermedad está asocia a tics motores y vocales sin causa identificada, con automutilaciones y comorbilidad psiquiátrica variable, que puede incluir Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), trastorno de ansiedad, trastorno del humor y de la personalidad, incluso TDAH.  

Cuando un tic nervioso podría ser una rara enfermedad 

Se caracteriza por movimientos repetitivos o sonidos indeseados (tics) que no se pueden controlar con facilidad. Estos tics, por lo general, se presentan entre los 2 y 15 años de edad, con un promedio regular de los 6 años. Los hombres tienen entre tres y cuatro veces más posibilidades de padecerlo que las mujeres.  

Los movimientos o sonidos repentinos, breves e intermitentes, pueden variar de leves a graves. Pueden interferir significativamente con la comunicación, el funcionamiento cotidiano y la calidad de vida. Estos tics pueden:  

  • Empeoran si se está enfermo, estresado, ansioso, cansado o emocionado. 
  • Ocurren durante el sueño. 
  • Cambian con el tiempo. 
  • Empeoran en la adolescencia temprana y mejoran durante la transición a la edad adulta. 

Antes de la aparición de los tics motores o vocales, es probable que se experimente una sensación corporal incómoda (impulso premonitorio) como picazón, cosquilleo o tensión. Cuando aparece el tic, se siente alivio. Con gran esfuerzo, algunas personas con síndrome de Tourette pueden detener o contener temporalmente el tic. 

Posibles causas 

Se desconocen las causas exactas del síndrome de Gilles de la Tourette. Es un trastorno complejo que, probablemente, se desencadena a causa de una combinación de factores heredados (genéticos) y ambientales.  

Algunas hipótesis consideran que las sustancias químicas en el cerebro que transmiten impulsos nerviosos (neurotransmisores), como la dopamina y la serotonina, pueden estar involucradas. 

Asimismo, se cree que en el caso de este síndrome el sistema motor del cerebro posee un alto nivel de excitabilidad. Esto puede ir modificándose a través de la regulación de las ondas cerebrales. Cuando éstas se regulan, se observan cambios importantes en el comportamiento, el pensamiento y el estado anímico de la persona. 

Tratamiento 

El Síndrome de Gilles de la Tourette no tiene cura. Sin embargo, puede ser abordada con algunos medicamentos según el diagnóstico, no siempre con óptimos resultados, o con efecto secundarios no gratos.  

¿El Neurofeedback puede ser útil para el Síndrome de Tourette? 

Hoy en día se encuentra registro de diversos estudios que han encontrado mejorías en los síntomas del Síndrome de Tourette gracias a la intervención del neurofeedback.  

En 2011 se publicó un estudio en el que un varón de 17 años, después de 22 sesiones, mejoró su rendimiento cognitivo y sus síntomas afectivos, lo que influyó directamente en el control de tics, que disminuyeron.  

Otro caso, descrito por los terapeutas Bodil Solberg y Erlend Solberg, especialistas en neurfofeedback, señala que un niño con este síndrome, pero además que manifestaba problemas de conducta, TDAH y dislexia, mostró mejoras estables en sus síntomas. Se volvió más reflexivo, más alegre, desparecieron sus conductas violentas y sus tics se redujeron en un 50% 

Adam es otro caso. Un chico de 16 años que sufría de este síndrome además de TOC. Para evitar las burlas de sus compañeros, buscaba controlar sus tics, pero sólo terminaba más agotado y sin poder concentrase en los estudios, además de estresado. Todo ello acentuaba los síntomas.  

Con la práctica de neurofeedback, luego de algunas sesiones, las ondas cerebrales de Adam empezaron a ajustarse a los valores normales. Como resultado, comenzó a concentrase más en el estudio y no en los tics; lo que le permitió relajarse y disfrutar más la vida, aumentar su rendimiento escolar y ver disminuidos los síntomas del TOC que padecía.  

Aunque los estudios sobre el tema aún se encuentran en desarrollo, hay evidencias que nos permiten afirmar que el neurofeedback puede ser una herramienta significativa para aliviar la ansiedad, el estrés y la angustia que promueven la aparición más acelerada de los tics en caso de Síndrome de Tourette, así como afecciones que vienen con la comorbilidad de otros trastornos mentales: ansiedad, obsesiones y compulsiones, déficit de atención, etc.  

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